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Una inmobiliaria joven en la cresta de la ola

Astroc forma parte de un reducido club de empresas que de la noche al día ha saltado a las primeras páginas de la actualidad empresarial. El boom inmobiliario que vive España en los últimos años y, sobre todo, el efecto arrastre que tuvo el desarrollo de la ley urbanística valenciana LRAU, recientemente sustituida, han apuntalado el fuerte crecimiento de algunos negocios. Es el caso de Astroc.

La empresa, dedicada a la gestión de suelo y su transformación en terreno urbano para su venta o desarrollo, fue fundada en Sagunto por Enrique Bañuelos a mediados de los noventa y aunque inicialmente centró su actividad en la Comunidad Valenciana, sus límites se le han quedado pequeños.

Astroc ha salido este año a Bolsa. El 24 de mayo, la inmobiliaria de Camp de Morvedre sacó al parqué el 25% de su capital en lo que rápidamente se convirtió de nuevo en un paso rentable para la firma valenciana, por la buena acogida que recibió del mercado.

La rápida evolución de este negocio ha discurrido paralela a una intensa acción en el campo del mecenazgo cultural y deportivo. A través de la Fundación Astroc, destaca en el patrocinio del IVAM (Institut Valencià d'Art Modern) con alrededor de un millón de euros y la apertura de dos sedes (en Madrid y en Mallorca) donde exhibe parte de los fondos de este museo que dirige Consuelo Císcar, esposa del que hasta este año fuera consejero de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, actual titular de la cartera de Sanidad de la Generalitat. Y en el apartado deportivo, la inmobiliaria patrocina el club de balonmano Astroc Sagunto.

Su vocación pública no termina ahí. La firma, que explica estas iniciativas en la intención de ganar prestigio y de devolver a la sociedad valenciana parte del beneficio que recibe, se presentó hace unos días en Nueva York con un multitudinario festival de paellas para 20.000 personas, amenizado con bailes y música regionales y apadrinado por la Generalitat. Con este acto celebraba la apertura de su sede neoyorquina y para la ocasión fletó un avión desde Valencia, en el que llevaron especialmente los ingredientes de la comida.

En el apartado más empresarial, el negocio multiplicó por seis su beneficio neto en el primer semestre de este año, hasta los 61,98 millones de euros.

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