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Una gran glorieta sobre la A-2 unirá los barrios de Canillejas y Barajas

Las obras para deprimir seis metros la rasante de la vía finalizarán en julio de 2006

Una glorieta de 94 metros de diámetro sobre la carretera A-2 conectará los distritos de Canillejas y Barajas a partir de julio de 2006. En esta obra será deprimida además la rasante de la A-2, hasta seis metros de profundidad en algunos puntos en un kilómetro. Los trabajos se extenderán a lo largo de cinco kilómetros de vía, entre el cruce de la calle de Arturo Soria con la N-II y el nudo de Eisenhower, para añadir nuevas vías de servicio y dársenas de autobuses. La reforma, que ya ha comenzado, costará más de 12 millones de euros y finalizará en julio de 2006.

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Fomento asegura que para evitar cortes desviará el tráfico por los laterales

La calle de Alcalá y la avenida de Logroño estarán unidas por una glorieta que conectará los distritos de Canillejas y Barajas a la altura del kilómetro 8,65 de la A-2. Según el proyecto del Ministerio de Fomento, será una rotonda de tres carriles, bajo la que pasará el tráfico de la A-2, también conocida como carretera de Barcelona.

Para poder llevar a cabo esta obra, Fomento rebajará la rasante de la A-2 a lo largo de 900 metros -aproximadamente desde el kilómetro 8,2 hasta el 9,1-. Los puntos más bajos de esta reforma alcanzarán los seis metros de profundidad y estarán situados bajo la glorieta.

Sin embargo, el ámbito de actuación del Ministerio será más amplio que la zona estricta en la que va a deprimir la carretera de Barcelona. Ésta sufrirá obras aproximadamente desde el kilómetro 5,3 hasta el 10,2, porque va a aprovecharse esta reforma para proporcionar vías de servicio a los laterales de la A-2, así como instalar diversas dársenas para los autobuses.

Las obras se extenderán desde el nudo de Eisenhower hasta cerca del cruce de la calle de Arturo Socia con la N-II, mientras que la depresión de la A-2 comenzará en el puente situado sobre la vía de circunvalación M-40 y el actual puente de Canillejas.

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Un solo punto de conexión

En la actualidad este paso elevado es el único punto de conexión que existe entre la avenida de Logroño y la calle de Alcalá. Tiene un carril por sentido y es habitual que en él se produzcan embotellamientos en las horas punta. Además, este puente cuenta con un ceda el paso que provoca retenciones, puesto que es transitado por los autobuses de la EMT que unen ambos barrios (San Blas y Barajas) y por camiones de gran tonelaje que transportan mercancías hacia el polígono industrial de Canillejas.

La A-2 está actualmente flanqueada por sendas vías de servicio a los lados de la autopista. En el tramo entre Arturo Soria y Ciudad Pegaso se han multiplicado las urbanizaciones (Alameda de Osuna, La Piovera, Ciudad Pegaso, Las Mercedes...), que necesitan una mejora de sus correspondientes entradas y salidas a la vía principal.

La pasarela peatonal que ahora comunica las dos orillas de la carretera de Barcelona permanecerá en funcionamiento hasta que las obras estén terminadas. Cuando la rotonda esté lista, ésta contará también con aceras y pasos de peatones, por lo que la pasarela será derribada. "En ningún momento los peatones se quedarán si posibilidad de paso" aseguraron desde el Ministerio de Fomento.

El proyecto prevé que, antes de iniciar la reforma de la carretera de Barcelona, sean instalados muros de pantalla entre la calzada principal y las de servicio con lo que reducirán considerablemente el impacto acústico de la ejecución de las obras y del paso del tráfico.

Está previsto que los trabajos estén listos en 20 meses, a contar desde que se adjudicaron en noviembre pasado a la empresa Fernández Constructor, SA. Por ello, habrán finalizado en julio de 2006.

Con la construcción de esta rotonda, el Ministerio de Fomento pretende solventar los frecuentes embotellamientos de tráfico que se producen habitualmente en las conexiones entre la calle de Alcalá y la avenida de Logroño con la A-2.

Cada día pasan por este tramo de la carretera de Barcelona una media de 134.000 vehículos.

Un proyecto con 20 años

Este proyecto, que arrancará el mes de septiembre, aunque ya han comenzado los primeros trabajos, lleva planificado 20 años.

La construcción de un puente que una la avenida de Logroño y el final de la calle de Alcalá fue una idea que planteó en 1985 el ingeniero municipal José María Paz Casañé. Sin embargo, no caló hasta 1989, cuando el entonces alcalde, José María Álvarez del Manzano, del Partido Popular, firmó el convenio para la construcción del puente con el Ministerio de Transportes y la Comunidad de Madrid.

Las obras se adjudicaron a la empresa José Castro Matelo, que inició los trabajos en 1994. Pero ese mismo año, el entonces concejal de San Blas-Canillejas, Isaac Ramos, paralizó la construcción del proyecto argumentando que la infraestructura iba a generar en el entorno numerosos "problemas técnicos" (proximidad con las casas, zanjas sin tapar, escombros descontrolados).

El proyecto municipal quedó congelado 10 años. Los pilotes ya construidos fueron desmontados y ambos barrios siguieron sufriendo los actuales problemas de conexión.

El proyecto actual data de diciembre de 2002 y ha podido realizarse gracias al convenio suscrito el 8 de abril de 1996 entre el Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente [hoy Fomento] y el Ayuntamiento de Madrid para la mejora de la conexión de la calle de Alcalá con la avenida de Logroño.

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