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Iniesta endereza a España

El azulgrana sofoca las angustias del equipo ante la República Checa y Villa bate el récord de Raúl

Nada le ha resultado fácil a España desde su epopeya en Sudáfrica. En el fútbol nadie tiende una pasarela a los campeones y los hay con más futuro por detrás que por delante. La selección de Del Bosque fue martirizada en los amistosos y pasó por un campo de espinas en Escocia. De vuelta a la competición, la República Checa le exigió el máximo con muy poco y España respondió con más angustias de las previstas. No siempre deslumbra, pero con los tronos recientes el equipo ha aprendido a competir. Sobre todo en estas fases de clasificación en las que hay muchos sacamuelas, rivales sin mucho carisma pero capaces de negociar los puntos en estas jornadas a traspié en el calendario. Lo hicieron los checos, a los que se les apareció un gol de ventaja y se reclutaron junto a su portero hasta que Iniesta fue Iniesta y Villa goleó como Villa. Con sus goles ya tiene una marca registrada, ya es el mayor goleador en la historia de España. De paso, la campeona de Europa y del mundo ya está a un paso de defender el trono en la Eurocopa de Polonia y Ucrania del próximo año.

ESPAÑA 2 - REPÚBLICA CHECA 1

2 - España: Iker Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Piqué, Capdevila (Cazorla, m.58); Busquets, Xabi Alonso (Fernando Torres, m.46), Xavi, Iniesta, Navas (Marchena, m.85); y Villa.

1 - República Checa: Cech; Pospech, Sivok, Hubnik, Kadlec; Rosicky, Hübschman, Pudil (Holusek, m.78), Plasil, Nan Rezer (Necid, m.84); y Milan Baros.

Goles: 0-1, m.29: Plasil. 1-1, m.69: Villa. 2-1, m.73: Villa de penalti.

Árbitro: Viktor Kassai (HUN). Amonestó a Xabi Alonso (39) y Arbeloa (84) por España, y a Pospech (46) y Rezer (60) por la República Checa.

Incidencias: cuarto encuentro del Grupo I de clasificación a la Eurocopa 2012, disputado en el estadio Nuevo Los Cármenes de Granada, lleno, con 16.200 espectadores en las gradas.

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Decidió Del Bosque aparcar a Torres en favor de un extremo como Navas para ensanchar el campo. Villa quedó así como diana, en medio de la barricada checa, sometido por centrales de alta carrocería. España, con su cadencia habitual, quiso llegar por la orilla para poner el punto final por el centro, el pasillo al gol. Pero, de entrada, Villa casi siempre estuvo en desventaja frente a los antidisturbios checos y cuando logró ganarse una baldosa emergió Cech, espléndido toda la noche. No es que España cambiara de guión, sino que se encontró con una distinguida cofradía de asistentes sin clientela a la que asistir, y al equipo le costó salir de un cierto estado de levitación. A ello contribuyó el hecho de que Iniesta, decisivo e imperial con el formato de España en el segundo tiempo, abandonara demasiado pronto la vía izquierda, por donde quedó aislado Capdevila. Por el otro costado, Arbeloa sí auxilió a Navas y España descubrió un atajo, aunque sin resultados.

Nada expuso la República Checa, que descolgó a Baros como un maquillado Capitán Trueno y se tapó con el resto, con toda la tropa por detrás de la pelota. El fútbol es, muchas veces, el arte de lo imprevisto, así que para asombro general, a punto de la media hora, Plasil, exjugador de Osasuna, cazó un disparo violento y esquinado que superó a Casillas. Por el discurso del partido no cabía presagiar un gol forastero. La defensa española, tampoco. Su distensión abrió el paisaje a Plasil en el balcón del área, donde paró el reloj hasta armar el disparo sin oposición.

Como primera respuesta al tanto checo, Busquets se desabrochó de Xabi Alonso, en paralelo hasta entonces, lo que restaba al ataque español. El azulgrana interpretó lo mismo que Del Bosque al descanso. Frente a un adversario tan contenido, a la selección le sobraba un pivote. Torres irrumpió por Alonso. Tal era el desdén ofensivo de la selección de Bilek, que también podía descontarse a un defensa: Cazorla por Capdevila.

Apremiada por el marcador, España fue menos retórica. Le dio otra velocidad al juego y emergió con toda su grandeza la figura de Iniesta, catalizador de lo mejor de su equipo con su imperial actuación tras el parón del intermedio. A Torres le falta chispa, pero con él los centrales checos tuvieron menos sosiego, más obligaciones y las opciones de remate se multiplicaron. Iniesta se alineó con Xavi, hasta que entre todos engancharon con Villa. El manchego le citó con el gol, y El Guaje (46 goles como internacional) por fin batió el récord de Raúl (44).

Sin demora, de nuevo Iniesta, imperial en el segundo acto. Como su repertorio es infinito, esta vez, no como pasador, sino como ventilador de rivales. Unas veces flota, otras sacude el avispero con su extraordinaria facilidad para hacer derrapar a los rivales cuando acelera. Su cuerpo no delata el turbo que lleva dentro. Se lo hizo pagar a Rezer, que le atropelló dentro del área. En el penalti, Cech no pudo con Villa y España pasó el mal trago. Supo competir con el viento en contra e Iniesta a favor, otra cualidad de los campeones.

Villa celebra uno de sus dos goles a la República Checa.
Villa celebra uno de sus dos goles a la República Checa.ALEJANDRO RUESGA

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