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La Copa ya está en Italia

Los ganadores han llegado al aeropuerto militar romano Pratica Di Mare, donde les esperaban periodistas y más de un millar de aficionados

La expedición italiana, con sus 23 jugadores, el cuerpo técnico a cuyo frente está el seleccionador Marcello Lippi, y los demás integrantes de la expedición oficial, acudieron al Palazzo Chigi, sede de la Presidencia del Gobierno, apenas aterrizado en Roma el avión que les transportaba desde Alemania. El autobús que transportaba a los jugadores, técnicos, dirigentes y sus familiares, fueron acompañados en el largo trayecto por centenares de motocicletas de baja cilindrada y por miles de aficionados que se encontraban en las calles esperando su paso y que ralentizaron la marcha, llegando con casi dos horas de retraso a la cita con el presidente del Gobierno.

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En los alrededores del palazzo, ubicado en pleno centro de Roma y donde ondeaba una gran bandera italiana de unos cinco metros de longitud, se congregaron desde horas antes varios centenares de aficionados (entre ellos decenas de niños) luciendo las camisetas con los colores de la selección y con enseñas nacionales. Debido al fuerte calor húmedo, las asistencias de protección civil tuvieron que repartir cientos de botellas de agua a los presentes, que en algunos momentos mostraron con silbidos su malestar por el retraso de la comitiva azzurra.

Los jugadores, con la medalla que les acredita como campeones del mundo al cuello y al frente de los cuales se encontraba el capitán Fabio Cannavaro con la Copa del Mundo en la mano, fueron recibidos fuera del Palazzo Chigi por el presidente Prodi, con el que entraron en el patio interior, lugar donde habitualmente se acoge a los jefes de Estado y ministros extranjeros.

Prodi, en su discurso de bienvenida, dio las gracias a los integrantes de la selección por "haber devuelto la alegría de vencer en equipo", por "haber recordado que con fatiga, sudor y empeño se consiguen los resultados", por "haber devuelto al calcio "la dignidad" y por "haber dado a Italia, un país que se divide en exceso en ocasiones, una ocasión extraordinaria de unidad nacional".

El presidente del Gobierno Italiano seguidamente hizo entrega a cada uno de los jugadores y técnicos, iniciando por Cannavaro, de una medalla conmemorativa. La selección, por su parte, le hizo entrega a Prodi de la camiseta del equipo nacional conmemorativa del cuarto título mundial y que ya anoche, tras el partido, lucieron los jugadores.

Tras estar unos minutos en "Palazzo Chigi", la comitiva deportiva se desplazará hacía el Circo Massimo, donde cientos de miles de aficionados ya esperan desde hace horas a los jugadores y técnicos para dar inicio a una gran fiesta de celebración que durará toda la noche.

Mérito de la República

Antes de que comience el paseo triunfal, el presidente de la república, Giorgio Napolitano, ha concedido la Orden del Mérito de la República a los jugadores, seleccionador, técnicos y dirigentes de la selección. La concesión es en mérito al reconocimiento de los valores deportivos y del espíritu nacional que sirvieron para el triunfo mundialista.

Las insignias con la Orden del Mérito de la República serán entragadas un día aún por determinar durante una ceremonia que tendrá lugar en el Palacio del Quirinale, sede de la Presidencia de la República.

"Seguiré con mi trabajo"

Esta mañana, antes de la llegaada del equipo, el seleccionador de Italia, Marcello Lippi, ha admitido hoy que, tras haber logrado el objetivo "tan alto" de llevarse la Copa del Mundo se le hace difícil pensar en otras metas futuras, pero dijo que piensa "seguir con mi trabajo".

"Es difícil pensar en lo que viene cuando se acaba de lograr el máximo objetivo, el momento cumbre", ha dicho Lippi en conferencia de prensa desde Duisburgo, cuartel general de la selección italiana que ayer ganó el título mundial en Berlín. "Hay que encontrar la manera de encontrar de nuevo la concentración para seguir en el trabajo, yo al menos así me lo propongo", añadió.

Marcello Lippi, Giancarlo Abete y el capitán de la selección italiana, Fabio Cannavaro, a su llegada a Roma.
Marcello Lippi, Giancarlo Abete y el capitán de la selección italiana, Fabio Cannavaro, a su llegada a Roma.REUTERS

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