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AGENDA GLOBAL | ECONOMÍA
Columna
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Estado de bienestar y nuevos ciudadanos

Joaquín Estefanía

LA RECIENTE REGULARIZACIÓN en España de centenares de miles de inmigrantes replantea preguntas básicas que requieren una contestación rotunda. Es indudable que todas las personas de origen extranjero tienen necesidades, pero ¿tienen todas ellas todos los derechos sociales?; ¿también los que continúan siendo irregulares? ¿Qué ocurre si los recursos con que cuenta una sociedad receptora son escasos para la población local?; ¿hay que repartirlos? Es preciso incrementar esos medios, pero ¿puede hacerse al mismo ritmo del flujo de recepción de inmigrantes? ¿Están preparados los sistemas públicos de empleo, seguridad social, servicios sociales, educación, salud o vivienda para atender a una población con diferentes características, lenguas y culturas? Estas cuestiones, y muchas otras, están planteadas en el excelente libro Qué es la inmigración, del profesor Carlos Giménez Romero (RBA Editores).

Hay ligeros cambios en la geografía de la inmigración: los marroquíes ( más de medio millón) han recuperado el primer puesto, frente a los ecuatorianos. Ocho de cada 100 habitantes en España ya son inmigrantes

Otro asunto central son las remesas de dinero que producen los inmigrantes, que han devenido en una de las principales fuentes de riqueza para sus países de origen y un nuevo producto financiero para las entidades que las gestionan. Los grandes bancos y cajas de ahorro han entrado hace poco en este negocio creciente. Según las últimas estimaciones oficiales, en 2004 los inmigrantes exportaron capitales, a cambio de su trabajo, por valor de casi 3.500 millones de euros; si se tuviesen en cuenta los mecanismos informales y no declarados de enviar dinero, esta cantidad podría casi doblarse. Según el Banco de España, las remesas de dinero de los inmigrantes han crecido un 560% desde el año 1997.

A la luz de estas problemáticas, conviene recordar el mapa de la inmigración en España, según los datos proporcionados por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Algunos de esos datos son cuestionados por el Libro Verde de la Comisión Europea sobre España (ver el muy interesante estudio elaborado por Rickard Sandell La población española: ¿cuántos más, mejor? Formas de prever el futuro. Instituto Elcano).

Basándose en el padrón continuo, el INE entiende que la población total en España, a finales de 2004, llegaba a casi 44 millones de personas. De ellas, los extranjeros empadronados ascendían a 3,69 millones, un 8,4% de esa población total, 658.000 más que el año anterior. Según algunos expertos, a finales de este año se podría incorporar a nuestro país más de otro medio millón de inmigrantes. Lo significativo no son sólo las cifras, sino las tendencias: seis años antes, en 1998, el número de inmigrantes -un 1,6% de la población- era casi testimonial. Cinco comunidades -Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana, Andalucía y Canarias- concentran más de las tres cuartas partes de esos inmigrantes. Los porcentajes de inmigrantes en cinco zonas son superiores a la media de cualquier país europeo: Alicante (18,5%), Baleares (15,8%), Almería (15,2%), Girona (15,1%) y Madrid (12,9%).

La composición por nacionalidades desvela ligeros cambios: los de origen marroquí han vuelto a recuperar el primer lugar (505.000, el 13,7%), por delante de los ecuatorianos (no llegan al medio millón, el 13,3% del total). La desagregación de sus características conlleva importantes sorpresas; por ejemplo, en sus niveles de instrucción. El tópico dice que emigran ciudadanos de baja cualificación laboral y escolar, y no siempre es cierto: un 15% de los inmigrantes en España tiene el tercer grado en formación (frente a un 21% de españoles), nada menos que el 53% tiene el segundo grado (frente a un 57%), y un 19%, el primer grado. Los analfabetos no llegan al 5% del total.

¿Cómo va a comportarse demográficamente nuestro país? Insistamos en las diferencias entre los estudios citados, que dan una distancia nada menos que de 10 millones de personas en el año 2050 (según el INE, 53 millones, con 15 millones de extranjeros; según la oficina de estadísticas de la UE, Eurostat, 43 millones, con 6,4 millones de inmigrantes).

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