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La mayor tragedia de metro en España

Conductores del metro de Valencia se quejaron de estar presionados para cumplir los horarios

La última conversación del maquinista con el puesto de mando revela que iba con retraso

Cristina Vázquez

Meses antes del accidente que el 3 de julio se saldó con 43 muertos, maquinistas del metro de Valencia se quejaron de la presión que sufrían por cumplir los horarios previstos. Un accidente en septiembre de 2005 con 40 heridos había hecho aflorar anomalías. Los sindicatos de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) se quejaron, no sólo de la falta de balizas de frenado sino también de una presión horaria "que podía actuar, en algún caso, en detrimento de la seguridad". La última conversación con el puesto de mando del conductor que descarriló revela que iba con retraso.

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El accidente ocurrido en la línea 1 del metro hace diez meses antes en la localidad de Picanya (Valencia), que se saldó con unos 40 heridos, desató un intenso debate acerca de la seguridad del servicio. En los comités de seguridad en la circulación celebrados tras el siniestro en el que entonces se vieron implicados tres convoyes, los sindicatos no sólo insistieron en la necesidad de sustituir el sistema de frenado automático puntual (FAP), implantado en la línea 1, por el más moderno ATP, sino que también salió a la luz la presión que soportan los maquinistas de Metrovalencia "para lograr circular a la hora". Esa situación podía "en algún caso, ir en detrimento de la seguridad", advirtió el vocal del Sindicato Independiente Ferroviario (SIF), Javier Golf, en el comité de seguridad en la circulación del 15 de septiembre del año pasado. Así consta en la documentación con la que trabaja la comisión de investigación que se ha puesto en marcha a toda prisa en las Cortes Valencianas para tratar de esclarecer las causas del accidente en el que perdieron la vida 43 personas.

El vocal del SIF planteó a renglón seguido en ese comité que "las regulaciones referidas a la velocidad de los trenes (limitaciones, orden de señales, etcétera) deberían de revisarse para ajustarlas a la realidad de la conducción". La propia FGV, que explota el servicio, indicaba recientemente a los maquinistas de la línea 1, por medio de boletines, que redujeran la velocidad en las curvas de algunos tramos que no tienen señal de limitación.

Otro de los documentos que maneja la comisión parlamentaria revela que el conductor del tren que descarriló el 3 de julio en la curva de entrada a la estación de Jesús, en su última comunicación con el puesto de mando de FGV a las 12.14 -una hora antes de la tragedia- apuntaba, según la transcripción de la conversación, que salía con retraso. "Salida a los 14 [minutos] y son los 16 ya", le dijo el maquinista al regulador, quien le dio la salida desde la estación de Llíria con un "vale, conforme".

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Sobre la firma

Cristina Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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