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El puerto de Valencia prevé doblar el tráfico rodado con los accesos colapsados

La UE desaconseja intervenciones que sobrecarguen los corredores congestionados

Miquel Alberola

El Estudio Argumental Sumario de la asociación Ferrmed, a la que pertenece el puerto de Valencia, admite que en en esta ciudad existen problemas de saturación de tráfico y congestión, incluso en los accesos portuarios. La situación, para la que no hay soluciones planteadas a corto plazo y que ya ocasiona colapsos urbanos a la menor incidencia, empeora con la perspectiva de la ampliación del puerto, ya que según los cálculos del Ministerio de Fomento, en 2015 se duplicará el tráfico de contenedores y, por tanto, el de los camiones que los transportan, alcanzando los cuatro millones.

4 millones de camiones cruzarán la ciudad en 2015 para transportar contenedores

Sólo con datos de 2004, y por lo que respecta al tráfico de contenedores, 2.137.137 camiones cruzaron la V-30, que distribuye gran parte del tráfico de Valencia y las ciudades de L'Horta Sud, hasta el puerto y luego volvieron a atravesarla tras dejar o asumir la carga. El año pasado esta cifra se elevó a 2.409.821, y las previsiones de tráficos de contenedores realizada por el Ministerio de Fomento para 2015, con la ampliación de la infraestructura con 1,5 millones de metros cuadrados ganados al mar, fijan en cuatro millones los contenedores que gestionará el puerto de Valencia, con lo que el tráfico de camiones por el sur de la ciudad se doblaría.

El impacto de ese aumento, repercutido sobre unas vías de acceso a la ciudad que se han demostrado insuficientes según reconoce la Dirección General de Tráfico para admitir los más de 800.000 vehículos que a diario entran o salen de Valencia (y según demuestra cualquier incidencia como el espectacular atasco producido el 16 de octubre por el vuelco de un camión en la V-21), se plantea como una amenaza.

Dos factores que lo aliviarían son, por una parte, la incorporación de la Comunidad Valenciana a la red ferroviaria transeuropea, una aspiración que queda lejos, ya que no entra en los planes de la Unión Europea (UE) ni fue defendida por el Gobierno de España en el momento de su discusión.

El otro sería la construcción del acceso norte, un proyecto durante años sólo defendido por la Autoridad Portuaria y el sector del transporte, arrastrado desde los años ochenta y evitado reiteradamente, tanto por su coste económico como por su impacto medioambiental. Incluso ahora, aunque la Generalitat tiene dibujado el proyecto básico, en el que el PSPV ha denunciado que los camiones accederían a la superficie a la altura de la plaza de la Armada Española, junto al paseo de Neptuno (en plena zona de ocio), existen silenciosas reticencias en el Consell por sus repercusiones en las playas del norte de la ciudad, ya que se ejecutaría en superficie desde la V-21, a la altura del barranco de Carraixet, hasta un túnel, entre Alboraia y Valencia, donde la infraestructura se convertiría en subterránea.

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Este proyecto ya provocó tensiones en el Consell con motivo del plan del litoral elaborado por la Consejería de Territorio, entonces dirigida por Rafael Blasco, que con la recuperación de la propuesta de la Ruta Azul apostaba por retirar la autopista hacia el interior. Este proyecto beneficiaba el desarrollo del puerto de Sagunto frente al de Valencia (el 85% de la producción azulejera de Castellón, que es la principal mercancía propia que utiliza el puerto, se exporta por mar, por lo que se reducirían los desplazamientos), pero chocaba con los planes del consejero de Infraestructuras, José Ramón García Antón, que apuesta por el acceso norte. Aunque se anunció en abril, todavía se desconoce el presupuesto previsto para la obra, que tenía que asumir la Generalitat en su primera fase y para cuya segunda fase, que empezaría tras las regatas de 2007, barajaba fórmulas de financiación como la explotación con peaje. Por ahora, sólo se ha licitado el estudio de dos tramos.

En una revisión intermedia elaborada el pasado junio en el Libro Blanco del Transporte, la Comisión Europea (CE) defiende un enfoque completo y global de la política de transportes para lograr una reorientación hacia modos más respetuosos con el medio ambiente en las zonas urbanas y los corredores congestionados antes de plantear intervenciones que agraven la situación. En ese sentido, ha establecido un calendario indicativo de acciones que integren una visión completa sobre los problemas que pueden derivarse de los estrangulamientos de las infraestructuras, así como la congestión. La CE perfilará las orientaciones políticas con consultas públicas y evaluaciones en profundidad antes de decidir medias específicas.

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Sobre la firma

Miquel Alberola
Forma parte de la redacción de EL PAÍS desde 1995, en la que, entre otros cometidos, ha sido corresponsal en el Congreso de los Diputados, el Senado y la Casa del Rey en los años de congestión institucional y moción de censura. Fue delegado del periódico en la Comunidad Valenciana y, antes, subdirector del semanario El Temps.

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