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Dos detenidos y cinco identificados tras una reyerta entre payos y gitanos en El Saucejo

El alcalde pide calma para arreglar las cosas mientras la Guardia Civil vigila el pueblo

La Guardia Civil ha detenido en El Saucejo (Sevilla) a dos personas que participaron en una reyerta entre payos y gitanos el sábado por la noche durante la romería de San José Obrero. Otros cinco individuos han sido identificados. La pelea terminó con tres payos heridos y dio lugar, el domingo por la tarde, a una manifestación de ciudadanos que insultaron a voces a la comunidad calé del municipio, rompieron los cristales de algunos vehículos y causaron destrozos en unas viviendas de protección oficial que se construyen junto a las casas de los gitanos. Los saucejeños están convencidos de que el Ayuntamiento se las entregará a otros gitanos que se han censado y que traerán más problemas al pueblo.

El alcalde de El Saucejo, Antonio Díaz (PSOE), pidió ayer "calma" y recuerda que "la violencia sólo acarrea más violencia". Pasadas las 20.00 de ayer, 300 vecinos se concentraron frente al Ayuntamiento y una delegación se reunió con el alcalde. Al cierre de esta edición no se habían producido incidentes.

El Saucejo tiene 4.300 habitantes, según fuentes municipales, y allí residen unas 35 familias gitanas, según los vecinos. Contando, explican, que muchos están "cruzados" porque hay matrimonios de castellanas (nombre que emplean para referirse a los payos) casadas con gitanos y viceversa. Eso sí, todos residen en la calle Majadahonda y sus aledaños.

"En sesenta años que llevo aquí nunca he visto una cosa así. Y yo soy castellana, aunque casada con gitano", decía María, la madre de uno de los detenidos, en la puerta de su casa. Los niños gitanos ayer no fueron al colegio, las mujeres no "bajaron" al centro a comprar, explicaba indignada un miembro de la comunidad gitana del pueblo. "La guardia civil nos ha encerrado como a las ratas, para evitar más problemas", gritaba María.

La reyerta comenzó el sábado en la romería que se celebra en la zona del Vado Yeso. Dicen los payos que Los Peré, una familia gitana, trataron de intimidar a algunas jóvenes y ellos las defendieron. Dicen los gitanos que quienes comenzaron la trifulca fueron los payos. El caso es que hubo tres heridos.

El domingo, hacia las cuatro de la tarde, decenas de saucejeños iniciaron una marcha desde el Ayuntamiento a la calle Majadahonda. Ayer había coches con los cristales y las lunas rotas aparcados en la "calle" de los gitanos. La puerta y las ventanas de la casa de Los Peré estaban cerradas a cal y canto. "Se fueron el domingo por la tarde, después de escuchar insultos y amenazas", afirmaba una vecina roja de rabia por las cosas que había oído el domingo mientras la guardia civil la obligaba a permanecer en su vivienda.

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La manifestación terminó en las casas de VPO que se están levantando en el pueblo. Allí rompieron ladrillos e hicieron un par de hogueras para intentar prender fuego.

El alcalde Antonio Díaz rogó calma y serenidad a los vecinos. "Tenemos que arreglar las cosas por las buenas. Tenemos que ser elegantes", señaló.

En El Saucejo siempre ha existido una buena relación entre unos y otros, nunca se han visto episodios de racismo, repiten todos por las calles del pueblo. Pero lo que ha ocurrido el fin de semana "se veía venir", contaba un policía local sin dar su nombre. Y lo mismo referían los padres de los jóvenes que resultaron heridos el sábado. Hace tiempo que Los Peré están "buscando bronca" en este pueblo, afirmaba un grupo de mujeres concentradas en la plaza. En la feria pasada y en las fiestas de navidad ya insultaron a algunas niñas, explicaban. El sábado lo intentaron de nuevo. "Fue la gota que colmó el vaso", dijo un vecino. Y además que las casas de VPO "las tiren" porque "el pueblo lo está pidiendo", exigía Antonio Sánchez, el padre de uno de los heridos. "Y yo no soy racista", apostillaba. "Ellos nunca dirán que son racista, pero si esto no es racismo, que venga Dios y lo vea", contestaba Dolores, una castellana casada con gitano que vio el domingo como le rompían los cristales a su vehículo.

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