El Salón del Cómic celebra la pujanza de la historieta española

La historieta española rebosa de creatividad. La calidad artística de sus autores ha quedado demostrada de sobra en el Salón del Cómic de Barcelona, que ayer disfrutó de una jornada de clausura concurridísima. Aunque las tiradas de ejemplares sean modestas, autores como Luis Royo, Pura Campos y Daniel Torres se han codeado estos días sin complejos con David Gibbons y otras grandes estrellas de las viñetas. La mayor competencia llega de Japón, país que ha inundado Europa con sus mangas de colegialas y guerreros.

Las aventuras de Esther, el personaje más popular de Pura Campos, se dejaron de publicar hace dos décadas. El sello Glénat decidió recuperarlas del limbo de los tebeos y la respuesta de los lectores ha sido entusiasta. La autora no paró ayer de dedicar ejemplares en el Salón del Cómic de Barcelona. Las colas se repetían en la caseta de la editorial Norma. Allí, entre otros, firmaban sus obras Daniel Torres, padre del popular Roco Vargas, y Luis Royo, ilustrador de fama internacional y artífice de un imaginario fantástico poblado por esculturales alienígenas.

Lectores y profesionales del sector español del cómic coinciden en señalar su buen momento creativo. No obstante, las tiradas de ejemplares no se pueden comparar todavía con las de países como Francia, donde un álbum de René Petillon puede llegar a los 300.000 ejemplares. Sin duda, la mayor competencia llega de Japón y sus mangas, una situación que se repite en otros países europeos. "En Italia tienen mucho éxito, mientras que el espacio reservado para los creadores independientes es muy pequeño. Eso sí, la historieta de autor es como el jazz, tiene un público minoritario, pero internacional", explica Vittorio Giardino, uno de los grandes referentes europeos. La afición por el cómic nacional se percibe también en el auge de los fanzines, cantera de autores para las editoriales.

Para aprovechar este potencial, el salón acogió una reunión entre una comisión del Congreso de los Diputados y representantes del sector. Una de las medidas que se apuntó durante el encuentro fue la introducción del cómic en el sistema educativo. Los autores consideran que también es necesario crear nuevos lectores, tarea en la que pueden ayudar las bibliotecas. Muchos dibujantes señalan que los comienzos siempre son duros. Sin embargo, otros recomiendan a los noveles el uso de Internet para contactar con editoriales de todo el mundo. Un buen ejemplo para ellos puede ser Dave Gibbons, que no entiende de fronteras. "Cuando realizas algún trabajo has de dejarte guiar por tu propia sensibilidad. Sé, por ejemplo, que mis cómics funcionan en Japón, pero no tengo ni idea de lo que busca un japonés cuando abre un tebeo".

Los personajes de cómic no viven siempre encerrados en las viñetas, también es posible encontrar sus figuras moldeadas en vinilo. Entre los más populares están los protagonistas de Vortigern's machine (que edita Amos y distribuye Monkey Hat en España), creados por James Jarvis y Russell Waterman.

Más de 95.000 visitantes han acudido al reclamo del Salón del Cómic, según datos provisionales aportados por su director, Carles Santamaría. Esta cifra supone un aumento del 8% respecto al año pasado. Uno de los espacios con mayor rendimiento ha sido el reservado para los profesionales, donde se han desarrollado más de 150 entrevistas entre editores foráneos y autores autóctonos. Santamaría asegura que los sellos estadounidenses han sido, con diferencia, los que han mostrado mayor interés por las historietas españolas.