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El consejero Vallès culpa al ministerio y a los jueces de los males de la justicia

El consejero de Justicia, Josep Maria Vallès, responsabilizó ayer al ministerio y a los jueces de las deficiencias endémicas que sufre la Administración de justicia y señaló que el incremento de medios materiales y humanos no sirve de nada si no se revisa el modelo actual. Horas antes de comparecer ante la comisión de Justicia y Derecho y Seguridad Ciudadana del Parlament, y en una actuación sin precedentes que le acarreó el reproche de CiU, Vallès convocó a la prensa para hacer balance de los 30 meses de gestión al frente del departamento, que le han llevado a visitar el 70% de los partidos judiciales y a establecer un diagnóstico: la política de mayores inversiones no soluciona los problemas.

"Es cómo pretender curar los males de la justicia con aspirinas, cuando las enfermedades son más graves y complicadas", dijo, antes de relacionar las inversiones realizadas, cuyas cifras, como de costumbre, se facilitaron por escrito cuando acabó de hablar. Doce edificios en construcción, seis en proyecto y más de 500 millones de euros en inversiones, incluida la Ciudad de la Justicia, figuran en esa relación, que incluye también la renovación tecnológica, la definición de una nueva oficina judicial que no se empezará a implantar hasta 2007, y de manera gradual, así como la mejora de archivos y bibliotecas.

En Cataluña hay 6.500 empleados en la Administración de justicia, 1.800 de los cuales son interinos. Según Vallès, esos trabajadores no se han podido estabilizar laboralmente porque el Ministerio de Justicia no ha convocado oposiciones. "Uno de los problemas que no se solucionan con aspirinas", insistió, antes de vaticinar que con el nuevo Estatuto se aliviará la enfermedad porque la Generalitat asumirá más competencias. Vallès también afirmó que el ministerio ha sido "incapaz" de gestionar bien la Administración de justicia, si bien precisó que no se trata de un problema de los actuales gestores, sino que arranca del siglo XIX, "cuando era Ministerio de Gracia y Justicia".

Colapso de los juzgados

Otro de los males que aquejan a la justicia, explicó el consejero, es el colapso de los juzgados, que él atribuyó a la movilidad de los jueces. "Esto tampoco se arregla con paños caliente", añadió, por lo que reclamó la intervención del Consejo General del Poder Judicial. Vallès también pidió a jueces y secretarios que colaboren con la Generalitat en controlar los horarios de los funcionarios, probablemente los únicos que quedan que entran y salen cuando quieren del trabajo porque no existe un sistema eficaz para velar por el cumplimiento de su jornada. La Generalitat tiene desde hace años competencias para instaurarlo y no lo ha hecho.

La solución a los males también pasa, dijo Vallès, por que la Generalitat tenga más competencias, y recordó que cuando jueces, fiscales y abogados se quejan de la falta de medios, "raramente" lo hacen en ese sentido. De ahí que sea necesaria, según él, una "mayor presión social" para cambiar la justicia, aunque no detalló el contenido de la expresión.

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En cuanto a la oficina judicial, que es la organización interna de los juzgados, Vallès dijo que se esta definiendo y que la Generalitat prepara un decreto de reforma. Justificó el retraso en su puesta en marcha diciendo que es un mal de muchos que afecta a toda España.

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