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Crónica:Japón 1 - Brasil 4 | ALEMANIA 2006
Crónica
Texto informativo con interpretación

Brasil vuelve a ser Brasil

Por primera vez desde que empezó el Mundial, Brasil fue Brasil. Sin Adriano y con Robinho ocupando ese vértice del cuadrado mágico, la Selecção ganó mucho en movilidad. Gilberto Silva y Juninho Pernambucano dominaron el centro del campo e hicieron olvidar al eje Emerson-Zé Roberto. Los de Parreira tocaron con velocidad y con precisión. Volvió el jogo bonito. Y, sobre todo, al día siguiente de conocer su peso real (90 kilos como 90 soles), volvió Ronaldo que con 14 goles está empatado con el Torpedo Müller como máximo goleador de la historia de los Mundiales.

Desde el arranque del encuentro, Brasil persiguió los tres puntos y, sobre todo, acabar con las críticas y con las dudas levantadas. Así, y con combinaciones muy rápidas, la selección brasileña dominó como quiso a un Japón que presionaba con la mirada y que hizo del partido un escenario para que los americanos se luciesen. Robinho, Ronaldinho, Ronaldo (la temida triple R) y un Juninho Pernambucano simplemente perfecto crearon infinidad de ocasiones y convirtieron a Kawaguchi en el héroe de su equipo.

Especial Alemania 2006
Foro del Mundial (nueva herramienta)

Tras media hora de asedio brasileño y en la primera jugada de ataque de Japón, Tamada adelantó a los nipones. Una internada de Alex, el brasileño nacionalizado, permitió que Japón se adelantase por medio de un zurdazo durísimo. La alegría en el bando asiático se desbordaba: su portero lo paraba todo, su equipo la tocaba bien y encima estaban ganando a Brasil. Inaudito. Pero ante los pentacampeones del mundo nadie se puede relajar. Y Japón lo hizo justo en la última jugada del primer tiempo. Ronaldo recibe un balón cabeceado por Cicinho y, también con la cabeza, bate a un Kawaguchi que se quedó en la portería a verlas venir.

Brasil, desatado

En la segunda parte, un Brasil herido en su amor propio salió como un vendaval a machacar a los japoneses. Empleando el jogo bonito como arma y oleada tras oleada, fueron desarbolando una defensa tan blanda como en la primera parte. A los siete minutos Juninho Pernambucano ya había puesto por delante a la Canarinha con un disparo lejano y durísimo que Kawaguchi vio cuando ya tenía la pelota encima.

Con la cabeza todavía en el gol de Juninho, llegó el del Gilberto Melo. Tras una buena jugada personal, el lateral brasileño batió en una de sus pocas subidas a un Kawaguchi que se desesperaba por momentos. El sueño de Zico de frenar a la selección en la que jugó y de lograr un buen resultado, fue desapareciendo con el paso de los minutos.

Cada vez resultaba más evidente que Brasil era superior en todos los aspectos y Japón, sin rendirse nunca, iba cediedo cada vez más espacio. Los de Parreira tocaban y tocaban siempre con la cabeza puesta en la portería japonesa. Y en una de estas llegó el segundo de Ronaldo: Juan se incorpora al ataque y a base de paredes consigue dejar un balón en la frontal para que el madridista la clave con el interior del pie derecho muy cerca del palo izquierdo de Kawaguchi.

El resto ya fue espectáculo para la galería. Brasil gustándose, Japón tratando de maquillar el resultado en contras rápidas pero aisladas, Ronaldo buscando el récord de máximo goleador de la historia de los mundiales en solitario. Y una conclusión: Brasil vuelve a ser Brasil y ya asusta.

El brasileño Ronaldo celebra el triunfo de la selección brasileña al término del partido contra Japón este jueves en Dortmund.
El brasileño Ronaldo celebra el triunfo de la selección brasileña al término del partido contra Japón este jueves en Dortmund.EFE

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