Tres días de plenitud 'otaku'

Hideshi Hino, macabro esteta del manga de horror, creador de un extraño mundo poblado de bebés mutantes, niñas diabólicas y gusanos monstruosos, será una de las grandes estrellas en el XII Salón del Manga, que hoy abre sus puertas en La Farga de L'Hospitalet. Autor de la semiautobiográfica Panorama infernal -que ha publicado en castellano Ediciones La Cúpula- o la brutal Hellbaby, Hino presenta una exposición de originales en esta cita que se prolongará hasta el próximo domingo. La nutrida presencia de autores japoneses es uno de los toques de distinción en la convocatoria de este año: junto a Hino, destaca la presencia de un auténtico clásico en vida como Monkey Punch -creador de la serie Lupin III que, en su momento, llevó al cine el gran Hayao Miyazaki-. También estarán presentes la autora Tachibana Higuchi (Alice: escuela de magia), la diseñadora de personajes para anime Atsuko Nakajima -con trabajos tan relevantes en su historial como Ranma ?- y el popular mangaka (autor de manga) Masakazu Katsura (Video girl AI y Zetman).

En España, la pasión por el manga y el anime corre en paralelo con el gusto por el pop japonés en sus múltiples variantes. Para saciar ese interés se ofrecerá en La Farga el aperitivo de dos conciertos que tendrán lugar en otros locales de la ciudad: el grupo de Visual-Rock de trazos góticos Blood e Hironobu Kageyama, intérprete de la sintonía de la serie Bola de Dragón Z, aportarán la guinda musical a este encuentro.

"El fenómeno otaku (afición al manga y al anime) lleva ya 15 años instalado en nuestro país", subraya Carles Santamaría, director del Salón del Manga, "conviven ya varias generaciones de lectores de manga. No se puede hacer un retrato robot del consumidor, pero estamos hablando de un público joven cuya edad oscila entre los 15 y los 25 años. Esta afición tiene un punto festivo que convierte el salón casi en un carnaval". Un total de 63.000 visitantes disfrutaron del evento en la edición del pasado año. Aprovechando hasta el último de los 10.500 metros cuadrados del amplio recinto de La Farga, el Salón del Manga programa un buen número de actividades paralelas, como los concursos de Cos-Play (en los que los otakus se visten como sus personajes favoritos, mediante elaborados disfraces de confección propia) o las competiciones de DDR (Dance Dance Revolution), esa "máquina de bailar" que inspiraba la última película del director Óscar Aibar.

"Este salón es la meca del manga en España, en el sentido más musulmán del término", afirma Jimina Sabadú, otaku y coguionista de La máquina de bailar, "vienen aficionados de todos los puntos de España para encontrarse. Hay mucha gente que se ha conocido por Internet y se ven las caras por primera vez aquí. Y hay algunos que sólo ligan en este contexto. Una vez al año. Es un paraíso terrenal que ojalá fuera más holgado".

No obstante, no todo es luz, alegría y felicidad en el universo del manga. Es sabido que en Japón sus autores alcanzan ese triunfo apoteósico que antes estaba reservado a las estrellas del rock, pero las presiones de la industria, el ritmo y las condiciones de trabajo alcanzan cotas de dureza inimaginables en Occidente. El pasado 10 de septiembre, Rin Inumaru -creadora de la serie que inspiró el anime El príncipe Mackaroo- se suicidó tirándose desde la ventana de un 14º piso. Dejó una nota en la que se confesaba frustrada por no ser lo suficientemente buena en su trabajo.

El manga ocupa actualmente el 50% del mercado de la historieta en Francia, el país europeo de referencia en cuanto a consumo y producción de narrativa dibujada. Inevitablemente, el crecimiento del manga ha desplazado a la producción autóctona, como ya está ocurriendo en Estados Unidos, donde el mercado de la historieta de superhéroes puede ver amenazado su monopolio. No es casual que la industria del comic-book de superhéroes se esfuerce, en los últimos años, por reclutar a destacados autores japoneses para sus series. Tampoco lo es que el canónico estilo instituido por Jack Kirby haya dado paso a una gramática más efectista que sigue la inspiración del manga.

"Está claro que el futuro del cómic juvenil no pasa por la reedición de Zipi y Zape", afirma tajante Joan Navarro, responsable de Ediciones Glénat -sello que lanza al mercado la friolera de 23 novedades en este salón-, "ahora mismo el manga está en un momento de eclosión: el mercado se está ampliando y consolidando. No existe ningún temor a que el mercado se sature. Ha ocurrido lo mismo que en otros países europeos. El manga ha superado ampliamente la barrera del cómic y ha logrado entrar en los canales de distribución masiva. Está en nuestras manos saberlo gestionar".