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Camps pone la primera piedra de una planta de BP aún sin licencias

La instalación de coque en Castellón necesita autorización ambiental

María Fabra

La primera piedra de la planta de coquización de la compañía BP que ayer puso el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, en el polígono del Serrallo de Castellón, quedará abandonada un tiempo. El proyecto para producir coque, combustible sólido que se obtiene, entre otros métodos, como residuo tras refinar petróleo, no cuenta todavía con la autorización ambiental integrada, que ha de conceder la Administración autonómica.

La planta tampoco tiene las licencias de actividad y obras, que ha de otorgar el Ayuntamiento. La falta de estas autorizaciones es una cuestión de tiempo, según se prevé, ya que hace apenas un mes que el grupo aprobó la ejecución del proyecto en la refinería de Castellón. Sin embargo, Camps quiso, rodeado de tres miembros de su gobierno, incluido el vicepresidente, no dejar pasar la oportunidad de protagonizar ayer el acto. La inversión prevista por la refinería que BP Oil tiene en Castellón, que asciende a 250 millones de euros, había sido vanagloriada ya por dos consejeros. El de Economía, Gerardo Camps, que también acudió ayer, visitó la planta en octubre, cuando se dio a conocer el proyecto por el que apostaba la dirección de Castellón. El entonces consejero de Territorio, Rafael Blasco, acudió en febrero para comprometerse a activar la "ventanilla única", con el fin de que BP obtenga todos los permisos ambientales que necesita. Ayer, acudieron, además, el vicepresidente del Consell, Víctor Campos, y el actual consejero de Territorio, Esteban González Pons. El subdelegado del Gobierno en Castellón, Juan María Calles, estaba invitado pero no fue.

Francisco Camps aprovechó el acto para elogiar la labor de Gerardo Camps del que dijo que "desde que ha puesto en marcha el proyecto de la Agencia de Inversiones Extranjeras sólo nos da alegrías en un momento de cierta complejidad económica mundial", y aseguró que la inversión extranjera durante esta legislatura asciende a más de 2.000 millones de euros. También elogió al presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, a quien atribuyó la casi inexistente tasa de paro.

Por otra parte, el líder del Ejecutivo valenciano hizo referencia al proyecto y mantuvo que la producción de 400.000 toneladas de coque que prevé la refinería dentro de dos años coincide "prácticamente con el consumo que tenemos en la Comunitat, por lo tanto, somos autosuficientes en una materia prima tan importante", utilizada por las cementeras. Camps no tuvo en cuenta que la materia prima para producir coque no se extrae en tierras valencianas, ha de importarse.

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