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Fallece en Barcelona a los 74 años el pintor Joan Hernández Pijuan

El artista y académico de Bellas Artes Joan Hernández Pijuan, considerado como uno de los creadores más sólidos del arte contemporáneo español, falleció esta mañana, a los 74 años, en su casa de Barcelona, tras una larga enfermedad, han informado fuentes de la Academia.

La capilla ardiente de Hernández Pijuan, galardonado recientemente con el Premio Nacional de Arte Gráfico 2005, ha quedado de en el Tanatorio de Las Corts y mañana, a las 15 horas, se celebrará una ceremonia laica durante la cual serán incinerados sus restos mortales, han señalado fuentes familiares.

Hernández Pijuan, nacido en Barcelona en 1931, encarnaba la figura del artista-profesor que combinaba la creación con la docencia, a la que accedió en plena madurez cuando tenía una reconocida producción y una carrera bien asentada, y que le ha llevado a ocupar el puesto de Decano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona.

Premio Nacional de Artes Plásticas en 1981, fue elegido en mayo de 1997 académico de Bellas Artes, para ocupar el sillón que dejó vacante Hipólito Hidalgo de Caviedes, y que no pudo ocupar por su prematura muerte Gerardo Rueda. El artista, que nunca quiso incluirse en una tendencia concreta, rechazó el que se le definiera como un pintor abstracto al considerar que parte siempre de la realidad; "tengo que tocar con los pies el suelo para hacer lo que pretendo hacer", afirmaba.

'Grupo Sile'

Joan Hernández Pijuan cursó estudios en la Lonja, escuela de artes y oficios de Barcelona y en la escuela de Bellas Artes de Sant Jordi y en 1953 participó por primera vez en una exposición colectiva en la que mostró unas obras de estilo expresionista y resonancia existencial. En 1955 celebró su primera exposición individual en el Museo Municipal de Mataró y un año más tarde fundó el "Grupo Sile", en un momento en que esquematizó su expresionismo, comenzó a manifestar una preocupación por los volúmenes, un gusto por la sobriedad y una clara intención de ordenar los elementos.

Su estancia en París, donde viajó en 1957 y estudió grabado y litografía en la Escuela de Bellas Artes, le permitió una vivencia directa y una interpretación personal del arte informal. A su regreso a Barcelona inició un nuevo estilo de pintura de acción de contrastes y explosiones violentas con predominio de negros y blancos.

Realizó los decorados para Medea encantadora de José Bergamín, e hizo una serie de cinco litografías con las que el editor Gustavo Gili inició la colección Estampas de la Cometa, y que fueron galardonadas con el premio Maribor en la VI Bienal Internacional del Grabado de Ljublana, en 1965.

Un año más tarde realizó la serie de litografías Las celdas, premiada en la I Bienal Internacional del Grabado de Cracovia. En esta época su trazo gestual se convierte en un elemento geométrico o anatómico, y el artista sintió un interés cada vez más fuerte por las superficies vacías, por la relación entre el espacio y el objeto que los rodea.

Naturaleza muerta

Su estilo se acercó al género de la naturaleza muerta al incorporar una sección de una manzana, un huevo o una copa. Estos objetos reales, generalmente aislados, dieron una dimensión metafísica al espacio. La década de los 70, en cuyos comienzos fue premiado en la II Bienal Internacional de Dibujo de Rijeka, supuso para él un progresivo descubrimiento de nuevas dimensiones pictóricas a partir del tema del paisaje. Primero aparecieron la regla y los espacios milimetrados, posteriormente, la vivencia del paisaje real. La Escuela de Bellas Artes de Sant Jordi de Barcelona le contrató en 1977 como profesor y en 1980 formó parte de la comisión de actividades de la Fundación Miró de Barcelona.

El artista recibió la Creu de Sant Jordi de la Generalitat de Cataluña en 1985 y en 1989 pasó a ocupar el puesto de catedrático de pintura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, donde en 1992 fue nombrado Decano.

El Centro Nacional de Arte Reina Sofía acogió en 1993 su exposición Espacios de silencio, en la que se resumía la trayectoria de sus últimos veinte años. Sus exposiciones individuales y colectivas han recorrido todo el mundo.

Hernández Pijuan, en una foto del año 2000.
Hernández Pijuan, en una foto del año 2000.TEJEDERAS
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