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Entrevista:SALVADOR VIDAL | Profesor de Matemáticas

"A la matemática se llega por el sentimiento"

Este profesor de Matemáticas, licenciado en ciencias, sección Química, y doctor en Filosofía creó hace años el día del número en la escuela donde trabajaba para hacer atractivas las matemáticas a los alumnos. Hoy da clases de Magisterio en la Universidad Internacional de Cataluña y ha recogido su experiencia en un libro -El día del número; motivació de la matemàtica- editado en catalán.

Pregunta. ¿Cómo está el nivel de matemáticas en la escuela?

Respuesta. Falta, sobre todo, motivación. Creo que la matemática no se ha vendido bien y falta una actitud positiva hacia ella.

P. Usted hizo una jornada para impulsar las matemáticas a la que llamó día del número. ¿Qué perseguía?

R. La idea surgió cuando daba clases en una escuela, en 1983. Todos los departamentos tenían una actividad lúdica, desde la Lengua, el Medio Ambiente o la Educación Física. Pero los alumnos estaban muy poco motivados por las matemáticas. Me costaba entender que a la mayoría no les gustara y eso me preocupaba.

P. ¿Qué hizo, entonces?

R. Pensamos que había que disfrutar con las matemáticas. De ahí salió la idea de hacer un día del número para pasarlo bien con las matemáticas.

P. ¿En qué consistía ese día? ¿Patio y pizarra?

R. Por la mañana hacía más frío y estábamos en clase preparando juegos y haciendo adivinanzas, y a partir de las once salíamos al patio. Por la tarde, hacíamos juegos como el Remigio o el Monopoly. Adivinanzas, sopas de números de los diarios. Cada uno jugaba a lo que quería.

P. ¿Se notaba todo eso en el aula al día siguiente?

R. Notamos que a partir de ese día había alumnos que cambiaban de actitud.

P. Dice en su libro que todo es cuestión de motivación. Pero ¿cómo se llega a motivar por las matemáticas?

R. Hay tres elementos: el razonamiento, el sentimiento y la actitud. La matemática es razonamiento, pero se ha de llegar a ella por el sentimiento. La motivación está en el sentimiento. Cuando el alumno se llega a emocionar haciendo bien una cosa, la actitud cambia. Y el sentimiento está en el corazón. El alumno ha de experimentar que hace una cosa bien hecha.

P. ¿Cómo se tiene ese sentimiento?

R. Por ejemplo, con los alumnos de 12 años que tenían dificultades y que a veces tenían que hacer ampliación, hacíamos un presupuesto para empapelar su habitación. Empezaban tomando las medidas reales de su habitación, luego, el dibujo a escala, después iban a una tienda a mirar muestras, elegir el papel, calcular el área en las paredes, el IVA. Todo lo hacíamos en clase y había quien sacaba un ocho o un nueve en el crédito de ampliación. Es entonces cuando muchos veían que las matemáticas les servían.

P. Por tanto, ¿puede haber un problema pedagógico, no se explica bien?

R. Sí, claro. Nosotros, por ejemplo, aprovechábamos el París-Dakar porque a los chicos les emocionaba. Calculábamos la distancia real entre puntos.

P. Dice en su libro que cuanto más gustan las matemáticas a veces menos nota se saca.

R. Sí, yo quería demostrar que cuanto más les gustaba más nota sacarían, pero eso no se corrobora. Al final, si les gustan mucho se confían y no le dedican tanto tiempo. Me he encontrado con chicos y chicas que tienen dificultad con las matemáticas, pero que tienen mucha voluntad y logran buena nota sin tener tanta capacidad. Y al revés, chicos con gran capacidad que se confían y fallan.

Vidal, junto a una inscripción que invita a disfrutar de las matemáticas.
Vidal, junto a una inscripción que invita a disfrutar de las matemáticas.S. SÁEZ

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