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Bienvenido Mister Hobbit

El gobierno y la sociedad civil de Nueva Zelanda se vuelcan para impedir la relocalización del rodaje de El hobbit, precuela de la trilogía de El señor de los anillos

GETTY IMAGES

En una reunión de dos horas celebrada ayer en la tarde en Wellington, el primer ministro de Nueva Zelanda, John Key, trató infructuosamente de convencer a altos ejecutivos de Warner Bros y New Line de que el rodaje de las dos películas de El Hobbit, precuela de la trilogía de El señor de los anillos, se quede en su país, tal y como estaba inicialmente previsto.

El sindicato de actores australiano Media, Entertainment and Arts Alliance había llamado la semana pasada al boicot si no se renegociaban los términos y condiciones de la contratación. Un escollo aparentemente menor que, sin embargo, llevó a la productora estadounidense a amenazar con cambiar la localización del rodaje. El proyecto ya acumula cuantiosas pérdidas debido a meses de retraso. Tras retirarse el mexicano Guillermo Del Toro , la dirección vuelve a estar en manos de Peter Jackson. Pero arrecian las ofertas de otros países (se rumorea que Escocia o Irlanda), que ponen sobre la mesa de la Warner Bros lucrativas ventajas fiscales para llevar a su territorio un proyecto de 500 millones de dólares.

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"He sido bastante claro con que si esto se convierte en una guerra de pujas, Nueva Zelanda está fuera. No creo que ésta sea la manera de tratar este asunto. Ellos ya cuentan con una larga historia aquí, han hecho aquí películas de éxito, y no quiero tener que pasar ahora a renegociar con cada productora que venga", declaró Key después de la reunión, que continuará hoy. Se ha especulado desde hace días con que el Gobierno está dispuesto a incentivar el proyecto con una subvención de 65 millones de dólares neozelandeses (35 millones de euros). El primer ministro reveló ayer que las cifras que ofrecen otros países son muy superiores.

Peter Jackson, director de la oscarizada trilogía y auténtico héroe nacional, ostenta el título de sir por haber creado en un país de cuatro millones de habitantes y prácticamente de la nada una potente industria cinematográfica. Además de dirigir y producir, es copropietario de Weta Digital, la puntera empresa de postproducción que ha realizado los efectos visuales de Avatar, King Kong o sus adaptaciones de Tolkien . Uno de sus ex empleados, Mike Wallis, animador de las tres entregas y ahora director de cine, organizó una concentración el lunes para recibir a los ejecutivos de Warner Bros. Más de 2000 manifestantes se reunieron en la plaza Civic de Wellington "para demostrar el compromiso de toda una nación con el proyecto. Nueva Zelanda es un país estable, trabajador y creativo. No era una protesta", aclara. "Lo que queríamos es reivindicar en clave positiva nuestra capacidad para afrontar este rodaje. El señor de los anillos se rodó aquí, carece de sentido reubicar las precuelas".

Wallis no da credibilidad a los rumores que apuntan a una estrategia de Warner Bros para mejorar las condiciones del contrato. "El estudio no es está obrando con malicia, ha perdido ya mucho dinero y es lógico que quiera asegurar su inversión. Mi opinión personal es que pelearán hasta el final para garantizar el futuro del proyecto sin sorpresas desagradables, pero que finalmente se quedarán aquí".

En la concentración, el cofundador de Weta Digital, Richard Taylor, declaró entre aplausos que la industria cinematográfica está "indeleblemente sellada a la cultura de Nueva Zelanda... en el escenario mundial". Y leyó a los manifestantes un comunicado de Jackson: "Que nos conviertan en otro estado de Australia bajo el influjo de una organización destructiva conlleva el riesgo real de destruir el gran corazón que late dentro de nuestras películas (...). Que no se abra una puerta a un sindicato australiano que nunca antepondrá los intereses de los neozelandeses y que usará su poder para destruir todo aquello que hemos construido (...). Sé que vuestros mensaje al estudio no pasará inadvertido".

Además de la destrucción de miles de puestos de trabajo, la reubicación podría acarrear la desvinculación de Weta Digital como encargada de la postproducción de El Hobbit. "Esto probablemente aplastaría las oportunidades de Nueva Zelanda de continuar expandiendo la base de una necesaria industria de alta tecnología en un país que tradicionalmente ha producido carne, leche y leña", opina Richard Long, periodista de The Dominion Post, periódico local de referencia . "Recuerdo a la antigua primera ministra Helen Clark diciendo que lo que Nueva Zelanda necesitaba era un Nokia, un gigante de las comunicaciones cuyo desarrollo era improbable en un país como Finlandia, anteriormente más conocido por su leña, su pescado y su vodka". Weta Digital sólo emplea a 750 personas, pero sus cinco Oscars a mejores efectos especiales la han convertido en orgullo nacional.

Esta mañana, una viñeta de la prensa local mostraba a varios neozelandeses sujetando a bebés mientras recibían en el aeropuerto a los ejecutivos de Warner: "Tomad nuestros bebés primogénitos y dejad aquí al Hobbit".

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