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Portugal entra en recesión tras tener una evolución negativa dos trimestres seguidos

El PIB retrocedió el 0,8% el cuarto trimestre frente al anterior, cuando lo había hecho un 2,7%

La economía portuguesa es la primera de la zona euro a entrar en recesión. El producto interior bruto (PIB) retrocedió el cuarto trimestre de 2002 y es el segundo consecutivo con cifras negativas, según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En el citado periodo, el decrecimiento fue del 0,8% frente al trimestre anterior, cuando había disminuido el 2,7%. En el conjunto de 2002, la economía portuguesa creció un 0,5%, por debajo del 0,7% previsto por el Gobierno. En 2001, el PIB había crecido un 1,6%.

La "recesión completa" se traduce en una evolución negativa del PIB durante dos trimestres consecutivos comparados con los mismos periodos del año anterior (la llamada "variación homologada"). En ese sentido, el PIB portugués cayó un 1,3% en el cuarto trimestre con relación al mismo periodo de 2001, y se mantuvo igual en el tercer trimestre.

"Esta desaceleración deriva de la evolución de la demanda interna, que cayó un 0,4% en 2002, esencialmente condicionada por la inversión", aclara el informe del INE. En 2002, las inversiones bajaron un 5,1%, en parte debido a la disminución de las inversiones públicas, una decisión adoptada por el Gobierno para contener los gastos del Estado y mantener el déficit por debajo del 3% exigido por Bruselas.

Ante estas cifras, Portugal tendrá muchas dificultades en cumplir los objetivos de crecimiento que presentó el mes pasado a la Comisión Europea. El déficit público luso llegó al 4,1% en 2001, muy por encima del 3% permitido por el Pacto de Crecimiento y Estabilidad (PEC) de la zona euro. Bruselas amenazó Portugal con el bloqueo de subvenciones si no logra controlar las cuentas públicas.

Una política de recaudación de recetas extraordinarias hizo bajar el déficit al 2,5% en 2002 y el Gobierno presentó un nuevo PEC a la UE que prevé el equilibrio en 2006. Pero el Gobierno de Durão Barroso basó sus previsiones en un crecimiento del 0,7% en 2002 y de un 1,25% en 2003, que Bruselas considera "demasiado optimistas", además de ver "problemático" que se base "totalmente" en el incremento gradual de la demanda interna.

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