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Un imputado culpa a un operario del derrumbe del túnel del Carmel

Celada asegura que la excavadora trabajó en un lugar erróneo

La culpa fue del obrero. Lo dijo ayer en el Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona Benjamín Celada, el gerente de la empresa Geocontrol, que fue la que realizó los trabajos del subsuelo en el túnel del Carmel. El imputado Celada responsabilizó del hundimiento al operario que manejaba la excavadora que realizaba el movimiento de tierras para la construcción del túnel de maniobras de la Línea 5.

El abogado de alguno de los vecinos y comerciantes personados en el proceso como perjudicados, Sebastià del Val, explicó ayer que, en su opinión, la declaración de Celada no tiene ninguna trascendencia penal. "Los responsables son los que dieron las órdenes y se pudieron equivocar en sus decisiones", explicó el letrado.

En cualquier caso, la declaración de Celada sí sirvió, por lo menos, para considerar una primera hipótesis como causa del siniestro y esa no es otra que el error humano. Su relato de ayer ante la juez de lo ocurrido es que la excavadora trabajó donde no debía porque el operario se equivocó de lugar y debía haber trabajo en otra zona.

Por ese motivo, Celada dijo que el origen del hundimiento, hay que situarlo en la excavación que se produjo la noche del 24 de enero de 2005 en el túnel de maniobras, justo en el lugar en el que ocurriría el derrumbe de los dos edificios al cabo de tres días.

Zona delicada

Fuentes judiciales explicaron también que Celada declaró que ese punto era una zona delicada desde septiembre del año anterior y que "estaba en observación" por dos motivos: la presión que ejercen las rocas cuando se excava un túnel y que tienden a encogerse, por decirlo de forma gráfica, y la calidad de la gunita empleada en los trabajos de cimentación, que se detectó insuficiente y que había que sustituir.

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¿Si era una zona delicada por qué se realizó una excavación en ese lugar? Ésa es la pregunta que Celada no respondió ayer y explicó que, ciertamente, era una barbaridad realizar una excavación allí por el riesgo de hundimiento, que fue detectado la semana siguiente.

Gete-Alonso, el director de obras, declaró el martes ante la juez que existía una orden de no realizar ningún trabajo en ese punto, pero Celada explicó ayer que no existía esa orden. Eso puede explicar, por ejemplo, que no hubiera ninguna señalización especial, aunque Celada dijo que no es habitual que ocurra, ni siquiera cuando existe la advertencia de peligro.

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