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Reportaje:UNIVERSIDAD MIGUEL HERNÁNDEZ DE ALICANTE

Tres matriculados en una carrera

Sus instalaciones son modernas y están bien equipadas, pero en las aulas sobran sillas y mesas. El esquema se repite en la mayoría de las universidades públicas valencianas, sin embargo, en las carreras técnicas de la Universidad Miguel Hernández del campus de Orihuela un 70% de las plazas quedaron vacantes. El fantasma de la caída de la demanda preocupa e inquieta a los gestores universitarios que durante años han multiplicado el número de titulaciones. "El problema es que se han puesto en marcha nuevos títulos en universidades muy próximas", resume Francisco Sanjuán, un joven de 23 años que estudia Ciencias Políticas en Orihuela, y que defiende "una universidad pequeña donde los profesores te atiendan mejor".

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Ya la creación de la Miguel Hernández de Elche en 1997 por parte del ex presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, provocó el rechazo de los rectores y de la comunidad académica por su proximidad con la de Alicante, a sólo 30 kilómetros, y además porque se basó en centros y facultades que se segregaron por la fuerza del campus de Alicante. En menos de diez años el número de titulaciones que oferta se ha duplicado: ahora tiene 33 repartidas entre los cuatro campus, Elche, Orihuela, San Juan y Altea. En ellos trabajan 930 profesores, según datos de la Guía de Universidades, 512 a tiempo completo y 424, parcial. Tocan de media a unos 11 estudiantes por profesor. El número de alumnos de primer y segundo ciclo es de 10.289.

Un 70% vacante

En el curso 2004/2005 un 35% de las plazas quedaron vacantes. En junio del año pasado la situación fue peor, se ofertaron en Orihuela 437 plazas de nuevo ingreso para un total de siete titulaciones, y sólo se cubrieron ese mes un 30% de ellas, así pues, el 70% quedaron vacantes. El caso más llamativo fue el de Ingeniería Agrícola que sólo tuvo un alumno preinscrito en junio, o Técnico Agrícola, donde sólo entraron tres estudiantes nuevos.

Francisco Sanjuán, que es delegado de alumnos, compara esta situación con la se vivió hace unos años con los centros de FP: "En cada pueblo había los mismos módulos y especialidades". Para él, es conveniente que las universidades se especialicen, pero "hay que aumentar las becas para que los alumnos puedan estudiar dónde prefieran".

El desequilibrio oferta-demanda lo ha estudiado en numerosas ocasiones Gregorio Martín, catedrático de Ciencias de la Computación: "No es tanto un problema de tamaño, sino de duplicidad de carreras", explica. Lo resume así: "Si hay 167.881 alumnos de nuevo ingreso y las 70 universidades ofertan 3.359 carreras (de los 145 títulos oficiales) significa que ronda los 50 alumnos de media por especialidad. Más del 80% de la oferta está por debajo de los 125".

La demanda de matrícula ha descendido en 76 de las 88 carreras universitarias durante los últimos años, según los datos publicados por la Dirección General de Universidades y Formación Superior de la Generalitat. En los últimos seis años en Ciencias Ambientales de la Miguel Hernández se pasó de una demanda de 245 a 45 matrículas. "Al final tendremos ocho catedráticos para dar clases a siete alumnos por aula", vaticinó Martín ya hace algún tiempo.

La Universidad Politécnica en su campus de Alcoi, el curso pasado en Ingeniería Textil sólo cubrió 20 de las 57 plazas, pero en 2003 sólo hubo tres matrículas, y en Ingeniería Técnica Telemática sólo seis de 86 plazas. Los expertos coinciden en que además del descenso de la natalidad ha influido la creciente oferta de títulos. Se han creado nuevas universidades y la falta de una política universitaria coordinada obliga a competir a distintos campus entre ellos.

El rector de Alicante, Ignacio Jiménez Raneda achaca este fenómeno a que "la demanda de algunas especialidades ha sido fuerte, pero la oferta ha superado esa demanda". "Hemos creado unas plantillas para unas necesidades que ahora no se demandan, pero el problema es que no podemos cambiar con facilidad", admite el rector.

Dos alumnas en un aula de la Universidad del País Vasco.
Dos alumnas en un aula de la Universidad del País Vasco.TXETXU BERRUEZO

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