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FESTIVAL DE CINE DE SITGES

'Hard candy', la historia de ligues por Internet de David Slade, se alza como gran triunfadora

La película franco-taiwanesa 'El sabor de la sandía', premio especial del jurado

Hard candy, del estadounidense David Slade, una sórdida, bien que impecable, historia de ligues por Internet y soterrada violencia que enfrenta a una despiadada adolescente de 14 años con un paidófilo de 32, se alzó ayer en el Festival de Sitges con dos de los principales galardones, a la mejor película y al mejor guión, para Brian Nelson. El sabor de la sandía, de Tsai Ming-liang, se hizo con el premio especial del jurado y con el de la crítica, al tiempo que vio recompensado a su protagonista, Lee Kang-sheng, con el galardón a la mejor interpretación masculina.

Por segundo año consecutivo, el hongkonés Johnny To obtuvo la distinción del festival -que anoche se clausuró con Una historia de violencia, de David Cronenberg, con Viggo Mortensen como protagonista- al mejor director por su violenta, bien que elegante, Election. El resto del abundante palmarés recayó en Lee Yeong-ae por su magnética caracterización de una sanguinaria vengadora en Sympathy for lady vengeance, de Park Chan-wook, quien ganara aquí el año pasado con Old boy.

El resto de los galardones recabados por el cine oriental, el gran ganador por segundo año consecutivo de la mayoría de las categorías, recayó en la brillante fotografía, obra de Keung Kwok Man, de Siete espadas, del chino-vietnamita Tsui Hark, y el de la banda sonora, en el trabajo de Dalpalan y Jang Yeong-gyu en A bittersweet life, del coreano Kim Yee-woon.

La película británica Mirrormask, de Dave McKean, se alzó, con todo merecimiento, con los premios al mejor maquillaje y a la mejor dirección artística. Los mejores efectos especiales fueron para Thomas Mulack por The piano tuner of earthwuakes, de los norteamericanos hermanos Quay. El premio al director revelación fue para Emmanuel Carrère por su sorprendente La moustache.

Poco hay que objetar a las decisiones de un jurado formado por los críticos Ángel Quintana y Elvis Mitchell, la bailarina Blanca Li, el director de animación Bill Plympton y la actriz Nieve de Medina; si acaso, no haberse arriesgado más premiando la dura e insobornable denuncia de la pornografía contemporánea que contiene El sabor de la sandía -de matriz franco-taiwanesa-, a la que deben servir de consuelo sus dos premios mayores. Pero nada se puede decir de la premiada, Hard candy, como no sea loar su concisión, la fineza e inteligencia de sus diálogos y la no menos dura diatriba contra la paidofilia que contienen sus imágenes. No sorprende tampoco el premio a Johnny To, toda vez que desde que se vio Election, un acercamiento casi antropológico a las andanzas de las Tríadas, las mafias de Hong Kong, contó con la adhesión de crítica y público.

El año próximo, el certamen homenajeará a David Lynch.

El director de cine hongkonés Johnny To, premio al mejor director, en Sitges.
El director de cine hongkonés Johnny To, premio al mejor director, en Sitges.EFE
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