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Entrevista:Berta Sichel

"El vídeo es un arte del presente sólo desde hace diez años"

La creación en vídeo ha entrado ya definitivamente en los museos. Le ha costado ser reconocido, aunque hace casi cuatro décadas que existe. En España se ha reaccionado tarde. El Museo Nacional Reina Sofía acaba de incorporar a su colección 22 videoinstalaciones, 8 proyecciones y 70 obras en monocanal. Es la primera adquisición importante que se hace de obras en este medio para las colecciones nacionales. Se han invertido alrededor de dos millones de euros. Por comparar, el Centro Pompidou expuso en Barcelona hace unos meses parte de sus fondos de creación en vídeo en el que hay más de 1.200 piezas. Como presentación de este nuevo apartado en la colección se ha inaugurado una amplia exposición titulada Primera generación. Arte e imagen en movimiento (1963-1986). La directora del departamento de Audiovisuales del museo estatal, Berta Sichel, lleva siete años programando ciclos de vídeo en la sala de actos del museo. Es la única actividad de su departamento.

"No existe el videoarte. Existe el arte y una nueva técnica, como la pintura al óleo o la escultura en piedra"
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PREGUNTA. Para esta exposición se ha hecho una adquisición en bloque. ¿Cómo se ha planteado?

RESPUESTA. Esta exposición se ha realizado en dos años, pero hacía veinte que venía pensando en ella. Me dieron la oportunidad de hacerla y eso ha sido fantástico. Yo presenté este proyecto a dos directores anteriores sin resultado. Cuando Ana Martínez de Aguilar llegó, se lo propuse, y fue la que se dio cuenta de que el museo no tenía prácticamente nada de vídeo en su colección. En cuanto a las adquisiciones, creo que no podíamos empezarla directamente con vídeos de 2006, cuando hay toda una historia por detrás. Así es que nos centramos en trabajos de los años sesenta a ochenta para que se entienda mejor la evolución del medio. Llegamos hasta 1986 porque a partir de ese año cambia todo, con Internet, las nuevas cámaras de vídeo, etcétera.

P. ¿Qué había hasta ahora en vídeo dentro de la colección?

R. Antes de esta adquisición el departamento nunca fue consultado para compras de obra para la colección. Hasta ahora sólo había una media docena de vídeos de Sergio Prego, Ana Laura Aláez, Javier Pérez, Susy Gómez. Muy poco, sin un estudio especializado y sin ánimo de crear una colección en determinada dirección. Entre las nuevas compras tenemos las de tres artistas españoles: Antoni Muntadas, Eugenia Balcells, ambos con obras muy importantes, y Joan Rabascal/Benet Rossell. En este periodo, hasta 1986, había poca gente más en España haciendo vídeo. El museo tiene algunos de Francesc Torres porque se le hizo una exposición aquí. Si seguimos coleccionando obras de la siguiente generación, encontraremos muchos más artistas.

P. Usted escribe en su texto que "por fin hemos desarrollado el gusto por el medio".

R. Creo que eso es lo que sucede ahora. El vídeo pasó a ser un arte del presente hace menos de diez años. Ahora todas las exposiciones de vídeo incluyen por lo general artistas muy jóvenes. A muchos les sorprendió ver en la inauguración de la muestra a artistas de edades entre 65 y 70 años. Algo que me alegra es que algunas de las obras, que estaban guardadas desde hace tiempo por los artistas, han sido restauradas al ser adquiridas para la colección. Ha sido como darles una nueva vida.

P. Llegó un momento en que la palabra videoarte fue vetada por artistas y críticos. ¿Por qué?

R. Es que no existe el videoarte. Existe el arte y una nueva técnica, como lo pudo ser en su momento la pintura al óleo o la escultura en piedra. Éste es un arte hecho con medios electrónicos. No nos gusta lo de videoarte, es preferible videocreación. Aunque en la época que abarca esta muestra esa palabra todavía se usaba.

P. En el mercado, ¿qué precios están alcanzando estas obras?

R. Todavía tienen precios accesibles, aunque están subiendo. Una obra de Nam June Paik es cara. El museo invirtió a lo largo de dos años de compras cerca de dos millones de euros. Pero se compró mucho. El precio medio está entre 70.000 y 85.000 euros. Hay muchas instalaciones e incluso me sorprendió algún artista muy joven que está pidiendo ya 30.000 o 45.000 euros por un vídeo. En unos cuatro o cinco años estas obras habrán subido de precio.

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