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UNA DEUDA HISTÓRICA PENDIENTE

El drama del exilio vuelve a resonar en unas jornadas de gratitud a México

Diferentes instituciones públicas y privadas recuperan la memoria de una época difícil

José Andrés Rojo

Hay imágenes que resumen la tragedia. La de las largas colas de españoles que abarrotaban las carreteras que conducían a Francia en febrero de 1939. O, ya en marzo, la de los miles de derrotados por el ejército franquista que esperaban en Cartagena la llegada de un barco que pusiera un poco de esperanza en sus vidas. Pero una cosa era salvarse y otra, muy distinta, sobrevivir con dignidad. Para muchos el final de la guerra fue el inicio de otro calvario. Otros tuvieron más suerte. Entre ellos, los que viajaron a México cuando su presidente, Lázaro Cárdenas, les abrió las puertas.

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"Gracias México". Esas palabras abren los papeles que dan cuenta de los actos programados como homenaje a Lázaro Cárdenas que tendrán lugar en Madrid desde mañana y que se prolongarán hasta el día 9. Conferencias, mesas redondas, exposiciones, proyección de películas y un gran concierto forman parte del paquete de iniciativas que han surgido como un gesto de gratitud a un país, México, y a un hombre, Lázaro Cárdenas, que recibieron en los difíciles días de la posguerra a más de 20.000 españoles que lo habían perdido todo.

El poeta Ángel González es el presidente de honor del comité organizador, y Rosa León, su presidenta, y luego hay una larga relación de nombres propios que, ya sea a título individual, ya sea como representantes de las instituciones que presiden, que se han embarcado en hacer viable un homenaje imprescindible. Universidades, ministerios, asociaciones, fundaciones, embajadas, ateneos..., un sinfín de instituciones y entidades representativas del mundo de la academia, la cultura, las artes y la memoria histórica se han sumado a la iniciativa. De ese modo, es el conjunto de la sociedad española la que salda ahora una deuda histórica.

El horror de la guerra

La historia ya se conoce. Cuando se produjo el alzamiento de los militares rebeldes contra la República en julio de 1936, la mayoría de los países le volvieron la espalda al régimen legal y se desentendieron de su suerte. El Comité de No Intervención se encargó de que las democracias europeas no participaran en la guerra y, mientras la Italia fascista y la Alemania nazi colaboraban con Franco, los republicanos se vieron abocados a tratar con la Unión Soviética y a recibir ayuda de los contados gobiernos que mantuvieron sus compromisos internacionales.

Uno de los más activos fue el de Lázaro Cárdenas. Desde 1936, la embajada de México en España ejerció su derecho de asilo para dar cobijo a los españoles de ambos bandos que estuvieran en peligro. En 1937, mientras empezaba a organizarse el asilo de intelectuales y científicos, 460 niños fueron trasladados a Morelia. Muchos de ellos eran huérfanos y otros estaban alejados de sus familias por el horror de la guerra. La Casa de España en México (que en 1940 se convertiría en El Colegio de México) se creó en 1938: fue un centro de acogida, estudio y trabajo para los intelectuales españoles. La cultura que había florecido en la época de la República aseguraba así su continuidad en otro lugar del mundo.

Lo más duro estaba por llegar. Cuando las tropas franquistas ganaron la guerra, los perdedores salieron de España en masa sin perspectivas de ninguna clase. Lázaro Cárdenas volvió a mostrar su generosidad. El SERE (Servicio de Evacuación de Republicanos Españoles), creado en Francia por el Gobierno de Negrín, y el JARE (Junta de Auxilio a los Republicanos Españoles), que Prieto puso en marcha en México, organizaron la emigración de miles de españoles y se ocuparon de organizar su instalación en México, que gracias a la iniciativa de su presidente acogió a miles de exiliados (entre 20.000 y 24.000).

Con la entrega, por parte del Rector de la Universidad Complutense de Madrid, de tres medallas al exilio académico, se inicia mañana el homenaje a Lázaro Cárdenas. La Filmoteca Nacional ofrece un ciclo de películas (que empieza también mañana) y, el día 4, la Universidad Complutense de Madrid, el Ateneo de Madrid y la Casa de América abren el congreso titulado Cárdenas y el exilio español en México. Las mesas redondas, centradas en la cultura, la vida cotidiana y el inicio y el fin del exilio, las presenta José Luis Abellán, presidente del Ateneo de Madrid, y la Residencia de Estudiantes participa con la exposición dedicada a Manuel Altolaguirre, una de las grandes figuras intelectuales de la República. Se colocará una placa en el monumento a Lázaro Cárdenas, en el Parque Norte de Madrid, y la fiesta llegará con el gran concierto programado para el viernes 7 en Madrid Arena (Casa de Campo) y que, con dirección de José Carlos Plaza, reúne a Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Víctor Manuel, Miguel Ríos, Jaguares, Lila Downs, Astrid Haddad, Maestros del Folklore Michoacano, Charo López, José Luis Gómez, José Sacristán y Nuria Espert.

Lázaro Cárdenas (en el centro con traje blanco) en una visita a San Luis de Potosí en 1938.
Lázaro Cárdenas (en el centro con traje blanco) en una visita a San Luis de Potosí en 1938.
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Sobre la firma

José Andrés Rojo
Redactor jefe de Opinión. En 1992 empezó en Babelia, estuvo después al frente de Libros, luego pasó a Cultura. Ha publicado ‘Hotel Madrid’ (FCE, 1988), ‘Vicente Rojo. Retrato de un general republicano’ (Tusquets, 2006; Premio Comillas) y la novela ‘Camino a Trinidad’ (Pre-Textos, 2017). Llevó el blog ‘El rincón del distraído’ entre 2007 y 2014.

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