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Reportaje:

El futuro de la clase trabajadora

La Nau recoge en una exposición las fotografías que Walter Reuter tomó en el Instituto Obrero de Valencia

Ignacio Zafra

La República les dijo: representáis el futuro de la clase trabajadora, y ellos se lo creyeron. 360 alumnos pasaron en dos años por el Instituto Obrero de Valencia, una iniciativa del Ministerio de Instrucción Pública que comenzó empezada la Guerra Civil y acabó con ella. El objetivo era formar trabajadores y crear una "élite obrera" capaz de integrar los cuadros del Estado.

La Nau de la Universitat de València inauguró ayer Educar en guerra, 1936-1939. El Instituto Obrero de Valencia en la obra de Walter Reuter, una pequeña exposición que recuerda aquel intento a través de la mirada del fotógrafo alemán.

Las clases del Instituto empezaron el 1 de febrero de 1937, en el edificio de los Jesuitas de la avenida de Fernando El Católico, del que se había incautado el Gobierno. Los estudiantes tenían entre 15 y 35 años. Reuter tomó imágenes de aquellos obreros del metal, del calzado y del mármol mientras tomaban apuntes, jugaban al ajedrez y leían la Iliada, de Homero.

Antes de ser admitidos en el Instituto, los estudiantes habían sido seleccionados por los sindicatos y habían superado unos exámenes de acceso. El plan era que en dos años completaran un "bachillerato intensivo" y luego ingresaran en la universidad. Los alumnos recibían un sueldo, similar al que cobraban en sus trabajos, explicó ayer la comisaria de la exposición, Cristina Escrivá. La mayoría vivía en el propio edificio, remodelado entre otras cosas para dar intimidad a las habitaciones: Las celdas de los Jesuitas tenían un hueco en la puerta para vigilar lo que ocurría dentro.

El Instituto comenzó siendo mayoritariamente masculino. La incorporación de las mujeres a la educación y el alistamiento de los hombres, sin embargo, acabó equilibrando los porcentajes.

Los obreros recibieron clases magistrales de León Felipe, Antonio Machado y Jacinto Benavente. La plantilla del Instituto estaba integrada por maestros, profesores y catedráticos universitarios, cuyo número creció tras la caída de Madrid. Los estudiantes tenían derecho a voto en las decisiones de la institución. Escrivá recordó ayer que el primer "director-comisario" no les causó buena impresión y consiguieron sustituirlo tras una votación en el consejo escolar.

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El primer Instituto Obrero se creó en Valencia, y el modelo se extendió más tarde a Sabadell, Barcelona y Madrid.

Con la derrota de la República, el Instituto fue cerrado, la biblioteca incendiada y el edificio devuelto a sus antiguos propietarios. Muchos de los alumnos partieron hacia el exilio. Los que se quedaron, contó ayer Escrivá, no se saludaban al cruzarse por la calle, por miedo a las represalias.

En 1975 algunos se reencontraron y fundaron una asociación, que continúa reuniéndose en la sede de la Societat Coral El Micalet.

El fotógrafo alemán Walter Reuter murió en marzo de este año en México, a los 99 años. Fue uno de esos tipos que siempre eligen el lado de los perdedores. Abandonó Berlín tras la victoria de Hitler, junto a una joven judía. Se integró como fotógrafo en las Brigadas Internacionales, en Madrid. Viajó por España y acabó recluido en un campo de concentración, en el desierto del Sáhara. Después se marchó a México, trabajó como fotoreportero, y más tarde recogió en imágenes la vida de los indios lacandones, mixes y mazatecos.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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