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'Idomeneo' volverá a la Deutsche Oper

Los responsables del teatro berlinés han anunciado dos funciones antes de fin de año

Un mes después del escándalo que provocó en todo el mundo la suspensión de la ópera Idomeneo, de Wolfgang Amadeus Mozart, en la Deutsche Oper de Berlín, por temor a un ataque islamista, los alemanes saludan su regreso. La presión pública exigió la reincorporación de la ópera en la programación Ópera berlinesa, aunque se desconoce la fecha exacta de las dos representaciones anunciadas ayer por los responsables del coliseo para antes de fin de año. "Los políticos querían a toda costa la reincorporación de esa ópera", dijo ayer la directora de la Ópera en el oeste de Berlín, Kirsten Harms. Además de la presión política, la policía llegó a la conclusión, tras otro análisis, de que "por el momento, no se detecta peligro alguno para el teatro o sus trabajadores", si bien "se observará cómo evolucionan las circunstancias".

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La libertad del arte ganó. La versión de Idomeneo de Hans Neuenfels, en la que el rey de Creta se presentará al público con la cabeza de Mahoma en la mano, se verá en diciembre, en dos funciones y antes de Navidad, según un portavoz de la Ópera. El montaje de Neuenfels se estrenó en 2003 y no ha vuelto a figurar en un programa desde 2004.

La obra trata del levantamiento de los hombres contra los dioses. También Buda, Jesús y Poseidón pierden su cabeza al final de la ópera, porque ninguno de los dioses logró establecer la paz en el mundo, según explicó Neuenfels. El contenido original de la obra no se centra en absoluto en el mundo islámico, como otras del mismo compositor, El rapto del Serrallo, por ejemplo, pero Neuenfels sí le dio importancia.

Los alemanes no experimentan a diario el miedo al terrorismo islámico, pero un riesgo indefinido comunicado el pasado mes de septiembre por las autoridades a la directora de la Deutsche Oper, Kirsten Harms, bastó para que ésta cancelara la representación de Idomeneo. Decía no poder garantizar la seguridad del personal de la institución que dirige y la del público, unas 2.000 personas por función. Hablaban las autoridades de "un riesgo incalculable para la seguridad en Alemania y los intereses alemanes en el extranjero". Harms sostuvo en su momento que el director de la Oficina Regional de Investigación Criminal (Landeskriminalamt) le había advertido de que la policía no garantizaba "seguridad alguna". Él mismo, que habló con Harms por teléfono, admitió luego "problemas de comunicación".

Políticos e intelectuales reaccionaron entonces con indignación a la noticia. Los participantes de la Conferencia del Islam convocada a finales de septiembre por el ministro del Interior, Wolfgang Schäuble, decidieron de manera casi unánime ir a verla en caso de que regrese al escenario. ¿Cómo era posible que el temor a la violencia islamista acabara con la libertad de expresión? La canciller alemana, Angela Merkel, criticó la manera de "meter tijeras en la cabeza".

La presión política creció a diario hasta que todos los responsables de la cancelación de la ópera, los senadores del Interior y de Cultura, Erhart Körting y Thomas Flierl, el director general de la Ópera de Berlín y la directora de la Deutsche Oper, acordaran el miércoles mostrarla, porque, así lo dicen, no existe el peligro que temían en septiembre. Coinciden los recientes análisis de la policía de Berlín y la Oficina Federal de Investigación Criminal en que una agresión islámica "no es probable" en el caso de la representación de la ópera.

El senador de Cultura Flierl dijo que ha insistido siempre en que, "en tiempos de amenazas terroristas posibles y reales, sólo será creíble, convincente y duradera la reflexión ciudadana berlinesa sobre el gran valor de la libertad del arte teniendo en cuenta la realización de la versión [de Idomeneo] de Neuenfels".

El presidente de la comunidad turca de Alemania, Kenan Kolat, expresó su satisfacción por el regreso al cartel de Idomeneo, porque "se trata de arte y no debe ser influido por la política o la religión". Cada individuo puede decidir sobre si quiere asistir o no, dijo Kolat?. También declaró que nunca entendió por qué se quitó la ópera del programa, porque no existía ninguna amenaza concreta por parte de organizaciones o grupos radicales, según explicó al semanario Der Spiegel.

Debate

La cancelación de la ópera desató en su momento un debate sobre la libertad de expresión. Los más altos representantes políticos alemanes, e incluso de otros países, así como diversos líderes islámicos, se indignaron por la decisión radical tomada por Kirsten Harms y lo debatieron en todas las plataformas públicas. Harms, por su parte, quien entonces argumentó en favor de la suspensión con que el riesgo era incalculable, dijo ayer que si pudiera volver atrás en el tiempo decidiría de la misma manera y concluyó que "el debate sobre la libertad de expresión y artística fue positivo". En opinión del ministro de Cultura, Bernd Neumann, quien se alegró de que se reponga la ópera polémica, el debate ha sido negativo para la institución de Harms. Dijo que "con un poco más de tacto se hubiera evitado la pérdida de prestigio de la Deutsche Oper causada por la cancelación" de Idomeneo.

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