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Columna
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Re sostenido séptima

Esperanza Aguirre visitó el Eix Comercial de Lleida y, como suelen hacer los políticos, los miembros de la familia real y la gente que, en general, va por la vida sin pagar, se dejó fotografiar haciendo gasto. Compró una maleta y estuvo probando una guitarra española en una tienda de instrumentos musicales.

Si, de entre todos los establecimientos del Eix Comercial, Esperanza Aguirre entró precisamente en el de maletas y en el de instrumentos musicales es por algo. Los políticos no dejan nada al azar. Tienen asesores que les aconsejan. En el Eix Comercial hay muchos establecimientos donde Aguirre hubiese podido entrar. Por ejemplo, el bar Lo Marraco, la corsetería Elena, la peluquería Franci, la mercería La Reina de les Mitges y la cafetería Triunfo. Pero seguramente sus asesores debieron de descartar estos lugares por si daba una imagen poco conveniente. Y en el caso de la cafetería Triunfo, por ejemplo, yo lo veo clarísimo. No debía entrar o los chistosos de siempre habrían ironizado sobre el hecho de que una militante del PP tome algo en un bar con nombre de revista mítica antifranquista.

Si negar el Holocausto es un delito, frivolizar con él como ha hecho Esperanza Aguirre también lo es

Total, que en la foto del acto Esperanza Aguirre rasga una guitarra en una tienda de instrumentos musicales. Por la posición de sus manos se adivina el acorde que toca, que, a lo mejor, tampoco es un acorde tocado al azar. Tal vez ese acorde, un re sostenido séptima, ha sido elegido cuidadosamente por los asesores. Y el caso es que Aguirre lo toca de forma extraña. Los dedos de su mano izquierda adoptan la posición para tocar un do séptima, pero no están en el primer traste, como correspondería. Están desplazados hasta el cuarto y por eso le sale el re sostenido séptima. Viendo la foto no podemos asegurar si con la mano derecha rasga las seis cuerdas de la guitarra o si sólo lo hace a partir de la segunda cuerda y hasta la quinta. Si estuviese rasgando las seis cuerdas, estaría tocando un acorde disonante. Si sólo tocase a partir de la segunda cuerda y hasta la quinta, estaría tocando un acorde que, como todas las séptimas, es un acorde de transición. De manera que ya tenemos el puzzle completo. En Lleida, Aguirre compró una maleta y tocó un acorde disonante o de transición. La metáfora está clara. Aguirre siente incomodidad en Cataluña. Nota que está de paso y quiere largarse cuanto antes.

Sí, ya lo sé. Seguramente les sorprende este repentino amor mío por la cosa simbólica y metafórica, por la doble lectura y hasta por lo freudiano. Compréndanme, por favor. No es culpa mía. Lo hago por obligación. Sólo si me entretengo dando vueltas a la maleta y al re sostenido séptima de Esperanza Aguirre dejo de pensar en las palabras que pronunció un rato después frente a un grupo de militantes. Son éstas: "No sé si decir que nos tratan como si fuéramos judíos en la Alemania nazi, como dijo Francesc de Carreras, pero la voluntad de exclusión hacia la militancia del PP de Cataluña es cada vez más manifiesta".

Yo, después de oír esto de los judíos en la Alemania nazi, que no es una broma, opto por darle vueltas a la maleta y al re sostenido o me preocupo mucho. Y ustedes hagan lo mismo. Sobre todo si son familiares de algun judío muerto, por ejemplo por inyección de gasolina en el campo de concentración de Mauthaussen, ese que tenía los famosos 186 escalones en los que miles de prisioneros -muchos de ellos republicanos españoles- murieron sufriendo como bestias. Piensen en la simpática maleta y en el transitorio re sostenido, y así no pensarán otras cosas. Por ejemplo, que si negar el Holocausto es un delito y por ello la justicia cerró la librería Europa, frivolizar con el Holocausto es exactamente el mismo delito y por ello a gente como Esperanza Aguirre la justicia debería cerrarle la boca ya.

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