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Una familia denuncia que una nueva carretera en Gandia discurre por parte de las habitaciones de su casa

Chelo Ferrer y su marido Stephen Woods adquirieron hace un año una parcela de 1.800 metros cuadrados con una pequeña vivienda en el Molló de la Creu, en el distrito de Marxuquera de Gandia. El terreno estaba incluido en el controvertido plan de reparcelación y urbanización que el Ayuntamiento de la capital de La Safor aprobó en agosto de 2002. Este proyecto pretende dotar a esta zona residencial de los servicios mínimos como agua potable, alumbrado, alcantarillado e infraestructuras viarias.

Cuando este matrimonio, padres de dos pequeños de 4 y 6 años, se planteó la compra se informó del proyecto urbanístico y de cómo iba a afectar a los terrenos que pretendían adquirir. Tenían que ceder 800 metros cuadrados de parcela para zona verde, pero el problema llegó cuando comprobaron que la nueva calzada de acceso a la calle programada por el Ayuntamiento pasaba de los 3,5 metros de ancho, que tiene en la actualidad, a ocho metros, con aceras a ambos lados, y atravesaba directamente una parte de la vivienda, un metro muro adentro que afectaba a una de las habitaciones y parte del salón. "Pensamos que era un error técnico, y hablé personalmente con el alcalde (el socialista José Manuel Orengo), quien no le dio importancia alguna y me aseguró que la casa no se vería afectada", dice Chelo Ferrer.

La carretera afectará, un metro muro adentro, al salón y a una habitación

Así se decidieron por comprar la parcela en marzo de 2005. Hace unas semanas se iniciaron las obras de urbanización, y el proyecto se mantiene como en su origen, con la línea de afección a la vivienda. La pendiente de la nueva carretera dejaría además la casa a más de un metro de profundidad, "como una cueva", denuncia Ferrer.

El matrimonio se ha reunido en varias ocasiones con los responsables municipales de urbanismo, y ha presentado una queja por escrito ante el Síndic de Greuges para que analice este caso. La plataforma ciudadana Abusos urbanístico no también ha recibido información.

El ayuntamiento por su parte, defiende que la actuación urbanística cumple la Ley Reguladora de la Actividad Urbanística (LRAU). El concejal de urbanismo, el socialista Jaume Borràs, asegura entender la situación del matrimonio, pero afirma que cambiar el proyecto ahora, una vez aprobado y superados los trámites de exposición pública y alegaciones, "sería una ilegalidad". El Consistorio ha ofrecido a la familia la posibilidad de hacer una actuación puntual en la zona de la vivienda afectada, integrando la esquina de la casa en la acera con algún tipo de protección, que evite su derrumbe. El matrimonio considera que no es una solución válida. Que fue "un error de los técnicos" ya que en otros casos similares se salvaron las estructuras de edificaciones afectadas, y que no es necesario realizar una calzada de ocho metros en una vía que sólo servirá de acceso a los vecinos de la calle, ocho familias. De momento, Chelo y su marido han conseguido que las máquinas no hayan entrado en su parcela. Esta familia no está dispuesta a que una carretera transcurra en parte de las habitaciones de su casa y están dispuestos a seguir la lucha en los tribunales.

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