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El futuro de Cataluña

Mas promete la supresión del impuesto de sucesiones si gana las elecciones en otoño

Duran afirma que desconocía esta promesa e insiste en separar el referéndum y las autonómicas

Artur Mas se sumergió de lleno ayer en la campaña del referéndum, pero no pensando en el 18-J, sino en sus aspiraciones de recuperar para Convergència i Unió (CiU) la presidencia de la Generalitat en las anticipadas autonómicas de otoño. Si al inicio de la campaña, sólo 12 horas antes, se había comprometido a disociar ambas citas con las urnas, ayer, ante un nutrido grupo de empresarios, en Barcelona, lanzó su primera promesa electoral: suprimir el impuesto de sucesiones y donaciones, y reducir el déficit fiscal a la mitad en caso de que logre gobernar. Josep Antoni Duran aseguró que desconocía la promesa de Mas.

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Primer día de mítines y Mas olvidó dos de sus propósitos. El primero, diferenciar el sentido del voto en el referéndum y en las posteriores autonómicas. El segundo, soslayar las críticas a Esquerra Republicana de Catalunya porque, tal como dijo la víspera, "esta campaña no es una lucha entre formaciones catalanistas". Pero Mas debía ganarse a la concurrencia -un buen número de empresarios catalanes- y espantar cualquier tentación de votar no. Para ello, proclamó las excelencias del nuevo sistema de financiación -"no hay color con el anterior", aseguró- y anunció una serie de ventajas fiscales, que tanto agradan a los empresarios, si consigue arrebatar la presidencia a Pasqual Maragall.

El líder nacionalista prometió rebajar paulatinamente, hasta suprimirlo, el impuesto de sucesiones y donaciones -primero para la vivienda-, como han hecho el País Vasco, Navarra y algunas comunidades gobernadas por el PP. Esta popular medida será posible, aseguró, gracias al sistema de financiación incluido en el nuevo Estatuto, que, junto las prometidas inversiones en infraestructuras, la mayor capacidad normativa en impuestos y el incremento de los ingresos, puede propiciar un reducción a la mitad del déficit fiscal catalán en unos siete años. Siempre y cuando, precisó Artur Mas, al frente de la Generalitat esté un Gobierno que sepa "jugar bien las cartas" que proporciona el nuevo modelo financiero.

Más dinero y menos impuestos fue la receta que ayer vendió Mas, pero dentro de las posibilidades de la Generalitat. Por eso, puntualizó, el Gobierno catalán no puede hacer nada con el impuesto de sociedades, obviando que su compañero de filas Josep Antoni Duran Lleida hace apenas dos semanas consiguió arrancar del Gobierno central una sustancial rebaja de este impuesto para las pequeñas y medinas empresas.

En La Pobla de Segur, adonde se desplazó ayer por la tarde para dar un mitin, Duran admitió desconocer la rebaja de impuestos anunciada horas antes por Artur Mas. En declaraciones a este periódico, el líder de Unió Democràtica y secretario general de CiU insistió en que hay que evitar mezclar los argumentos políticos del referéndum y de las autonómicas de otoño. Fue el primer encontronazo entre ambos socios de la federación, nada más iniciada la campaña electoral.

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