_
_
_
_
_
Entrevista:Gilberto Gil | Ministro de Cultura de Brasil

"Creo que Lula superará la crisis"

El Dios de Bahía, el mítico poeta, cantante, guitarrista y compositor Gilberto Gil recibe esta noche en Cáceres el Premio Extremadura. A sus 62 años, Gil lleva ya casi tres siendo el ministro de Cultura del Gobierno de Lula, pero, quizá aplicando las sabias enseñanzas de su admirado Confucio, sigue combatiendo sin tregua por el progreso cultural de su país-continente, sin dejar de atender su carrera musical ni olvidarse de reivindicar algunas utopías globales como la liberalización de los programas informáticos y la de las drogas.

En pleno temporal político por la crisis de corrupción que sacude al Partido de los Trabajadores, Gil (libre de toda sospecha y no sólo por ser miembro del Partido Verde) saca su mejor sonrisa sabia y susurra: "No hay que deprimirse; al revés, ahora tenemos que trabajar más que nunca. La imperfección forma parte de la vida, así que nada de lo que ha pasado me sorprende ni me abate. Quizá es mi lado de poeta, que me empuja a tratar de perfeccionar lo imperfecto".

"Algunos intentan imponer un patrón hegemónico, pero lo local también se levanta y pide su sitio"
"¡Los pobres con hambre también son culturales y tienen hambre de cultura!"

Entre otras medidas que tratan de mejorar la situación cultural de un país en el que hay millones de personas sin recursos, un 8% de analfabetos totales, un 30% de semianalfabetos y un 37% de analfabetos funcionales (sólo un 25% de la población domina la lengua sin problemas), y en el que, según ha dicho el ministro, "la cultura ha sido siempre tratada por los Gobiernos como un florero, como un adorno", Gil ha elaborado dos planes de choque especialmente atractivos: el del Libro y la Lectura, que exime de impuestos a los editores a cambio de que reduzcan en un 10% el precio de venta al público y de que inviertan el 1% de sus ganancias en planes de fomento de la lectura; y el Decreto del Cine, que obliga a los distribuidores a alargar hasta los 63 días (frente a los 35 de antes) el tiempo de exhibición de las películas brasileñas en las salas nacionales.

Pero este hombre, hiperactivo y tan flaco que parece deslizarse por el suelo sin tocarlo, es una continua fuente de noticias de todo tipo, algunas tal vez más estridentes de lo que aconsejaría la prudencia: ha confesado que dejó la marihuana a los 50 años, ha diseñado una silla para tocar la guitarra que la cadena Habitat venderá en todo el mundo a 180 euros y ha ganado en 2004 el Premio Polar de Música (una especie de Nobel que concede la Academia Sueca). Y en plena crisis nacional, se ha ido de gira con su espectáculo Eletroacústico, título de su último disco y DVD.

Pregunta. No se le ve con mucha pinta de burócrata.

Respuesta. ¿Qué aspecto debe tener un burócrata?

P. No sé, corbata y traje.

R. Bueno, a veces, si hay un acto oficial, me disfrazo de lo que se considera que debe ser un burócrata.

P. ¿Y le gusta el trabajo de burócrata?

R. Me gusta. Procuro disfrutar de todo lo que me ofrece la vida. Ya sabemos que todo lo vivido tiene su parte buena y su parte mala. Así que lo que intento es que cada cosa tenga el mayor equilibrio en esos términos.

P. ¿Y ha habido más bueno que malo en estos tres años?

R. Sí. Si hubiera sido al revés me hubiera ido. Si sigo es porque siento que hay más cosas interesantes que negativas. Creo que hemos logrado dialogar con la sociedad brasileña y con el mundo sobre lo que es la cultura de Brasil ahora. Hemos apelado a la sociedad para que vea la cultura como un elemento estratégico que incluye todas las expresiones de la vida, las relaciones personales. Además, la cultura es un ente político que contribuye a formar a la ciudadanía y es un sector económico muy potente y en permanente expansión. El mundo está cambiando muy rápidamente y estamos pasando de una economía dura a una economía suave, del conocimiento y la información. Era necesario preparar a Brasil para este cambio y yo he tomado esa misión.

P. Como una parte del proyecto Hambre Cero.

R. ¡Todo marcha junto! ¡Los pobres con hambre también son culturales y tienen hambre de cultura! La cultura es el conjunto que resulta de los diálogos de distintos lenguajes. Si habla la gente pobre, les escuchamos. Si hablamos los ricos, también ellos nos escuchan. Ésa es la cuestión. La cultura es una fuente de riqueza y de ciudadanía y en ese sentido es también parte de la comida.

P. ¿Y cree que es posible poner en práctica esa utopía con la globalización acechando?

R. De hecho, la globalización es todo eso también. Tiende a la uniformidad pero también a la diversidad. La globalización es glocalización. Algunos intentan imponer un patrón hegemónico, pero como es parte de la vida y la vida es polaridad, lo local también se levanta y pide su sitio.

P. ¿Siente que el sueño de Lula tiene muchos enemigos?

R. No. Los grandes poderes siempre intentan establecer su dominio. Otros quieren el poder como elemento de ajuste. Parte de Europa, África, América y Asia quieren un diálogo pluralista. Otros, como la inteligencia y la política de EE UU, siguen buscando la dominación. Pero hay que decir que en nuestras relaciones bilaterales con EE UU hay ahora más acciones hacia el diálogo que al contrario.

P. Así que el enemigo está dentro, no fuera.

R. ¡Claro, el enemigo siempre está dentro! La bondad no es un elemento místico que esté separado de la maldad. Dios es humano y el diablo también.

P. ¿Cree que la crisis acabará con Lula?

R. Yo creo que no. Creo que la superará, o por lo menos lo espero. De todos modos, hay que tomar las cosas como vienen. La vida es como es, pero los sueños siempre merece la pena vivirlos, aunque tengan obstáculos. A veces hay que luchar más de lo que uno esperaba.

P. No se le ve muy desilusionado.

R. Yo no tengo desilusiones, porque no tengo ilusiones.

P. Y a Lula, ¿cómo le encuentra?

R. Es un hombre de temperamento político y no creo que todo esto haya sido una sorpresa para él. Tiene que reaccionar con la virtud, con la capacidad de tomar la adversidad en las manos.

P. Le veo cada vez más en plan Confucio.

R. Oriente es más sabio que nosotros. Ellos saben que el justo medio está en la igual posibilidad de los extremos. Los occidentales tendemos a abandonar la observación de la sabiduría para adoptar el optimismo y la voluntad. Y eso no es necesario en absoluto.

P. Pero una cosa mala ha tenido su mandato: no ha compuesto una sola canción.

R. Lo esperaba y lo previne. Antes de empezar tenía ya 400 o 500 canciones hechas. Cuando me libere haré otras 400.

Gilberto Gil, ayer en Cáceres.
Gilberto Gil, ayer en Cáceres.BERNARDO PÉREZ
Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_