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Reportaje:PEDRO ALONSO | INVESTIGADOR | LOS PROTAGONISTAS DEL AÑO

La lucha global contra la malaria

El año 2004 produjo una feliz excepción a la regla periodística que dice que una buena noticia no es noticia. Gracias en gran parte a la labor de un equipo que dirige el médico madrileño Pedro Alonso, se ha desarrollado una vacuna experimental que ofrece por primera vez la posibilidad de acabar con la malaria, una enfermedad que mata a más de 3.000 personas cada día, la mayoría de ellas niños africanos.

En España -y en algunos otros países también-, Alonso se ha convertido en la cara de la lucha global contra la malaria. Él mismo es el primero en señalar que el mérito se debe compartir entre muchos; que el avance que lleva su nombre y apellido es el fruto de décadas de laborioso, y muchas veces frustrante, trabajo llevado a cabo por muchos científicos en todo el mundo. Pero el nombre de Alonso es el primero en figurar en una lista de 24 investigadores que firmaron el artículo en la revista médica británica The Lancet, que dio a conocer al mundo los resultados de un ensayo clínico llevado a cabo con la participación de 2.000 niños en una clínica que él dirige en el pueblo de Manhiça, en Mozambique. La noticia se publicó a su vez en las portadas de los principales periódicos del mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el ensayo ofreció "la primera demostración de que una vacuna tiene eficacia contra la forma más grave de malaria en niños". El ministro de Economía británico, Gordon Brown, declaró que su Gobierno prestaría su apoyo a "un avance" que "supone una revolución en nuestra época".

Según la OMS, el ensayo ofreció "la primera demostración de que una vacuna tiene eficacia contra la forma más grave de malaria en niños"

Alonso, del hospital Clínico de Barcelona, considera que hay motivos para creer que antes del año 2010 se podría administrar una vacuna a gran escala. "Estos resultados ponen fin al debate de si es factible o no crear una vacuna que proteja contra la malaria", declaró Pedro Alonso a EL PAÍS el día que se anunció la noticia. "Lo que ahora podemos afirmar con una contundencia que antes no hubiera sido posible es que sí, efectivamente, es factible".

Alonso y su mujer, la también médico Clara Menéndez, llevan 17 años trabajando en África investigando la malaria. Actualmente dividen su tiempo entre Barcelona y Mozambique, en cuyo Centro de Investigación en Salud de Manhiça han trabajado con un equipo de 230 personas -la mayoría de ellas mozambiqueños- para llevar a cabo el programa de vacunaciones cuyos resultados dieron la vuelta al mundo. El centro de investigación fue creado hace casi diez años con dinero de la cooperación española y cuenta hoy con fondos de la Fundación Bill and Melinda Gates. Richard Klausner, director ejecutivo del programa Global Health (Salud Mundial) de la fundación, ha declarado que el trabajo que se hace en la clínica de Manhiça debería servir de "modelo de cómo hay que hacer las cosas si el objetivo es hacer un gran trabajo científico en un entorno rural africano".

Alonso, de 45 años, llega a fin de año algo abrumado por la atención que él mismo ha recibido en los últimos meses, especialmente en España. "¡Tanta gente ha participado en este trabajo!", señala. "Y aunque entiendo la necesidad periodística de personalizar las cosas, quisiera realmente destacar que, al fin de cuentas, yo sólo he sido uno más".

Pedro Alonso, en el centro de investigación que dirige en Manhiça (Mozambique).
Pedro Alonso, en el centro de investigación que dirige en Manhiça (Mozambique).

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