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PhotoEspaña ofrece la mirada de tres fotógrafos sobre el paisaje transformado por el hombre

El Centro Cultural de la Villa acoge desde mañana y hasta el 23 de julio las fotos de John Davies, Ed Burtynsky y Rinko Kawauchi

El paisaje transformado por el hombre, a los ojos de tres fotógrafos de diferentes técnicas, sensibilidades y nacionalidades -el británico John Davies, el canadiense Ed Burtynsky y la japonesa Rinko Kawauchi-, es el tema de la exposición Madre Tierra, que puede visitarse desde mañana hasta el 23 de julio en el Centro Cultural de la Villa de Madrid. La Fundación Santander Central Hispano organiza esta muestra donde se conjuga la "emoción estética" de las propia naturaleza, con otras lecturas menos explícitas, como la política, la historia o la ecología.

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La exposición, comisariada por Horacio Fernández, se inscribe dentro del festival PhotoEspaña, que se inaugurará oficialmente mañana y que este año gira en torno a la naturaleza y sus representaciones. Más de 200 fotografías, buena parte de ellas de gran formato, componen esta muestra triple, que reúne los trabajos, algunos de ellos hasta ahora inéditos, de Burtynsky, Davies y Kawauchi, que expone por primera vez en España. Cada uno tiene su particular manera de acercarse a la naturaleza, y, así, mientras Davies se inspira en el domesticado ecosistema europeo y el urbanismo de la era postindustrial, Burtynsky elige panoramas de Norteamérica y de China que hablan por sí solos de la manera en que la industria altera el medio.

Kawauchi se centra en perseguir el rastro fugaz que personas, animales y plantas dejan a su paso por la vida. La fuerte carga dramática del título genérico de la exposición, Madre Tierra, quiere poner el acento, como señalaba hoy Horacio Fernández, en el concepto de tierra como origen y final presente en las propuestas de los tres autores. En las imágenes de los tres artistas, según el comisario, "la estética, los significados ocultos y las emociones se mezclan con la política, la historia, la realidad cotidiana y la cultura visual que de manera directa o indirecta influyen en las decisiones ejecutivas que llevan consigo una transformación del entorno natural".

Naturaleza e industria

La exposición arranca con British Landscape, la serie en blanco y negro realizada por John Davies (Sedgefield, Reino Unido, 1949), que constituye, según contó él mismo, un resumen de 25 años de trabajo y un retrato de cómo el pintoresco paisaje inglés es domesticado por el hombre, invadido por la sociedad industrial. Centrales nucleares, puentes y viviendas pueblan las bellas laderas inglesas en unas fotos que son extensos panoramas que transmiten un ambiente entre lo intemporal y lo histórico. Minas, refinerías o canteras de Estados Unidos, Canadá, Italia o India, así como la presa china de Las tres Gargantas sobre el río Yangtsé, la más grande del planeta, cuya construcción ha obligado a desplazar a dos millones de personas, son, en cambio, los lugares que Burtynsky (Toronto, Canadá, 1955) elige para su trabajo, cuyo tema principal, declara él, es "la naturaleza transformada por la industria".

Sus detalladas imágenes de gran formato, inquietantes y seductoras, son documentos de lectura política que se preguntan por la sostenibilidad de nuestro modelo de desarrollo, además de "metáforas de nuestra existencia actual". Para el autor buscan "un diálogo entre atracción y repulsión, seducción y miedo", y para Horacio Fernández "hablan de esa Madre que nos provee con sus muchos recursos y que sus hijos saqueamos y esquilmamos, pero lo hacen más sutilmente que mediante la denuncia directa, incluyendo belleza y monumentalidad, que nos hacen sobre todo reflexionar".

Por último, Kawauchi, que se dio a conocer en Japón con unos cuidadísimos fotolibros, a diferencia de lo que hacen sus dos compañeros de exposición, no construye paisajes, sino retratos, que en esta ocasión giran en torno al origen de la vida. Aunque empleando una gama cromática fría, de tonos azulados o verdosos, Rinko Kawauchi consigue llenar de una gran carga poética sus fotografías de animales, personas o plantas, en las que, contó ella hoy, sólo da al disparador de su cámara cuando el instante o el detalle que quiere captar le produce emoción.

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