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El supervisor alemán detecta indicios de fraude bursátil en DaimlerChrysler

La BaFin investiga el intercambio de acciones los días previos a la dimisión del presidente

La dimisión Jürgen Schrempp como presidente de DaimlerChrysler el pasado 28 de julio ha reportado grandes ganancias a quienes conocían la decisión de antemano. El órgano supervisor de los mercados financieros alemán (BaFin) investiga las compras y ventas de acciones producidas durante esos días, al encontrar indicios de un posible delito de información privilegiada. Varios directivos y miembros del consejo compraron títulos en condiciones ventajosas, que vendieron una vez anunciada la salida de Schrempp. Las acciones de Daimler subieron un 11% en un solo día.

El órgano supervisor alemán de los servicios financieros confirmó ayer que investiga los diversos movimientos de acciones de DaimlerChrysler que se produjeron en torno a la dimisión de su presidente, Jürgen Schrempp. En un análisis rutinario, la BaFin constató que hay indicios de uso de información privilegiada en las operaciones que se realizaron antes del anuncio de la retirada de Schrempp, por lo que inició una investigación formal. Este proceso puede durar semanas, según aclaró ayer un portavoz del organismo, y podría desembocar en acciones legales por parte de la fiscalía.

El tercer fabricante de coches del mundo anunció el pasado 28 de julio que su aún presidente en funciones, Jürgen Schrempp, dimitirá a finales de este año. Era una noticia que nadie esperaba después de que Schrempp consiguiera en 2004 que se le prolongara su contrato por cuatro años más.

La mala gestión de Schrempp, nombrado el año pasado por la revista Business Week peor ejecutivo del año, provocó que se redujera a la mitad el valor de las acciones de DaimlerChrysler en la Bolsa de Francfort desde 1998. Los accionistas le proferían duras críticas -le llamaban el mayor destructor de capital de la historia- en cada junta anual.

Para muchos era obvio que el anuncio de su marcha dispararía la cotización de las acciones de la compañía, pues el cambio en la cúpula de la empresa sólo podía ser para mejor. Y así ocurrió. El 28 de julio, tras la dimisión de Schrempp, la cotización de DaimlerChrysler subió un 11%.

Operación millonaria

En los días siguientes se supo que algunos ejecutivos que disponen de opciones preferenciales de compra de acciones se embolsaron grandes cantidades al vender sus títulos. Eckhard Cordes, presidente de Mercedes y delfín de Schrempp que anunció su marcha al saber que no era el elegido para suceder a su jefe, ganó alrededor de 3,66 millones de euros con la venta de su paquete de acciones.

El presidente de la marca Smart, Ulrich Walker, ganó 113.000 euros, mientras que el jefe de la filial de camiones japonesa Fuso, Harald Bölstler, consiguió 61.000 euros, informó el diario económico Handelsblatt.

Según la agencia Bloomberg, 18 ejecutivos ejercieron estas opciones de compra desde que se supo que Schrempp dimitía. Los 10 miembros del consejo de administración poseían un total de 10,4 millones de acciones u opciones para comprarlas con descuento.

Analistas citados por el Handelsblatt consideraron que estas ventas masivas por parte de ejecutivos de la compañía no son buena señal y apuntaron la posibilidad de que estuvieran "enterados de nuevos problemas en Daimler que la opinión pública aún desconoce".

"Las cifras que escuchamos están, a mi entender, maquilladas y en otoño se desencadenará el gran desastre", declaró a la radio Deutschlandfunk el portavoz de la asociación de accionistas críticos de Daimler, Jürgen Grässlin, en referencia a los resultados del segundo trimestre que DaimlerChrysler presentó ese 28 de julio. Al comentar la renuncia de Schrempp a obtener su sueldo hasta el fin de su contrato, en 2008, Grässlin añadió: "No creo que esta dimisión sea voluntaria y sobre todo no creo que la renuncia al sueldo sea voluntaria".

Venta del Deutsche Bank

También el Deutsche Bank, principal accionista de DaimlerChrysler, aprovechó el alza en la cotización para deshacerse el mismo día de 35 millones de valores, una operación que le reportó 1.300 millones de euros. No era un secreto que el primer banco de Alemania, que goza de la prerrogativa de nombrar al presidente del consejo de vigilancia de la empresa, deseaba reducir su participación lo antes posible.

Al parecer no todas esas operaciones se realizaron tras saberse la marcha de Schrempp. La BaFin ha encontrado indicios de que antes de publicarse la noticia también aumentó la demanda de acciones, lo que alzó su precio. La portavoz de la BaFin aseguró ayer que no se investiga a personas concretas, sino movimientos de acciones y rehusó dar nombres de posibles implicados.

Jürgen Grässlin había levantado la liebre en la citada entrevista. "Yo estaba informado desde una semana antes de que Schrempp iba a dimitir. Supongo que el Deutsche Bank también lo estaba", declaró a la radio. Tanto Schrempp como Hilmar Kopper, presidente del consejo de vigilancia, dijeron más tarde que hacía meses que se preparaba la dimisión. Schrempp calificó de "una obra de arte" el haber logrado mantener la cuestión en secreto.

Una nueva estrategia para recuperar las ventas

La marcha de Jürgen Schrempp no dio lugar al ascenso de su sucesor natural, el presidente de Mercedes, Eckhard Cordes. El llamado a dirigir los destinos de DaimlerChrysler se llama Dieter Zetsche y viene de Estados Unidos, donde consiguió con éxito sanear Chrysler, adquirida en una espectacular operación en 1998.

A su regreso a Alemania después de pasar años en el sur y el norte de América, a Zetsche le esperan importantes retos. Su primera labor será encontrar un buen gestor que poner al frente de Mercedes para suceder a Cordes que, decepcionado por no haber obtenido el máximo puesto, decidió dejar la empresa.

Mercedes sufre problemas de calidad que le hacen caer a puestos mediocres de las clasificaciones, sobre todo desde que en abril tuvo que llamar a revisión 1,3 millones de vehículos. Las ventas de Mercedes, Maybach y Smart cayeron en picado en 2004. De 3.026 millones de euros en 2003, su resultado operativo se redujo un 47% en 2004.

Smart ha perdido 2.600 millones desde su lanzamiento y su reestructuración, que incluye la retirada de dos modelos y el recorte de unos 700 empleos, provocó que el resultado operativo de la empresa se redujera en 311 millones de euros.

La era Schrempp deja también 2.100 millones de euros enterrados en Mitsubishi, de la que Daimler compró un 34% en 2000 para cuatro años después despedirse de la amarga aventura asiática.

El debate sobre la retirada de Mitsubishi le costó a Schrempp, contrario a separarse de la japonesa, una pequeña rebelión en casa y el inicio de su declive.

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