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Reportaje:LA MAFIA CALABRESA PASA EN 20 AÑOS DE SER UN PROBLEMA MENOR A CONVERTIRSE EN LA ORGANIZACIÓN DELICTIVA MÁS PODEROSA DE ITALIA

Los reyes del crimen a gran escala

Enric González

La 'Ndrangheta era, hace 20 años, una organización mafiosa rural y de métodos brutales, radicada en las montañas calabresas y especializada en secuestros. Era un problema relativamente menor, en comparación con la Cosa Nostra siciliana y la Camorra napolitana. Hoy, la 'Ndrangheta es una de las sociedades criminales más ricas del mundo, quizá la más rica. Su facturación anual se estima en unos 36.000 millones de euros, casi seis billones de las antiguas pesetas, un tercio del presupuesto español.

Las familias calabresas controlan la exportación de cocaína colombiana hacia Europa (22.300 millones anuales); trafican con armas, esclavos y prostitutas (4.600 millones); son fuertes en el ramo de la construcción y las contratas públicas (4.700 millones), y explotan con gran éxito dos actividades tradicionales, como la extorsión y la usura (4.100 millones). Esas estimaciones de ingresos corresponden al Instituto de Estudios Sociales Eurispes. "En una generación, la 'Ndrangheta ha protagonizado un salto formidable en calidad y cantidad y se ha convertido en nuestro mayor problema", explica el mayor Roberto Casagrande, especialista antimafia de los carabinieri italianos.

Las familias calabresas controlan la exportación de cocaína colombiana hacia Europa, trafican con armas y prostitutas, y son fuertes en la construcción y las contratas públicas
Hacía casi 10 años que la 'Ndrangheta no asesinaba a un representante del Estado. El dominio era tan absoluto que no requería violencia
Un encapuchado tiroteó a Fortugno en el colegio electoral donde acababa de votar, ante decenas de personas, y escapó tranquilamente, sin prisa
La 'seriedad' de la 'Ndrangheta se basa en la impermeabilidad a las infiltraciones policiales y la inmunidad a los fenómenos de 'arrepentimiento'

"Los mafiosos calabreses", añade, "han sabido adaptarse como nadie a los nuevos tiempos y son, en cierta forma, los yuppies del crimen a gran escala". Casagrande prefiere no detallar sus propios cálculos sobre los ingresos de la 'Ndrangheta: "La experiencia me dice que cualquier estimación suele quedarse corta".

'Ndrangheta es una palabra calabresa derivada del griego andragathos, "hombre valiente". Las unidades de la organización son denominadas ndrinas, un término calabrés que define al hombre que camina erguido. La 'Ndrangheta se ha modernizado sin renunciar a su tradición rural y familiar y se ha extendido por el mundo sin aflojar en lo más mínimo el control sobre el territorio que considera propio, Calabria, la punta de la bota peninsular, el territorio más pobre y atrasado de Italia. Todo lo contrario: en Calabria, donde, como en Sicilia y Campania, el Estado es débil y la economía es pobre, la única institución solvente es la mafia y no se mueve una hoja sin que lo sepan las familias.

El pasado 16 de octubre fue asesinado a tiros el vicepresidente del Consejo Regional, Francesco Fortugno. No fue casualidad que el crimen se cometiera mientras se desarrollaban las elecciones primarias de la izquierda. Al contrario, a la 'Ndrangheta le encantan los símbolos. Un encapuchado tiroteó a Fortugno en el colegio electoral donde acababa de votar, ante decenas de personas, y escapó tranquilamente, sin prisa.

El poder de las urnas

¿Por qué Fortugno? ¿Por qué el 16 de octubre? Se trató, según la hipótesis policial, de mostrar el descontento con la actuación de la izquierda desde que llegó en abril pasado al gobierno regional. En Calabria, como en Sicilia, las organizaciones mafiosas deciden los resultados electorales porque controlan paquetes de votos decisivos. Tienen muchos clientes, muchos amigos y, sobre todo, imponen miedo. En primavera, la 'Ndrangheta apostó por el cambio. Pero el nuevo presidente, Agazio Loiero, hizo algo inesperado: en lugar de formar gobierno con la gente de siempre, buscó profesionales y funcionarios con poca experiencia política. Como el propio Fortugno, médico de profesión. Los nuevos consejeros eran personas ajenas al viejo juego regional del intercambio de favores y no tuvieron en cuenta que ciertos contratos públicos, como los suministros hospitalarios, correspondían tradicionalmente a una u otra familia. Acabando con Fortugno, la 'Ndrangheta sugirió a su manera la necesidad de volver al antiguo sistema. No por dinero, algo que le sobra a la mafia calabresa, sino por principio: había que demostrar que Calabria seguía siendo suya.

Hacía casi 10 años que la 'Ndrangheta no asesinaba a un representante del Estado. Incluso el número total de homicidios mostraba un claro descenso: 69 en 2002, 32 en 2003, 28 en 2004. El dominio era tan absoluto que no requería violencia. Entre 1991 y la actualidad, el gobierno central destituyó los gobiernos municipales de 19 ayuntamientos calabreses por considerar que pertenecían a la 'Ndrangheta; tras unos años de intervención, las siguientes elecciones devolvieron a las concejalías a las mismas personas de antes o a personas muy próximas a las de antes. En los últimos cuatro años se han registrado 121 casos de intimidación a dirigentes locales: basta enviar un sobre con unas cuantas balas o quemar el coche familiar para que el alcalde o el concejal en cuestión capte el mensaje. Las dimisiones son frecuentes.

Y, sin embargo, la todopoderosa 'Ndrangheta fue poco más que una mafia de pastores y usureros hasta principios de los ochenta. Secuestraban, cortaban orejas a los rehenes, a veces los asesinaban tras cobrar el rescate. Eran célebres por su crueldad, no porque dispusieran de un gran poder. Las cosas empezaron a cambiar cuando se introdujeron en el tráfico internacional de armas a través de las mafias albanesas, que desde ese momento quedaron supeditadas a la 'Ndrangheta. Y cambiaron aún más cuando estalló una guerra interna entre los 150 clanes, aproximadamente, que componen la mafia calabresa. Entre 1985 y 1991, cuando se firmó la paz, murieron más de mil mafiosos. Resultó una guerra espectacular por la abundancia de armamento pesado. Algunos de los crímenes fueron cometidos con misiles tierra-aire y lanzagranadas. Ya que estaban en el almacén a la espera de venderlos en Oriente Próximo, Suramérica o África, ¿por qué no utilizarlos?

Una 'Asociación' sin cabeza

El fin de la guerra interna supuso la creación de un organismo coordinador, conocido como Asociación, sin una cabeza visible y sin miembros estables, para evitar que la caída del jefe supremo supusiera el estallido de un nuevo conflicto por el poder. Esa organización laxa fue "una idea inteligente", como reconoce el propio mayor Casagrande. Los grados tradicionales se mantuvieron: joven de honor (el recién nacido de una familia mafiosa), picciotto (el joven ayudante), camorrista (el afiliado ya con alguna experiencia violenta), sgarrista (el cobrador de extorsiones y comisiones), santista (el que ha recibido ya la consagración llamada santa), evangelio (el jefe que ha prestado juramento de fidelidad sobre una Biblia) y quintino (el grado máximo).

Tras la paz calabresa comenzó la guerra en Sicilia. La crisis interna debilitó el control de la Cosa Nostra sobre el tráfico de drogas, y la 'Ndrangheta asumió los negocios que los sicilianos no podían atender. Así se introdujeron en el comercio de cocaína. Lo hicieron, sin embargo, con nuevos métodos. Los jóvenes de la organización poseían conocimientos bancarios y empresariales, sabían mover el dinero por el mundo y reinvertirlo: según la policía, se amparan en los paraísos fiscales y utilizan redes inmensas de sociedades mobiliarias. También poseen grupos de construcción y hostelería en toda europa. Los nuevos calabreses impresionaron muy gratamente a los jefes de los carteles colombianos.

Los carteles, a su vez, empezaron a atomizarse tras la caída de personajes como Pablo Escobar. Y la 'Ndrangheta comprobó que era más fuerte y organizada que ninguna otra organización criminal. Los calabreses establecieron pactos con la guerrilla de las FARC y con los paramilitares, contrataron por ocho millones de dólares el batallón paramilitar de los hermanos Víctor y Miguel Ángel Mejía y crearon delegaciones permanentes en Colombia.

"Los delegados de la 'Ndrangheta en territorio colombiano ejercen como brokers de todo el tráfico de cocaína hacia Europa, y estamos hablando de mucha cocaína: Colombia producirá este año unos 160 millones de toneladas, y más de la mitad cruzará el Atlántico. Los calabreses aportan la logística y fijan precios. Su mérito principal no es la inteligencia, ni la fuerza bruta, ni la capacidad organizativa. "La clave de su éxito", asegura el carabiniere Casagrande, "es la seriedad".

La "seriedad" de la 'Ndrangheta consta de dos vertientes. La primera, la impermeabilidad a las infiltraciones policiales y la inmunidad a los fenómenos de arrepentimiento. En la Cosa Nostra siciliana, medio millar de mafiosos se han acogido en una década a la ley que prevé el perdón a los delatores. Gracias a los arrepentidos, la policía se ha apuntado éxitos notables en Sicilia y en Nápoles. En esa misma década, en la 'Ndrangheta ha habido sólo unos 40 arrepentimientos, todos ellos de picciotti y camorristas sin apenas información valiosa. La 'Ndrangheta se rige por lazos familiares y vínculos de sangre, y esa organización arcaica ha resistido la presión policial mucho mejor que la estructura empresarial de la Cosa Nostra.

Honor mafioso

El otro aspecto serio de los calabreses consiste en que cumplen su palabra. Pagan lo pactado en la fecha prevista. "Los napolitanos son todo lo contrario: intentan cometer estafas en el gran tráfico de drogas, se calientan por cualquier cosa y acaban a tiros, carecen de formalidad y, desde un punto de vista criminal, no son fiables. Hace muy poco", explica Casagrande, "los colombianos secuestraron a un camorrista porque había intentado estafarles, y tuvo que mediar un calabrés para resolver el asunto". La Camorra ejerce como distribuidora de la droga en Europa. Una vez el producto ha llegado al "espacio Schengen", los napolitanos la distribuyen, en cantidades no superiores a los 10 o 15 kilos. La última escala de la cadena son los pequeños traficantes y los camellos.

Familiares de Salvatore Valente contemplan el cadáver del supuesto jefe de la  'Ndrangheta tras ser asesinado en Strongoli (sur de Italia) en 2000.
Familiares de Salvatore Valente contemplan el cadáver del supuesto jefe de la 'Ndrangheta tras ser asesinado en Strongoli (sur de Italia) en 2000.AP
Protesta por el asesinato de Fortugno. La pancarta reza: 'Ndrangheta, basura de nuestra tierra.
Protesta por el asesinato de Fortugno. La pancarta reza: 'Ndrangheta, basura de nuestra tierra.AP
Exequias fúnebres de Giuseppe Fortugno, vicepresidente del Consejo Regional de Calabria, asesinado mientras votaba.
Exequias fúnebres de Giuseppe Fortugno, vicepresidente del Consejo Regional de Calabria, asesinado mientras votaba.AP

Las grandes obras públicas como fuente segura de ingresos

DESPUÉS DE LA DROGA, la obra pública es la principal fuente de ingresos de la 'Ndrangheta. Y una de las mayores obras del mundo está a punto de comenzar precisamente en territorio calabrés: se trata del puente de Messina, que en 2012 debería alzarse a 65 metros sobre el mar para unir Sicilia con la península italiana. Tendrá 3.666 metros de longitud y será el puente con la luz central más larga del mundo. Ha sido adjudicado, con un presupuesto de 3.380 millones de euros, a un consorcio dirigido por la constructora Impregilo, en el que figura, entre otras sociedades, la española Sacyr Vallehermoso. El coste total del proyecto, si se cuentan los enlaces por carretera (una autopista de tres carriles en cada sentido), dos vías de ferrocarril, más dos vías de servicio, ascenderá al menos a 6.000 millones de euros. Nadie duda de que la 'Ndrangheta se llevará una buena porción de la tarta.

Las autoridades italianas son muy cuidadosas cuando adjudican una obra importante. Las empresas que concursan son examinadas a fondo y en un caso como el del puente los ganadores del contrato están fuera de toda sospecha, al menos en lo que a conexiones mafiosas se refiere. Pero estas cautelas no sirven de gran cosa. Impregilo, Sacyr y demás tendrán que subcontratar la mayor parte del trabajo, y ahí intervendrá la 'Ndrangheta.

Si se quiere concluir una obra en Calabria, y en general en cualquier punto de Italia (los calabreses son fortísimos también en la región industrial que rodea Milán), hay que contar con la mafia. Si se la deja fuera, los contratistas deben enfrentarse a un rosario interminable de huelgas, accidentes, incendios, robos y errores técnicos. Los plazos se alargan indefinidamente y los costes se disparan. Con la 'Ndrangheta dentro del negocio, en cambio, reina la paz en las obras. Esa garantía de tranquilidad supone elevar el coste un 20%: es el porcentaje que percibe el crimen organizado.

Una de las localidades más afectadas por las futuras obras es Villa San Giovanni, en el extremo de la bota calabresa. Rocco Cassone, un hombre que se distinguía por su empeño antimafioso, fue alcalde de Villa San Giovanni hasta el pasado mes de agosto. Dimitió porque no quería jugarse la vida: recibió en casa un sobre con cinco balas, una por cada miembro de su familia, y entendió el mensaje. Con tanto dinero de por medio, la 'Ndrangheta no estaba dispuesta a tolerar obstáculos. Otro alcalde de la zona, Raffaele Schiavello, de Gerocarne, dimitió semanas después: el coche de su mujer fue incendiado. Casi al mismo tiempo ardieron las puertas del Ayuntamiento de Acquaro, muy próximo a Gerocarne. El interés de la mafia por el puente no podía quedar más claro.

La policía estima que el 70% de las empresas que operan en Calabria pagan el pizzo, el impuesto mafioso. También se estima que el 20% de las empresas pertenecen directamente a la 'Ndrangheta, a través de testaferros. La sociedad calabresa más conocida es la conservera Callipo, cuyo dueño y presidente, Pippo Callipo, preside además la federación local de industriales. Callipo se niega a pagar el pizzo y la puerta de su factoría recibió cinco disparos de pistola en julio pasado.

Cuando el ministro del Interior, Giuseppe Pisanu, visitó Calabria para expresar su apoyo a la región tras el asesinato del vicepresidente Fortugno, Callipo dejó de lado los discursos y se limitó a plantear una pregunta: "Ministro, díganos, ¿qué podemos hacer?". Pisanu, como en anteriores ocasiones, prometió que la victoria final correspondería al Estado.

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