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LA REFORMA DEL ESTATUTO CATALÁN

Zapatero fijará las "líneas rojas" del Estatuto catalán en el debate de su toma en consideración

PSOE y PSC negocian la posición que expondrán a ERC y CiU antes de la sesión del 2 de noviembre

Luis R. Aizpeolea

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, aprovechará el debate sobre la toma en consideración del Estatuto de Cataluña en el Congreso, el próximo 2 de noviembre, para fijar las "líneas rojas" que no puede traspasar la reforma estatutaria. Zapatero confía en que el proceso de negociación del Estatuto en las Cortes entre el PSOE y los demás grupos parlamentarios culmine con éxito. Pero defenderá unos criterios mínimos de revisión del texto, aunque los partidos nacionalistas catalanes, CiU y ERC, amenacen con retirar el Estatuto, según aseguran en el entorno presidencial. "Será un discurso claro y contundente", añaden las mismas fuentes.

Zapatero, consciente del desconcierto y malestar que la reforma del Estatuto catalán ha causado, incluso en una parte del electorado socialista, concede gran importancia a ese discurso, con el que pretende tranquilizar a la opinión pública, según señalan en La Moncloa. Se comprometerá a modificar aquellos aspectos de la reforma que pongan en riesgo la cohesión territorial y el interés general, pero también expresará su confianza en salvar el segundo riesgo, el de un rechazo al Estatuto a su paso por el Congreso, que abocaría a un enfrentamiento entre el Parlamento de Cataluña y las Cortes.

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Zapatero redactará el texto del discurso, en el que ya trabaja el Gabinete de la Presidencia y que incluirá planteamientos desde la perspectiva del derecho, la historia y la política. Las "líneas rojas" que Zapatero precisará afectarán, al menos, al modelo de financiación, a la denominación de nación, a la salvaguarda de la unidad de mercado y de la Seguridad Social y al blindaje de competencias.

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El jefe del Ejecutivo adelantó estas advertencias al presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, en la reunión que mantuvieron el miércoles de la pasada semana en La Moncloa. Volvieron a cambiar impresiones sobre el asunto el pasado miércoles en el breve encuentro que mantuvieron en Madrid con motivo de la Fiesta Nacional.

La intervención de Zapatero contará con el complemento del discurso del portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ya en el debate de la toma en consideración de la reforma del Estatuto de la Comunidad Valenciana, el 20 de septiembre, fijó las reglas de juego de las reformas estatutarias. Para el 2 de noviembre, el PSOE ya contará con una posición precisa sobre la reforma del Estatuto catalán. Para ello se ayudará del dictamen que elaboran varios juristas por encargo de la ejecutiva federal socialista y que coordina Rubalcaba.

También para el 2 de noviembre, el PSOE y el PSC intentarán coordinar su discurso político ante la reforma del Estatuto catalán y darán a conocer su posición a los aliados preferentes en la negociación -ERC e IU- y a CiU.

La sesión de la Ejecutiva Federal del PSOE del próximo día 24 fijará, bajo la presidencia de Zapatero, la posición socialista ante la reforma. El jueves, los portavoces parlamentarios del PSC, Miquel Iceta y Manuela de Madre, ya mantuvieron un primer contacto con el portavoz del PSOE en el Congreso, Alfredo Pérez Rubalcaba, que continuará en los próximos días.

Tanto Zapatero como Rubalcaba no contarán con el PP hasta que pase el debate de la toma en consideración del Estatuto en el Congreso. Los intentos de la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, de establecer una línea de diálogo con el líder del PP, Mariano Rajoy, o con quien éste designase, para compartir criterios sobre la reforma, antes de la toma en consideración, han fracasado.

El Gobierno da por hecho que el PP va a tratar de mantener su línea de alta tensión, para rentabilizar la inquietud que la reforma ha suscitado, hasta el debate en ponencia sobre las enmiendas parciales, que se iniciará en enero o febrero. El PSOE calcula que el PP entrará en el debate sobre las enmiendas parciales para no marginarse de un proceso que se alargará hasta el fin de la próxima primavera.

Para esa etapa, el PSOE sólo cuenta con la garantía de sus propias enmiendas al texto de la reforma y las del PSC, que ha adelantado que recuperará las que decayeron en el Parlamento catalán. Tanto ERC como IU y CiU han manifestado que no presentarán enmiendas. En cuanto a lo que puede hacer el PP, es incierto.

"Va a ser un trabajo muy complejo y difícil dejar este texto limpio como una patena, como ha dicho el presidente del Gobierno, porque es muy exhaustivo, muy reglamentista e intervencionista", señalan fuentes del PSOE.

No obstante, Zapatero confía en que la negociación de la reforma con los partidos culmine con éxito en las Cortes, según su entorno. Por un lado, cuenta con las garantías que no sólo Maragall, sino los líderes de ERC y de Convergència i Unió, Josep Lluís Carod y Artur Mas, le han dado para negociar una segunda vuelta del texto en las Cortes.

Por otro lado, el presidente del Gobierno cuenta con que los partidos catalanes tienen razones políticas para que la negociación culmine con un pacto del Estatuto en su tramitación, sin romper la baraja con exigencias de máximos, inasumibles por el Ejecutivo central.

"Los partidos nacionalistas catalanes tendrán que elegir entre tener un Estatuto, aunque no estén recogidas todas sus reclamaciones, o no tener nada. Si esta negociación fracasase, la alternativa a nosotros sería un Gobierno del PP y entonces sí que los nacionalistas catalanes se quedarían sin nada. Por eso, estamos condenados a entendernos", señala un destacado miembro del Gobierno central.

Zapatero, a la izquierda, conversa en el Congreso con el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Zapatero, a la izquierda, conversa en el Congreso con el portavoz socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba.RICARDO GUTIÉRREZ

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