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La vida y obra de Nicolas Sarkozy, satirizada en un cómic

Publicación en Francia de un libro muy crítico sobre el ministro del Interior francés

La editorial Fayard anunció ayer que la semana próxima saldrá a la venta un "cómic-informe de salubridad pública" sobre la vida y milagros del ministro del Interior francés Nicolas Sarkozy, el aspirante a candidato de la derecha gubernamental a la presidencia francesa. El título, La face karchée de Sarkozy, se podría traducir como La cara oculta de Sarkozy, pero el término karchée hace referencia a la famosa invectiva que el titular de Interior lanzó hace un año contra los delincuentes de los barrios conflictivos de las grandes ciudades, amenazándoles con utilizar mangueras de agua a presión (karcher) para sacarlos de las calles.

Si algo es evidente es que el periodista Philippe Cohen, de la revista política Marianne, el guionista Richard Malka y el dibujante Riss, de Charlie Hebdo, no simpatizan con Sarkozy, ni tampoco con su causa y su manera de entender la política. La figura del primer secretario de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido gubernamental, es diseccionada con ironía y sarcasmo; su infancia difícil, sus problemas conyugales, su desmesurada ambición y su deseo incontenible de poder, dibujan un personaje perfectamente detestable. Al tiempo, los autores repasan la historia política francesa de las últimas décadas en clave de película de acción.

En un remedo de la frase de François Mitterrand, que en su momento calificó el modelo político de la V República inventada por el general De Gaulle como "el golpe de Estado permanente", los autores de La face karchée de Sarkozy aseguran que su obra analiza la política del "golpe de efecto permanente" desarrollada por Sarkozy.

El protagonista del cómic es un estudiante de la universidad parisiense de La Sorbona que el 6 de junio de 2098 presenta su tesis doctoral sobre "uno de los fenómenos políticos más fascinantes del principio del siglo: el sarkocismo". No es Sarkozy alguien que soporte bien las críticas o las incursiones en su vida privada. Ni probablemente las constantes alusiones que los autores del libro hacen sobre su pequeña estatura. No hace ni un año, cuando todavía estaba separado de su segunda mujer Cecilia, consiguió impedir la salida de un libro en el que ésta contaba a una periodista todo lo sucedido entre ambos. El método fue infalible. El ministro del Interior llamó a su despacho al editor y le insinuó que estaba dispuesto a recurrir a los tribunales. El libro fue aparcado. Pero tratándose de un cómic, Sarkozy deberá atenerse a sus principios. Los caricaturistas, dijo cuando la famosa polémica sobre las caricaturas de Mahoma, "son un mal necesario". "Prefiero un exceso de caricaturas a un exceso de censura", añadió.

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