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LA PRIMOGÉNITA DE LOS PRÍNCIPES DE ASTURIAS

Gobierno y oposición apoyan el cambio de la Constitución para que Leonor sea reina

El Gobierno, el PSOE y el PP hallaron ayer un punto de encuentro indiscutible: los tres están de acuerdo en que hay que reformar la Constitución para que la infanta Leonor, la hija de don Felipe y doña Letizia, pueda ser algún día reina de España. Con la actual redacción de la Constitución, si los príncipes tuvieran un hijo varón, él sería el heredero. La infanta Leonor nació a la 1.46 de la madrugada de ayer en la clínica Ruber de Madrid.

Tanto el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como el líder de la oposición, Mariano Rajoy, coincidieron en la necesidad de realizar la reforma del artículo 57 de la Constitución, que señala: "La Corona de España es hereditaria en los sucesores de S. M. Don Juan Carlos I de Borbón, legítimo heredero de la dinastía histórica. La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos".

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El presidente del Gobierno resaltó en la declaración institucional que leyó en La Moncloa, al mediodía de ayer, el "significado institucional" del nacimiento de doña Leonor, "en cuanto que con ello se afianza la línea de sucesión de la Corona".

Zapatero, que procede de un partido de tradición republicana, destacó el papel actual y de futuro de la Monarquía constitucional. "La Monarquía parlamentaria y constitucional viene desarrollando desde la transición una inestimable función de integración política, social y territorial al servicio de todos los españoles". Tras señalar que ésta "es una excelente ocasión para reconocer en nombre de todos los españoles esta tarea" mostró su "convicción" de que "seguirá realizando en el futuro tan digna y valiosa función".

A su vez, el presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró que el nacimiento de doña Leonor "refuerza la continuidad de la Corona como símbolo constitucional de unidad y permanencia de la nación española", y subrayó el compromiso de su partido de seguir trabajando por la "vigencia y desarrollo de la Constitución".

Zapatero, en un breve encuentro con los periodistas, aseguró que el Gobierno mantenía sus previsiones sobre el calendario de reforma de la Constitución. Esto significa que el Ejecutivo sigue pendiente del dictamen que el Consejo de Estado hará público a fin de año sobre los cuatro puntos de reforma de la Constitución que le encargó el Gobierno: la línea sucesoria de la Monarquía; la reforma del Senado; la referencia a la Constitución europea y a la denominación de las comunidades autónomas.

El presidente del Gobierno dijo, también, que la reforma "dependía de todos", en alusión al PP. La reforma constitucional precisa necesariamente del PP, ya que requiere un consenso mínimo de los dos tercios del Parlamento.

Tanto desde el Gobierno como desde el PP hay acuerdo en que la reforma debe realizarse "sin prisas", teniendo en cuenta que ni doña Leonor ni su hipotético hermano serían designados sucesores hasta que don Felipe no se convierta en rey. El Gobierno prevé que se realizará al final de la legislatura porque dicha reforma y su referéndum llevan aparejada la disolución de las Cortes.

Rajoy señaló que "no es un asunto que tenga que resolverse, desde el punto de vista jurídico, de un día para otro". "Entre todos debemos buscar el mejor momento para hacerlo. Hay tiempo. Hay que hacerlo bien y en el mejor momento posible. Estamos de acuerdo en el fondo, ahora hay que ver los procedimientos y la forma", concluyó.

En lo que no está de acuerdo el PP es en mezclar esta reforma con las otras tres que promueve el Gobierno. Ayer Rajoy fue cauto y se limitó a comentar que le parece "excesivamente arriesgado" ponerse a discutir ahora sobre posibles reformas cuyo contenido no se conoce con exactitud. En realidad, según fuentes del PP, la única reforma de calado propuesta es la del Senado, donde el acuerdo se antoja difícil. De las otras dos, la reforma para incluir los nombres de las autonomías es para el PP poco relevante, y la que serviría para incorporar la Constitución europea se ve como inútil porque este documento ha quedado prácticamente paralizado después del no en el referéndum francés.

El Gobierno mantiene que las cuatro reformas deben realizarse a la vez. "Aunque el proceso de ratificación de la Constitución europea esté en crisis, sigue siendo necesario referirse a la UE en la Constitución española, pues no aparece. Lo que no tiene sentido es hacer reformas constitucionales sucesivas. Lo ideal es hacer de una vez las cuatro que ahora se juzgan necesarias", según fuentes del Gobierno. Otro argumento que baraja el Ejecutivo para mantener las cuatro reformas es que no debe someterse a reforma y referéndum solamente la línea sucesoria de la Monarquía, porque "podría interpretarse como un plebiscito sobre la Corona".

El Gobierno catalán, en palabras del primer consejero, el republicano Josep Bargalló, abogó por una reforma amplia de la Constitución. "Cuando se pone a debate en el Congreso un texto, se pone a debate todo", aseguró. Joan Herrera, portavoz de Izquierda Verde, lo explicitó de forma elocuente: "Se ha abierto el melón constitucional" por la "suerte providencial" de que haya nacido una niña. El primer secretario de los socialistas catalanes, José Montilla, en tono irónico, preguntó a Bargalló y Herrera con qué apoyos cuentan en el Congreso para emprender una modificación del calibre que propugnan, pues el PP es imprescindible para su aprobación.

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