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Entrevista:Carmen Thyssen | Vicepresidenta vitalicia de la Fundación Thyssen

"Han manipulado las cifras y me han insultado"

Elsa Fernández-Santos

Carmen Thyssen viajó ayer a Madrid desde su casa de Sant Feliu de Guíxols (Girona). Hoy, a las doce de la mañana, acudirá a la concentración prevista a las puertas del Museo Thyssen-Bornemisza convocada por Ecologistas en Acción, SOS Árboles de Madrid y Jardineros de CC OO, entre otros grupos, que protestan por la tala de los casi 700 árboles que contempla el plan especial previsto para la reforma del eje Prado-Recoletos, cuya aprobación por el pleno del Ayuntamiento de Madrid está prevista para el mes de julio.

Carmen Thyssen, vicepresidenta vitalicia de la Fundación Thyssen, ha dicho que se "atará" a un árbol, o que incluso se "subirá" si hace falta, para evitar que los destruyan. Ayer, desde el coche en el que regresaba desde Cataluña hasta su casa del barrio de La Moraleja, respondió a las siguientes preguntas.

"Todos los que vivimos en Madrid estamos muy hartos. Demasiado cemento por todas partes"
"Voy a luchar hasta el final. Me han llamado arquitectos, urbanistas y paisajistas dándome la razón"
"Dicen que detrás de todo esto está la negociación de mi colección, y se equivocan. Lucho por la naturaleza"
"Han hablado de 29 árboles, cuando sabemos, porque los han contado, que son casi 700"
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Pregunta. En las últimas horas, ha elevado el tono de las declaraciones y ha pasado de atarse a un árbol a subirse. ¿La veremos hoy encadenada?

Respuesta. Me han dicho que alguien ya ha dejado una cadena preparada, pero no, mañana [por hoy] lo que quiero es dar un paseo por la zona, y me subiré a un pódium que han preparado los de Ecologistas en Acción; el resto, ya veremos, queda tiempo para hacer de todo... atarse, subirse, que me suban la comida con una cuerda, lo que sea.

P. La repercusión la ha conseguido...

R. Es lo que quería, que me escucharan. No he querido enfrentarme a nadie, me he reunido durante tres años pacientemente, pero no he logrado absolutamente nada. Así que el tiempo se acaba y yo me he puesto nerviosa.

P. ¿Y hasta dónde está dispuesta a llegar?

R. Hasta donde haga falta. Voy a luchar hasta el final. Quiero que se den cuenta. Me han llamado arquitectos, urbanistas y paisajistas dándome la razón. El profesor Luis Felipe Alonso Texidor me ha enviado cuatro folios en los que me explica que lo que quieren hacer es una tontería. O el arquitecto Jerry Sherrin, que participó en uno de los concursos que optaron al proyecto y que irá a la manifestación. También me han dicho que vendrá Juan Soler, diputado de la Comunidad de Madrid. La verdad es que me hace ilusión ver la respuesta de la gente.

P. El arquitecto Juan Miguel Hernández de León, portavoz de Álvaro Siza, dijo que usted tendría que buscar el árbol al que subirse, porque, según afirmó en una conferencia de prensa, el plan sólo afecta a 29.

R. El Ayuntamiento no sólo ha manipulado las cifras, sino que me ha insultado. Han hablado de 29 árboles cuando sabemos, porque los han contado, que son casi 700. ¿En qué quedamos? Han sido muy hirientes, aunque los insultos son de risa.

P. La concejal de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, Pilar Martínez, ha dicho que usted es una caprichosa y una intolerante, que se salta los procedimientos democráticos y que antepone sus intereses personales a los de los ciudadanos.

R. Sí, lo ha dicho, y a esa señora le he puesto una querella. Hay cosas que hay que pensarse dos veces antes de decirlas.

P. El alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, también ha dicho que hay que hacer más caso a la inteligencia que a la aristocracia.

R. [Risas] ¿Y a quién iba dirigida esa frase? Que lo explique un poco mejor. La verdad es que la frase es muy buena, me reí mucho cuando la leí. Es muy ocurrente el alcalde.

P. Para muchos madrileños, usted ha catalizado la rabia que hay por tantas obras. Algunos han escrito que usted es su heroína.

R. ¿Una Juana de Arco? Eso no. No, no. Aunque es verdad que todos los que vivimos en Madrid estamos muy hartos. Demasiado cemento por todas partes. Se olvidan de algo muy importante. Los árboles tienen vida. Hablan.

P. ¿Y qué dicen?

R. Emiten ondas, energía, mensajes. Saben que estamos con ellos, que los estamos defendiendo, y nos regalan su vida. Eso es importante saberlo.

P. ¿Qué le ha dicho la plataforma Ecologistas en Acción?

R. Me alegro muchísimo de estar con ellos y ellos lo están de estar conmigo. El agradecimiento, en definitiva, es mutuo. El interés que ellos tienen es tan altruista como el mío. Todo esto lo hacen por amor a la naturaleza. No van a recibir nada a cambio. Es importante hablar de ese amor a la naturaleza. Dicen que detrás de todo esto está la negociación de mi colección, y se equivocan. Llevo años peleándome por esto, por lo único que me importa: el amor a la naturaleza y el amor al arte.

R. ¿Pero ha frenado las negociaciones entonces?

R. Sí. Ya lo dije. Ahora lo que me interesa es esto. Y no puedo dar marcha atrás, ya es demasiado tarde. En esta vida, cuando uno decide dar un paso no puede retroceder.

P. El Ayuntamiento insiste en que el museo no presentó alegaciones contra el proyecto de la reforma.

R. Vamos a ver: nuestra alegación fue ir a verles permanentemente, algo que me parece mucho más rápido que un papel perdido en una mesa. ¿Cómo que no hemos alegado? Entonces, ¿para qué nos hemos reunido con ellos una y otra vez?

P. ¿Ha hablado usted con el alcalde?

R. Sí. Hablamos casi a diario por medio de la prensa. De verdad, no tengo nada en contra de él. Pero creo que debería recapacitar e intentar llegar a un buen entendimiento entre todos. Estamos hablando de uno de los bulevares más bellos de Europa, de un lugar que es divino.

P. ¿Y con Esperanza Aguirre?

R. Con Esperanza, sí. Y no quiere oír ni hablar de la tala de ningún árbol. No lo permitirá.

P. ¿Y cuál es el siguiente paso?

R. Pues ir a ver al alcalde. Reunirme con él y con la concejala de Urbanismo...

P. Pero si le ha puesto una querella...

R. Es que los abogados van por un sitio y yo por otro.

P. ¿Y los arquitectos?

R. Me gustaría mucho hablar también con ellos. Y con todos los que quedaron finalistas. Convocarlos otra vez para que hablen.

P. Puede montar unas jornadas en el museo.

R. Sería una buena idea. Me gustaría muchísimo. Que el madrileño opine, que se abra por fin un debate público.

P. Entonces, ¿esto sólo está empezando?

R. Es que ya no puedo parar. Soy tauro de nacimiento y cuando se me pone algo en la cabeza soy muy tozuda. No me conocen. Claro que seguiremos, porque, aunque a muchos les ofenda, sé que tengo razón.

P. La repercusión también está siendo internacional. ¿Qué le llega desde fuera?

R. Me están llamando desde Nueva York, desde Japón, desde China. Por ejemplo, los de la Frick Collection de Nueva York, que estuvieron cenando hace poco en el museo, no paran de llamarme. Están como locos. No se lo pueden creer, me dicen que si en América pasa algo parecido los matan. Es que estamos hablando de algo que preocupa en todo el mundo, cuidar nuestro verde. ¡Parece que estamos en Brasil! ¡Y eso no puede ser! La que se está liando es un escándalo internacional, y todos me dicen lo mismo: que luche. Y por eso mismo yo les ruego que esta vez me hagan caso. Son muchos años de trabajo y de esfuerzos. La colección de mi marido, la mía... Hay mucha gente que valora tantos años de trabajo.

P. ¿Y aquí no?

R. Quizá lo han olvidado.

Carmen Thyssen, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, en una imagen de archivo.
Carmen Thyssen, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid, en una imagen de archivo.RICARDO GUTIÉRREZ
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Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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