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Los socialistas hacen autocrítica por el lenguaje sexista en el Estatuto

Los letrados del Congreso corrigen parcialmente el nuevo texto

Lourdes Lucio

La ejecutiva del PSOE andaluz analizó de forma autocrítica en su penúltima reunión de responsables de área porqué se esperó hasta el último momento para eliminar el lenguaje sexista del nuevo Estatuto de Autonomía. Los letrados del Congreso han incluido algunos cambios en el texto, que está tramitándose en el Senado. La mayoría de las modificaciones ha consistido en poner "andaluzas" donde antes sólo aparecía "andaluces".

La autocrítica del PSOE por ese asunto no ha llegado a ensombrecer la satisfacción que todo el mundo en ese partido siente por el consenso con el PP sobre el Estatuto sin romper el acuerdo con Izquierda Unida. No obstante, los miembros de la comisión permanente socialista -integrada por los responsables de áreas- entonaron una especie de mea culpa el pasado 20 de octubre, por haber dejado para el final la eliminación del lenguaje sexista del Estatuto.

Este objetivo figuraba entra las prioridades del PSOE cuando el texto se estaba tramitando en el Parlamento de Andalucía, según dijeron y prometieron en varias ocasiones. Pero el caso es que cuando la proposición de ley entró en el Congreso, lo que imperaba en la redacción era el uso del genérico masculino. El argumento que dieron para justificar el incumplimiento de su compromiso era que no se había hecho "por falta de tiempo". Curiosamente, en el título sobre el poder judicial redactado en Andalucía sí se hablaba del presidente o presidenta del Tribunal Superior de Justicia.

Según varias fuentes de la ejecutiva regional del PSOE, uno de los primeros en reconocer que no se había hecho todo lo posible por corregir esa situación fue el secretario de Organización y ponente, Luis Pizarro. Éste admitió sin rodeos que en la negociación con los populares no se le pasó por la cabeza que había que poner términos inclusivos de ambos sexos en el Estatuto, porque su prioridad no era esa, sino la de buscar el acuerdo político con el PP.

"No les sale"

Varios miembros de la ejecutiva se pronunciaron en este sentido, entre ellos Rafael Velasco, Clara Aguilera, Antonio Gutiérrez Limones, Carmen Tovar, Petronila Guerrero, Elia Maldonado y Miguel Ángel Vázquez. La opinión que manifestaron es que el origen del error está en Andalucía cuando desde que se comienza a redactar el texto no se habla de "andaluces" y "andaluzas", ni se prevé que la presidencia de la Junta, del Parlamento o el Defensor del Pueblo puede ocuparlo una mujer; o en vez de escribir "todas las personas" se opta en algunos casos por "todos los andaluces".

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La idea generalizada en esa ejecutiva es que el texto sale "mal" desde Andalucía porque a sus redactores "no les sale" incorporar un lenguaje no sexista. Pero junto a esta opinión también se adjuntó la de que tampoco el grupo socialista del Congreso intentó con sus enmiendas corregir el texto. "Se entabló una especie de diálogo de sordos de que aquí el Estatuto salió así, pero que allí [en el Congreso] no se preocuparon de arreglarlo", afirmó una fuente.

Estas reflexiones para nada rebajaron la idea de que el Estatuto andaluz es el más avanzado en materia de igualdad entre hombres y mujeres. La autocrítica sobre el lenguaje sexista no traspasó al debate de fondo sobre la falta de peso de las socialistas en el proceso de toma de decisiones. Sólo hubo una breve, pero contundente alusión por parte de Clara Aguilera, quien, según las fuentes consultadas, se lamentó de "no poder felicitar a ninguna mujer" de su partido por el consenso sobre el Estatuto.

La secretaria de Igualdad del PSOE, Elia Maldonado, se mostró ayer moderadamente satisfecha por las correcciones introducidas en el último minuto por los letrados del Congreso. "Se habla de la condición de andaluces y andaluzas, de diputados y diputadas, presidente y presidenta, senadores y senadoras. El paso que se ha dado traspasa las normas de la Real Academia Española. Siempre se está más satisfecha si se consigue el objetivo al 100%".

Las correcciones introducidas por los letrados no eliminan por completo el lenguaje sexista. Curiosamente, en el Preámbulo hay continuos desdoblamientos lingüísticos de género, excepto en la frase en la que se alude a la realidad nacional, la última que pactaron PSOE y PP. En este caso, no se ha tocado ni una coma del Estatuto, y el "espíritu" de la realidad nacional descrita en un manifiesto de 1919 la encauzan solamente los "andaluces", pero no las "andaluzas".

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