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Crítica:COMER
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Soberbios pescados y mariscos en Tazones

ROMPEOLAS, una taberna del puerto asturiano que acierta con productos locales y recetas sencillas

José Carlos Capel

La primera vez que se visita, casi todo resulta incómodo. Más aún durante los fines de semana, cuando los accesos y el aparcamiento de Tazones (Asturias) se desbordan y no resulta fácil llegar hasta esta modesta tabernita, justo al fondo de la calle que desemboca en el puerto, flanqueada de bares y restaurantes. Rompeolas se encuentra a pocos metros del agua, con un puñado de mesas al aire libre, bancos corridos de madera, manteles de cuadros y algunas sombrillas desperdigadas.

Un enclave que entusiasma a no pocos expertos que acuden dispuestos a disfrutar con los soberbios pescados y mariscos de la costa asturiana. Restaurante de producto cuyos mayores hitos son la sencillez de sus recetas y la calidad de las materias primas, algo impagable.

ROMPEOLAS

Barrio de San Roque, 21. Tazones, Villaviciosa (Asturias). Teléfono: 985 89 70 13. Cierra los martes. Precio medio por persona, entre 35 y 60 euros. Tomate con aceite, 3 euros. Almejas fritas, 20 euros. 'Pixin', 20 euros. Flan, 3,50 euros.

Café ... 7

Pan ... 4

Bodega ... 6,5

Servicio ... 5

Aseos ... 4

Ambiente ... 6

Con el atributo de su talante campechano, su propietario, José Martínez -más conocido por Josito-, caracolea entre las mesas recitando las sugerencias del día, una carta que apenas sufre variaciones. De entrada, grandes tomates abiertos espolvoreados de sal gorda. Y como opción permanente, los mejores mariscos asturianos. Quizá andaricas (nécoras) o santiaguiños hervidos al momento, que se sirven templados. O tal vez bogavantes y centollas, que pasan desde la cetárea contigua a ollas con agua hirviendo. Nada de carnes ni de productos que no sean locales.

En sus cocinas, que dirige Toya Hortal, esposa del patrón, se ponen a punto grandes especialidades. Los habituales saben que hasta mediados de octubre no vuelve la sopa de pescado, famosa en el entorno. En verano, lo mejor es empezar con raciones de calamares de potera que se guisan en su tinta o se fríen en aceite limpio. O con unas prodigiosas almejas apenas abiertas al calor de la sartén, tiernas y con intensas notas yodadas.

Merluza y rape

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Para continuar, alguno de los pescados de la costa -doradas, lubinas, chopas de roca-, todos de anzuelo, que se hacen al horno con pimientos y patatas y se sirven enteros para no menos de dos comensales. Piezas finísimas de carnes blancas, con puntos de cocción correctos. La merluza se corta en gruesas rodajas y se hace en cazuela o rebozada, mientras que el pixin (rape), pescado emblemático de la casa, se sirve en filetes a la romana. Rodajas que parecen esponjas marinas empapadas en jugos, que se acompañan de unas patatas fritas memorables.

Terraza del restaurante Rompeolas, en el puerto de Tazones (Asturias). Abajo, plato de <b><i>pixin </i>(rape).</b>
Terraza del restaurante Rompeolas, en el puerto de Tazones (Asturias). Abajo, plato de pixin (rape).PACO PAREDES

SIDRAS Y CAFÉS

A POCOS METROS de Rompeolas, no lejos del pretil del puerto, se encuentra un grueso poste con enormes clavos de los que suelen colgar grandes pixines (rapes) enteros, sin piel y completamente eviscerados. Una práctica habitual en este tramo del litoral asturiano, que tiene por objeto madurar las piezas exponiéndolas al sol y al aire libre cuatro horas para que se concentren sus sabores.Como los postres son rutinarios (yogur, cuajada, tartas variadas), lo mejor es solicitar el flan de huevo de la casa, si es que no se opta por los quesos que sugiere Josito, un excelente Gamonedo ahumado, o tal vez queso de La Peral o Cabrales.La lista de vinos, que siempre ha sido notable, ya no es cantada. Aparece recogida en una carta que acumula marcas interesantes. Vinos sobresalientes de La Rioja, Somontano, Ribera de Duero y otras denominaciones de origen españolas, además de blancos de renombre ideales para los pescados y mariscos, incluidos cavas y champañas. Oferta compatible con varias sidras (La Mangada, Vigón o Cortina), que se escancian a pie de mesa en vasos grandes al estilo asturiano. Aunque el pan no da la talla, la casa acierta con el café. Un surtido de monodosis que permiten optar por variedades procedentes de Costa Rica, Kenia AA, Indonesia e incluso Blue Mountain de Jamaica. Para concluir, un espectacular aguardiente de manzana L'Alquitara del Obispo, variante de calvados asturiano sin envejecimiento en madera que, como el resto, se sirve sin protocolos y de forma acelerada.

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Sobre la firma

José Carlos Capel
Economista. Crítico de EL PAÍS desde hace 34 años. Miembro de la Real Academia de Gastronomía y de varias cofradías gastronómicas españolas y europeas, incluida la de Gastrónomos Pobres. Fundador en 2003 del congreso de alta cocina Madrid Fusión. Tiene publicados 45 libros de literatura gastronómica. Cocina por afición, sobre todo los desayunos.

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