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Más de 200 agricultores denuncian una estafa de 12 millones desde hace 5 años

La querella contra Iniosa está paralizada por el Juzgado de Martos

Ginés Donaire

Un calvario de cinco años es el que vienen soportando 204 olivareros de Jaén y Córdoba, que en la campaña 2001 entregaron unos 18 millones de kilos de aceituna a la industria Iniosa, de Porcuna, y aún no han visto dinero alguno. Los agricultores, que reclaman una deuda de unos 12 millones de euros, interpusieron en mayo de 2003 una querella por los delitos de estafa, apropiación indebida y alzamiento de bienes, pero el Juzgado de Martos que instruye la causa aún no ha tomado declaración a los responsables de la aceitera.

La complejidad del caso por el alto número de afectados, las turbulencias vividas por el Juzgado número 2 de Martos -cuyo titular fue suspendido de empleo y sueldo- y el embrollo jurídico para delimitar las responsabilidades, toda vez que Iniosa, que se declaró en suspensión de pagos, cambió más tarde de nombre al formar otras sociedades, han sido los obstáculos con los que se han encontrado los olivareros afectados por esta deuda.

El débito medio por cada agricultor es de unos 60.000 euros, una cantidad que en muchos casos resulta esencial para las familias humildes. El único amparo que han encontrado hasta ahora los afectados es el del Defensor del Pueblo, José Chamizo.

"Lo único que pedimos es justicia y que se agilice la instrucción de la querella que pusimos, porque no es normal que tres años después de poner la querella aún no hayan declarado los querellados", señaló ayer Serafín Quirós Quesada, portavoz de la asociación de afectados por una estafa de la que responsabilizan a la sociedad Inversiones Industriales Oleícolas (Iniosa) de Porcuna (Jaén).

En la campaña 2001-2002, un total de 204 olivareros de 18 pueblos de Jaén y Córdoba confiaron la cosecha de sus olivares a Iniosa, como venían haciéndolo en las últimas cinco campañas. Los querellados les ofrecían cobrarles menos dinero por molturar su aceituna, la posibilidad de dejar almacenado en su industria el aceite y prometiéndoles que si el aceite se vendía lo sería a un precio superior al de mercado.

Los afectados responsabilizan de la estafa a Enrique Fuentes Ibáñez, persona que regentaba inicialmente la sociedad Iniosa, que más tarde la vendió a Enrique Fuentes Ibáñez y que, posteriormente, tras declararse la firma en suspensión de pagos vuelve a convertirse en titular aunque eximiéndose de cualquier responsabilidad en torno a la deuda.

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Los querellantes consideran que Iniosa creó hasta seis entidades con personalidad jurídica propia para eludir el pago a sus acreedores. De ahí que la querella se interpusiera contra todas ellas. Adémás, la querella se extiende a otras siete personas, entre ellas Enrique Fuentes Ibáñez. En marzo de 2004, todos ellos fueron citados por el Juzgado, pero algunos no se presentaron y a otros no se les localizó.

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