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China acabará este año como cuarta potencia económica del mundo

Pekín revisa al alza el PIB, pero el país asiático ocupa el puesto 107º en renta 'per cápita'

China está a punto de convertirse en la cuarta potencia económica mundial. El producto interior bruto (PIB) del país asiático fue en 2004 un 16,8% mayor de lo que se creía, hasta 1,93 billones de dólares (1,63 billones de euros), según la revisión del Gobierno, por el avance del sector servicios. Así, China sube del séptimo al sexto puesto en la clasificación mundial y desbanca a Italia. Si continúa creciendo a este ritmo, a final de año adelantará a Reino Unido y Francia y será el cuarto país más rico, algo que contrasta con su escasa renta por habitante, que le lleva al puesto 107º del mundo.

El peso de China en la economía internacional es mayor de lo que se pensaba, según la revisión del volumen del PIB publicada ayer por la Oficina Nacional de Estadísticas. En 2004, se han contabilizado 285.000 millones de dólares más -el equivalente al PIB anual de Austria-, hasta 1,93 billones de dólares -supone casi un 5% del PIB mundial-, sobre todo porque se ha detectado una mayor presencia del sector servicios. "Esta revisión muestra que la estructura económica es más razonable y saludable de lo estimado", afirmó el responsable de la oficina estadística, Li Deshui.

El Gobierno prevé que el PIB de la economía que más rápidamente está creciendo en el mundo se incremente otro 9,4% este año -un ritmo cinco veces mayor que el previsto en Reino Unido (1,75%)-, con lo que el volumen alcanzaría los 2,16 billones de dólares. Si este dato se confirma, es muy probable que China pase del sexto al cuarto puesto de la clasificación de las mayores economías del mundo. Así, adelantaría a Francia (ahora ocupa el quinto lugar) y a Reino Unido (ahora en el cuarto).

Sólo Estados Unidos, Japón y Alemania estarían por delante del país asiático. "A finales del año próximo la economía china será la mitad de la japonesa", explica a Bloomberg el vicepresidente para Asia de Goldman Sachs, Kenneth Courtis. El PIB japonés es ahora de 4,62 billones de dólares. Mientras tanto, España ocupa el octavo lugar en esa clasificación, con alrededor de un billón de dólares de PIB.

Este paso de gigante de la economía china dará más argumentos a EE UU y la Unión Europea para convencer a Pekín de que aprecie su moneda, el yuan. La fluctuación de esta divisa está vinculada a una cesta de monedas respecto a la que cotiza, lo que produce variaciones muy pequeñas del yuan. Este sistema mantiene baja la cotización, algo que favorece las exportaciones chinas, pero perjudica las ventas de EE UU y la UE en ese país.

"El hecho de que China sea más rica conllevará una mayor presión política para que la divisa suba", explica Jim Walker, economista jefe de CLSA Emerging Markets en Hong Kong. Pero el responsable de la oficina estadística, Li Deshui, fue ayer claro al respecto: "La política monetaria de China no está directamente vinculada a esta revisión del PIB; actuaremos de forma prudente".

La revisión del 17% del volumen de la economía se debe, principalmente, al sector servicios, que está creciendo a un mayor ritmo que la industria. Los estadísticos han detectado un mayor peso de los servicios: del 31,9% del PIB ha pasado al 40,7%, según explicó Li. En Reino Unido, los servicios suponen dos tercios de la economía británica, cifra similar a la de España (60,7%).

Mientras, la cuota del sector primario -básicamente agricultura- en la economía china ha caído del 15,2% al 13,1% del PIB. El sector secundario -manufactura y construcción sobre todo- ha pasado del 52,9% al 46,2% del PIB, según las estimaciones oficiales.

100 millones de pobres

China es más rica en términos de producción, pero en ese país de 1.300 millones de habitantes hay 100 millones de pobres, más que toda la población de Alemania. La economía china ocupa el puesto 107º en la clasificación mundial de países si se tiene en cuenta el PIB por habitante (5.600 dólares). India es otro de los países que teóricamente son más ricos si se tiene en cuenta el PIB, pero se encuentra en los puestos bajos de la clasificación de renta por habitante (véase gráfico).

La economía china atraviesa un boom sin precedentes. Tras llegar al poder en 1949, el Gobierno comunista tuvo que hacer grandes esfuerzos para mantener el crecimiento económico. El presidente del partido, Mao Zedong, puso en marcha en 1958 el programa llamado Gran Salto Adelante, con medidas destinadas a utilizar la totalidad de la mano de obra para industrializar el país. El fracaso del plan, unido a una serie de catástrofes naturales, produjo una hambruna que provocó la muerte de entre 20 y 30 millones de personas.

Desde que Deng Xiaoping tomó las riendas tras la muerte de Mao y, en 1978, empezara a poner reformas encaminadas al libre mercado y a la apertura comercial, China ha crecido a un ritmo anual del 9,5%. Este crecimiento ha permitido a más de 300 millones de personas salir de la pobreza en los últimos 25 años, según un informe publicado en agosto pasado por Naciones Unidas. Este organismo anunció el 15 de diciembre pasado que China ya no recibirá ayudas del Programa Mundial de Alimentos, como ha hecho en los últimos 26 años.

Las dudas sobre la verdadera fortaleza de la economía china son muchas. Dos han sido los motores de su expansión: las plantas de acero y la construcción. Este modelo de crecimiento se ha traducido en una subida del precio de las materias primas, atascos en el transporte y escasez de energía. Muchos economistas se preguntan si el ritmo de crecimiento actual podrá sostenerse.

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