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Cataluña tiene sólo la mitad de las reservas de sangre consideradas óptimas

El Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña alertó ayer de que las reservas de sangre se han situado en niveles excesivamente bajos a causa del descenso de las donaciones registrado en las últimas semanas, coincidiendo con el aumento de las temperaturas y el inicio de las vacaciones de julio. El problema se ha agravado porque a esta caída de las donaciones (se han realizado el 20% menos de las esperadas) se ha sumado un incremento del consumo de productos sanguíneos a causa de una mayor actividad hospitalaria.

El Banco de Sangre y Tejidos de Cataluña, ubicado en el hospital de Vall d'Hebron de Barcelona, disponía ayer por la mañana de sólo 3.000 bolsas de sangre, poco más de la mitad de la cantidad considerada óptima (5.500 unidades). "No estamos en una situación de alarma, pero sí de alerta", admitió Lluís Puig, director de Hemodonación del Banco de Sangre.

Puig destacó que con las reservas de que disponía ayer el Banco de Sangre se pueden atender las necesidades hospitalarias de sólo dos días y medio. Para recuperar los niveles óptimos de reservas se precisarían unas 1.000 donaciones diarias. El director de Hemodonaciones advirtió de que si en los próximos días el número de donaciones es muy inferior a esta cifra, deberán adoptarse medidas como la suspensión de intervenciones quirúrgicas no urgentes, aunque se mostró convencido de que no se llegará a este extremo porque "la sociedad responderá al llamamiento que se está haciendo a través de carteles en los centros asistenciales y a las campañas publicitarias para fomentar la donación en las unidades móviles".

En situaciones críticas como la actual también se opta por contactar personalmente con los donantes activos (cerca de 200.000 en Cataluña) para recordarles la necesidad de sangre. Según Puig, el calor y las vacaciones favorecen que estos donantes hagan un paréntesis en su habitual acción solidaria.

Desde el Banco de Sangre se distribuyen diariamente entre 700 y 900 bolsas de sangre y productos sanguíneos (hematíes, plaquetas y plasma) que se utilizan en los centros sanitarios para realizar transfusiones a enfermos crónicos u oncológicos, a víctimas de accidentes o a determinados pacientes sometidos a una intervención quirúrgica.

Puig explicó que mientras que anteriormente las necesidades de sangre en época estival bajaban en picado, desde hace años el descenso de la demanda de productos sanguíneos es menor y sólo se produce en pleno agosto. Ello se debe a que en la actualidad los centros hospitalarios, aunque reducen la actividad en verano, lo hacen en menor medida que antes.

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