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El Palau de les Arts se estrena con 'Carmen'

La Ópera de Valencia diseñada por Calatrava triplica su coste original hasta los 250 millones de euros

Ferran Bono

El Palau de les Arts Reina Sofía arranca esta tarde con los populares compases de Carmen, de Bizet, bajo la batuta de Lorin Maazel. La reina Sofía encabeza la comitiva inaugural del teatro de la ópera de Valencia, diseñado por Santiago Calatrava, que alberga cuatro salas con un aforo total para 4.000 espectadores. Se trata de "la mayor infraestructura de España y una de las más grandes del mundo dedicadas a las artes escénicas", según remarca la Generalitat Valenciana. Con 40.000 metros cuadrados de superficie, 71 metros de altura y 165 de longitud, el Palau de les Arts destaca por su rotundidad, su forma lenticular, el uso del acero y el hormigón blanco, y el revestimiento cerámico de trencadís. Sólo el edificio ha costado oficialmente 250 millones de euros.

El arquitecto valenciano manifestó ayer su pretensión de ofrecer al público un "edificio acogedor, que se abre y se cierra, que abraza a la gente, como una sinfonía". Añadió que la gente puede pasear por su interior, por las cafeterías, restaurantes, terrazas y jardines sin necesidad de entrar a ninguna de las cuatro salas.

Hoy sólo se inaugura la sala principal destinada a ópera. Con un aforo para 1.750 espectadores, cuenta con una boca de escenario de 17 metros de ancho y una maquinaria para todo tipo de espectáculos. Las butacas están dotadas de pantallas de texto que facilitan el seguimiento de las óperas en varios idiomas. El blanco del hormigón, el marrón de la madera y el azul del trencadís (pequeños fragmentos formando un mosaico) de vidrio caracterizan cromáticamente la sala.

"La acústica es excelente, pero si hay que ajustar algo se ajusta, no hay por qué preocuparse", afirmó Maazel, el reputado director musical del Palau de les Arts y de la futura orquesta del teatro. Hoy dirigirá una orquesta formada para la ocasión por 101 músicos valencianos procedentes de todo el mundo y al Cor de la Generalitat, entre otros.

En la primera parte del programa se interpretará Carmen, de Bizet, con las voces de Angela Gheorghiu, Carlos Álvarez y Roberto Alagna, entre otros. En la segunda parte, el valenciano Enrique García Asensio dirigirá La Revoltosa (Chapí), Don Gil de Alcalá (Penella), La canción del olvido y El trust de los tenorios (Serrano), y La corte de Faraón (Lleó). Maazel volverá a coger la batuta para cerrar el concierto para invitados con Cuatro madrigales amatorios (Rodrigo), El sombrero de tres picos (Falla) y los himnos de Valencia y de España. Cantarán Elena de la Merced, Isabel Monar y Ofelia Sala.

Mañana se repetirá el concierto, esta vez para el público que haya conseguido una de las entradas gratuitas. Habrá también múltiples actuaciones en el exterior. Y el 24 y el 25 de octubre, Zubin Mehta dirigirá la Novena de Beethoven. Acabarán así los actos inaugurales, con un coste de 2,8 millones de euros, y se cerrará el Palau para distintos ajustes hasta la temporada regular 2006-2007. La intendente del teatro, Helga Schmidt, espera contar con un presupuesto similar al del Liceo y patrocinios privados.

El Palau "es una apuesta muy ambiciosa" que pretende ser un referente de la cultura internacional con una programación de calidad, afirmó el presidente de la Generalitat, Francisco Camps.

El consejero de Economía, Gerardo Camps, cifró en 250 millones de euros el coste "a día de hoy, sólo del edificio", sin contar las remuneraciones y la urbanización del entorno. Esta cifra representa casi el doble del coste del reinaugurado Teatro Real de Madrid; 154 millones más que el reconstruido Liceo de Barcelona, y 112 millones más que el Museo Guggenheim de Bilbao. El PSPV-PSOE denuncia que el sobrecoste es de 215 millones. Camps asegura que este cálculo está basado en un primer proyecto original que luego evolucionó. En los proyectos originales se barajaron cifras entre 50 y 80 millones.

Vista del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, del arquitecto Santiago Calatrava, integrado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Vista del Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia, del arquitecto Santiago Calatrava, integrado en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
El arquitecto Santiago Calatrava, ayer en el Palau de les Arts.
El arquitecto Santiago Calatrava, ayer en el Palau de les Arts.

El palacio que enterró la torre

El Palau de les Arts Reina Sofía se asienta sobre los cimientos que debían soportar la torre de comunicaciones de 382 metros, también diseñada por Calatrava. Cuando el PP accedió al Gobierno de la Generalitat en 1995, pretendió eliminar el heredado proyecto socialista de la Ciudad de las Ciencias, del que sólo existía entonces L'Hemisfèric. La principal razón esgrimida era su elevado coste económico. También se argumentaba que la torre perturbaría el tráfico aéreo. Al poco, la Generalitat, presidida a la sazón por Eduardo Zaplana, cambió de opinión ante diversos obstáculos: conservó el proyectado Museu de les Ciències, borró la torre y dibujó un teatro de la Ópera y, además, añadió un nuevo hito: L'Oceanogràfic, obra de Félix Candela, y el único edifico no diseñado por el arquitecto valenciano en el complejo. De modo que éste pasó a llamarse Ciudad de las Artes y las Ciencias y los costes se dispararon.

El Palau de les Arts es el último edificio del complejo a la espera de comprobar la viabilidad económica de tres nuevos rascacielos (uno superior a los 300 metros), cuya maqueta fue presentado por Calatrava, en compañía del presidente valenciano, Francisco Camps. El Palau de les Arts es, también, el edificio más costoso. "Es el que más me ha costado por su intensidad", dijo también ayer el arquitecto. Su presupuesto se ha incrementado conforme se ha modificado su diseño y sus funciones. Ahora albergará también conciertos sinfónicos y camerísticos y espectáculos de teatro y ballet, además de congresos y conferencias y una academia de perfeccionamiento.

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Sobre la firma

Ferran Bono
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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