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Reportaje:

El español se vende bien en EE UU

Más de 1.100 profesores visitantes trabajan en 30 distritos escolares de Estados Unidos y Canadá

Yolanda Monge

Nacionalidad española, dominio del inglés oral y escrito y estar en posesión del título de maestro o licenciado". Con esos tres requisitos se tiene el pasaporte para ser profesor de español en Estados Unidos. El país de la lengua de Hemingway reclama el idioma español. A día de hoy, más de 1.100 profesores visitantes (término con el que se denomina al programa de cooperación internacional creado por el Ministerio de Educación) están prestando sus servicios en distritos escolares de 30 Estados, además de en la provincia de Alberta, en Canadá. El pasado mes de noviembre se hizo pública en el BOE la nueva convocatoria que establece las bases del proceso de selección de los profesores visitantes que se incorporarán al programa en el curso escolar 2006-2007 y que ofertará 500 nuevas plazas.

"El proyecto tiene más de 20 años", explica Pablo Mateu, asesor técnico de la Consejería de Educación de la Embajada de España en EE UU. Mateu sabe muy bien de lo que habla. Él mismo fue un profesor visitante hace 10 años. Licenciado en filología inglesa, impartió el primer año clases en Carolina del Norte. La experiencia le resultó más que satisfactoria y repitió: pasó dos años enseñando en un instituto de California. En aquella época recomendó y habló maravillas del programa a familiares y amigos. Hoy, desde su posición institucional, desea que la iniciativa del ministerio llegue a cuanta más gente mejor. "Existe un antes y un después de venir a EE UU", explica Mateu, 41 años, en su despacho de la Embajada española en Washington. Y expone las razones de tal afirmación: "En primer lugar, el inglés de la persona que viene aumenta sustancialmente; después, la experiencia profesional es muy satisfactoria; y en tercer lugar, la formación pedagógica mejora". "¿Qué mas se puede pedir?", se pregunta Mateu, si además "¡se conoce mundo!".

Con un dulce acento sevillano, Cristina Brioso corrobora todas las bondades del programa expuestas por Mateu. Cierto es que también ambos creen que los inicios son duros. "Es un país diferente, con gente diferente y costumbres diferentes", relata Brioso. "Pero compensa", asegura rotunda. A sus 39 años, esta sevillana llegó el pasado mes de agosto para enseñar, además de español, latín en un instituto de Virginia. "¡Es que aquí al latín lo consideran una lengua extranjera!", explica entre risas. "He crecido mucho profesionalmente", prosigue Brioso, quien pasó 13 años de su carrera enseñando latín en Bonares, en la provincia de Huelva. "Para mí el programa de profesores visitantes ha sido un cambio radical en mi carrera". Como Mateu, ella certifica que existe un antes y un después de vivir en EE UU. Aunque asegura que tras 16 años enseñando latín nunca antes le resultó tan difícil. "¡Latín en inglés!", se sorprende. "¡Ése es el mayor reto!", exclama.

Hace tres años hubo un momento en la vida de Aurora Benavente en el que ésta creyó ser como Michelle Pfeiffer en la película Mentes peligrosas. "Impartía clases de español en un instituto de Atlanta en el que los chavales eran muy guerreros", cuenta esta mujer. Originaria de Ejea de los Caballeros, en la provincia de Zaragoza, Benavente asegura que la vida en Estados Unidos no tiene mucho misterio porque "es igual que en las películas". "Aunque por muchas pelis que veas... Este país nunca deja de sorprenderte". Benavente, a la que sus alumnos llaman Miss B, enseña ahora español en un instituto de Virginia. "Nada que ver con Atlanta", se adelanta a explicar esta funcionaria adscrita a la Escuela de Idiomas de Castellón. En sus clases están ahora los hijos de algunos altos cargos del FBI, la CIA, la Casa Blanca...

"Profesionalmente el programa de profesores visitantes es todo un reto". "Me gusta EE UU y conocía poco la vida americana, por eso no lo dudé a la hora de venir". ¿Qué les interesa de España a "sus niños"? -que es como Benavente se refiere a sus alumnos-. "Yo primero les digo que España está en Europa", explica. Aunque quiere evitar el tópico coincide con que en EE UU lo español se une a lo hispánico y todo el mundo acaba siendo de México. "Nunca preguntan de política", prosigue esta licenciada en Filología Inglesa. "Pero les encanta saber que en España existe el recreo y siguen sin comprender por qué se come y se cena tan tarde".

¿Repetirán la experiencia en la nueva convocatoria de plazas? Al margen de que existan motivos personales de última hora, ambas mujeres no lo dudan: "Repetiríamos". La convocatoria está abierta desde el mes de noviembre.

Aurora Benavente, en su clase de español en Estados Unidos.
Aurora Benavente, en su clase de español en Estados Unidos.

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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