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Entrevista:José Bono | Ministro de Defensa

"La naturaleza militar de la Guardia Civil es decisiva para garantizar la seguridad"

Miguel González

La primera intervención del ministro de Defensa, José Bono, en el caso Roquetas se produjo el pasado 2 de agosto, recién llegado de Afganistán, adonde viajó para visitar a las tropas españolas. Esa misma noche llamó al director general de la Guardia Civil, Carlos Gómez Arruche, para recabar información. Sólo 48 horas después, tras difundirse el informe preliminar de la autopsia, que vinculaba la muerte de Juan Martínez Galdeano con lo sucedido en el cuartelillo de la localidad almeriense, habló con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el ministro del Interior, José Antonio Alonso.

A continuación, ordenó al subsecretario de Defensa, Justo Zambrana, que hiciera honor a su nombre y fuese tan ecuánime como riguroso en la aplicación del régimen disciplinario a los agentes imputados: suspensión de funciones por seis meses y expediente al teniente y a siete guardias (todos, menos el alumno en prácticas) por "abuso de sus atribuciones" y "trato inhumano a personas bajo su custodia".

"Algunos invocan la presunción de inocencia para los etarras y sospechan si la pedimos para los guardias"
"Estoy con la Guardia Civil y con su director general sin reservas de ningún tipo"
"Los funcionarios del CNI no son pregoneros. Una desclasificación general [de informes del 11-M] quizá no sea posible cumplimentarla"
"¿Cómo nos habríamos enterado de los hechos de Roquetas sin el interés en esclarecerlos de la Benemérita?"
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"Un teniente no es la Guardia Civil como un cura no es la Iglesia. Un garbanzo negro no tiñe un cocido"
"Escarbar en el árbol genealógico buscando privilegios es inaceptable e insolidario. Los derechos son de las personas, no de los territorios"

Algunos se extrañan de que Bono, quien no suele morderse la lengua, haya sido tan parco en declaraciones desde que estalló el escándalo. "Hay quienes tienen los mismos argumentos para criticar cuando hablo y cuando callo", replica el ministro. "Pero la realidad es tozuda; Defensa habló con hechos desde el mismo momento en que tuvo el expediente gubernativo en su poder y aplicó con contundencia y templanza el régimen disciplinario".

Después de que el ministro del Interior compareciera el pasado jueves ante el Congreso, Bono, que pasa unos días de descanso familiar en Formentor (Mallorca), ha accedido a comentar extensamente para EL PAÍS -a través de numerosas llamadas telefónicas y correos electrónicos- un asunto que ha resucitado los fantasmas de la España más negra del siglo pasado.

Pregunta. Como abogado que defendió a presos políticos bajo el franquismo y en el régimen de Pinochet, ¿no le produce horror que alguien pueda acudir voluntariamente a unas dependencias policiales y salir cadáver?

Respuesta. Si la muerte no es por causas naturales, sí. Tengo una especial aversión a la tortura, al abuso de la fuerza... Mi condena pública a estos métodos viene de lejos, de cuando denunciar torturas podía llevarte a la cárcel.

P. ¿Persiste la tortura en España?

R. Desgraciadamente, nadie puede asegurar la erradicación del homicidio o el robo. Sólo cabe prevenirlos y castigarlos... Pero la única forma de tortura que persiste en España es la que infringen los terroristas a sus víctimas.

P. ¿Respalda el Gobierno la gestión en este caso del teniente general Carlos Gómez Arruche, director general de la Guardia Civil?

R. Estoy con la Guardia Civil y con su director sin reservas de ningún tipo.

P. El ministro José Antonio Alonso ha considerado desafortunadas las declaraciones del teniente general Gómez Arruche, en las que parecía minimizar la gravedad de lo sucedido.

R. El ministro Alonso ha defendido al director y ha tenido una comparecencia seria y rigurosa en el Parlamento. Nadie tiene más interés que la Guardia Civil en aclarar y perseguir cualquier acto contrario a la ley. ¿Cómo nos habríamos enterado de los hechos de Roquetas si no fuese porque, frente al deseo de ocultación de uno de los autores, el teniente, hubo interés en esclarecerlos por parte de los mandos de la Benemérita?

P. Cuando se dijo que existían resistencias a la investigación se entendió justo lo contrario.

R. El ministro Alonso ha dejado bastante claro que no hablaba de la institución sino de los implicados. Otra cosa es que haya gente que no quiera entender, porque viven en el pasado, están todavía en Casas Viejas [el pueblo gaditano donde fueron masacrados 22 campesinos en 1933]. Ignoran o desconocen lo que hoy representa la Guardia Civil.

P. ¿Y qué representa?

R. Lo dice su himno. Representa a "España, al orden y a la ley".

P. Esos valores no concuerdan con lo sucedido en Roquetas.

R. Claro que no. Por eso Defensa los ha suspendido de funciones seis meses, el máximo legal. Ahora bien, los guardias de Roquetas también tienen derecho a la presunción de inocencia. Algunas personas invocan la presunción de inocencia para los asesinos etarras y sospechan de quienes la demandamos para los guardias. No es serio.

P. Alonso explicó en el Congreso que se enteró de lo sucedido por el delegado del Gobierno en Andalucía, López Garzón, y que fue él quien llamó a Gómez Arruche ¿no evidencia ese dato un problema de falta de comunicación?

R. Ignoro ese extremo.

P. Hay quien le atribuye a usted la elección de Gómez Arruche al frente de la Guardia Civil.

R. Lo sé, pero es falso. En todo caso, Gómez Arruche merece más respeto y menos desprecio que el que algunos dirigentes del PP le han dedicado desde el mismo día de su nombramiento.

P. A raíz de este caso, algunos grupos han pedido la desmilitarización de la Guardia Civil.

R. El Gobierno no va a ceder en esto. Soy partidario de su condición militar por las mismas razones por las que se mantienen cuerpos de naturaleza similar en Holanda, Francia, Italia y Portugal. En este momento, la Guardia Civil está desplegada en 2.000 puestos. Ésa es una forma de vertebrar y favorecer la presencia del Estado en todo el territorio nacional.

P. El Cuerpo Nacional de Policía también está en toda España.

R. Sí, pero sólo en las ciudades más importantes, no en los pueblos, con destinos, en ocasiones, poco apetecibles, como tienen los guardias.... Ese despliegue de la Guardia Civil sería imposible de mantener si no fuera porque ser guardia, además de un empleo y un sueldo, supone una especial vocación de servicio y de sacrifico que difícilmente se entiende por quienes desprecian los valores colectivos y constitucionales que se contienen en la palabra patria. Para un guardia, Todo por la Patria es algo más que un lema en la puerta de su cuartel.

P. ¿Y qué aporta el carácter militar a la Guardia Civil?

R. Le responderían mejor que yo los náufragos, los montañeros, los automovilistas que precisan auxilio. En definitiva, los españoles que desean una policía que siempre esté de servicio. Y la Guardia Civil siempre está de servicio. Lo saben y lo acatan voluntariamente cuando entran en el cuerpo y, desgraciadamente, muchos aspirantes se quedan fuera. Aunque pueda incomodar aspiraciones sindicales, a las que ya renuncian voluntariamente cuando entran en el cuerpo, la naturaleza militar de la Guardia Civil es decisiva para garantizar la seguridad de los españoles.

P. Pero el hecho de que la Guardia Civil dependa simultáneamente de Interior y Defensa, ¿no provoca disfunciones?

R. La peor disfunción es que los guardias trabajan mucho más que otros y cobran menos. Estar siempre dispuestos al servicio no significa que no deban cobrar sus horas y sus servicios extraordinarios.

P. ¿Hay malestar en la Guardia Civil? Algunos mandos del cuerpo han interpretado las informaciones sobre este caso como una descalificación de la Guardia Civil y otros se han quejado de que el Gobierno no les prestaba el amparo que esperaban.

R. Un teniente no es la Guardia Civil, como un cura no es la Iglesia. Aunque es posible que un teniente lo haya perdido casi todo, el crédito, el prestigio y la confianza en la Guardia Civil están intactos. Eso es lo que piensa la mayoría de la gente sensata.

P. El hecho de que nueve guardias civiles utilicen porras prohibidas y fuerza desproporcionada para reducir a una persona desarmada y esposada (por corpulenta que fuera y excitada que estuviera), ¿no evidencia que falla algo en la formación?

R. Las cosas que no están bien no se pueden ni ocultar ni bendecir, pero ningún garbanzo negro tiñe un buen cocido.

P. Incluso repudiando su conducta, muchos guardias civiles no entienden que la petición del fiscal, prisión preventiva para el teniente y uno de los agentes, fuese incluso más dura que la del abogado de la víctima.

R. Prefiero no contestar. La verdad es que suspendimos de funciones a los nuevos guardias imputados y lo hicimos pensando que así se conjuraba una eventual destrucción de pruebas y cualquier posibilidad de reiteración del presunto delito.

P. Una de las primeras decisiones que debe adoptar el Gobierno tras las vacaciones es si desclasifica un centenar de documentos sobre el 11-M que ha pedido el juez Del Olmo. ¿Es usted partidario de levantar el secreto de los informes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI)?

R. Los funcionarios del CNI no son pregoneros. Su arriesgado y eficaz trabajo merece respeto. Pedir una desclasificación general o, como alguien ha dicho, al peso y al por mayor, quizá no sea posible cumplimentarla. Ni el Gobierno puede hacer la labor de instrucción judicial ni los jueces deben hacer la función del Gobierno.

P. Antes se ha referido al escaso sueldo de los guardias civiles. Durante su viaje a Afganistán, anunció un importante aumento de las retribuciones de los militares ¿Cuál va ser su alcance?

R. Va a ser un aumento histórico, superior al 15%; el que los militares merecen desde hace muchos años. Precisamente por ello, lo haremos en tres ejercicios presupuestarios. Lo que no es comprensible es que el comandante del porta aeronaves Príncipe de Asturias, que tiene bajo su responsabilidad a más de mil personas y un buque que vale más de 600 millones de euros, gane menos que el jefe de una pequeña sucursal bancaria.

P. ¿No jugó con ventaja cuando dijo que estaba dispuesto a irse a casa si no lograba el aumento, sabiendo que ya tenía el visto bueno del jefe del Gobierno?

R. Vengo luchando por esta subida de sueldos desde que soy ministro y, efectivamente, tengo el apoyo del presidente. Lo que he tratado de decir es que mi compromiso es firme, no un calentón pasajero.

P. ¿Cómo espera que actúe hoy el Gobierno vasco ante la manifestación de Batasuna?

R. El Departamento de Interior del Gobierno vasco ha empezado bien prohibiendo la manifestación de un partido ilegal. Ahora debe impedir que un grupo de matones y perdonavidas pueda más que la ley. Otegi y los suyos han cambiado el lenguaje y ahora quieren mostrarse como si fueran personas dignas, pero son cómplices políticos de ETA; es decir, de asesinato.

P. ¿Considera legítima la pretensión de los nacionalistas catalanes de invocar derechos históricos en la reforma del Estatuto?

R. El derecho que a todos nos iguala es la Constitución. Escarbar en el árbol genealógico del pasado para encontrar privilegios no sólo es ridículo, sino que también es insolidario e inaceptable para quienes nos reclamamos socialistas. Los derechos son de las personas, no de los territorios, y la historia no tiene principio ni final. Se hace al andar.

P. Usted ha sido, durante 21 años, presidente de una comunidad autónoma sin historia, Castilla-La Mancha, que ha sufrido este verano la tragedia del incendio de Guadalajara, seguida por una agria polémica política.

R. Me causó mucha pena la desgracia humana y ecológica que hemos padecido y me produjo una gran tristeza que algunos dirigentes del Partido Popular usaran el duelo y los funerales para tratar de obtener renta política.

El ministro de Defensa, José Bono, en el palacio de Buenavista, sede del Estado Mayor del Ejército.
El ministro de Defensa, José Bono, en el palacio de Buenavista, sede del Estado Mayor del Ejército.GORKA LEJARCEGI

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Miguel González
Responsable de la información sobre diplomacia y política de defensa, Casa del Rey y Vox en EL PAÍS. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) en 1982. Trabajó también en El Noticiero Universal, La Vanguardia y El Periódico de Cataluña. Experto en aprender.

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