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Un técnico de Gisa declara que desconocía que el tramo hundido en el Carmel estaba en observación

Pérez Otero asegura que era un responsable económico de la empresa y ajeno a las obras

Nadie conoce a nadie. La investigación judicial por el derrumbe del túnel del Carmel no es una película de suspense, pero es verdad que ninguno de los tres imputados que han declarado hasta ahora ha aportado demasiada luz a un suceso que obligó a desalojar de sus casas a más de 1.200 vecinos de ese barrio de Barcelona. Ayer le tocó el turno a Antoni Pérez Otero, el técnico de Gisa responsable del seguimiento de las obras, quien declaró a la juez que él desconocía que el tramo en el que se produjo el hundimiento estaba en observación desde hacía cuatro meses.

La declaración de ayer de Pérez Otero se ajustó al guión de quienes le habían precedido, en el sentido de echar pelotas fuera a cualquier pregunta comprometida de las acusaciones, porque hasta ahora la fiscalía no ha demostrado excesivo interés en los interrogatorios, según han explicado algunos de los presentes.

El técnico de Gisa dijo que si desconocía que el tramo del túnel de maniobras donde se produjo el hundimiento estaba bajo observación desde septiembre de 2005 a causa de un problema de asentamiento del terreno, era porque entre sus funciones no se incluían las cuestiones técnicas relacionadas con la obra. Sus competencias, explicó a la titular del Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona, eran económicas y administrativas, por lo que era ajeno, agregó, a las cuestiones técnicas de la obra o a la calidad de los materiales empleados.

Pérez Otero explicó también que sólo visitó ese tramo de las obras de ampliación de la línea 5 del metro en dos ocasiones y que era otra persona quien le informaba a diario del desarrollo de los trabajos porque aquél sí estaba a pie de obra. En este sentido, el técnico de Gisa, empresa dependiente del Departamento de Política Territorial y Obras Públicas de la Generalitat, relató que esa persona con la que despachaba a diario no le informó de ningún incidente en los trabajos o con las empresas constructoras.

El director de obras, Javier Gete-Alonso, y el gerente de la empresa que realizó los trabajos en el subsuelo, Benjamín Celada, declararon hace unos días a la juez que en septiembre de 2004 se acordó cambiar el proveedor de la gunita empleada para revestir el túnel, pero ayer Pérez Otero dijo que nunca se le comunicó ese hecho ni que las convergencias de la bóveda en el tramo en que ocurrió el derrumbe no eran las idóneas.

Si eso ocurrió así, dijo el imputado que declaró ayer, fue porque en las reuniones que se celebraban con las constructoras y la dirección de obras se hablaba de cuestiones genéricas. A la pregunta concreta de por qué se produjo el derrumbe, Pérez Otero dijo que no lo sabía.

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Las comparecencias ante la juez proseguirán el próximo lunes, con la comparecencia de Rafael Piquer Sirera, jefe de la Unión Temporal de Empresas que realizaba las obras.

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