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EL DEBATE TERRITORIAL

Zapatero insinúa que no acometerá la reforma del Senado ante la falta de "ganas" del PP

García Escudero acusa al presidente de "triturar" a conciencia el consenso constitucional

Ante la falta de voluntad del PP, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha dado hoy a entender que no acometerá la reforma del Senado que esbozó en la primera jornada del debate sobre el estado de las autonomías para convertirlo en una Cámara territorial. Zapatero ha dicho que no percibe en el PP "ganas" de acordar nada con el Ejecutivo y, dado que es necesario el concurso popular para esta reforma, que requiere una modificación constitucional, no va a "intentarlo".

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Zapatero ha reconocido que "matemáticamente" es necesario el acuerdo del PP para abordar esta reforma, dado que se necesita contar con la aprobación de dos tercios de los diputados. Entiende, además, que es necesario que los dos grandes partidos afronten ese desafío con "con ganas y voluntad". "Y si ustedes no tienen ganas, no voy ni a intentarlo. ¿Para qué?", se ha preguntado. "Yo creo que no tiene voluntad ni ganas de consensuar nada con este Gobierno".

El programa con el que el PSOE llegó al Gobierno incluía un proyecto de reforma constitucional que afectaba a cuatro puntos: la reforma del Senado, la inclusión del nombre de las comunidades autónomas, la equiparación de los derechos de la mujer en la sucesión al trono y una referencia a la Constitución Europea. Si no se acomete la del Senado y dado que no se ha aprobado la Carta Magna europea, la reforma constitucional se limitaría a los otros dos aspectos, en los que se prevé un fácil acuerdo.

Modelo autonómico

Zapatero ha hecho estas declaraciones en su turno de réplica a los portavoces de los grupos parlamentarios del Senado, en la última jornada del debate sobre el estado de las autonomías que se celebra desde el lunes en la Cámara Alta. Zapatero se ha referido especialmente al discurso del portavoz popular, Pío García Escudero, que, fiel a la línea marcada por su partido, ha acusado al presidente de ayudar a que las bases del consenso constitucional sean "concienzudamente trituradas" y de convertir la política autonómica en un "campo de discordia".

Escudero se ha ceñido a la línea establecida por el PP, de despreciar el proceso de reforma del modelo autonómico y acusar al presidente de romper el consenso constitucional, haciendo especial hincapié en la crítica al nuevo Estatuto catalán, que el presidente ha "apadrinado, por necesidad, pero también con gusto", pese a que es "rupturista" y "aniquilador" de la solidaridad entre españoles. Según García Escudero, el impulso del presidente a la reforma del Estatuto catalán ha generado una "crisis de estabilidad sin precedentes" en el sistema autonómico y todo por el "salto al vacío" que ha dado el PSOE al "echarse en brazos de un partido independentista".

Pacto con el PP

En cualquier caso, ha reiterado la oferta de su partido para buscar un "consenso" o acuerdo global con el PP en torno al Estatut a fin de que el "daño" ocasionado no sea "irreparable", asegurando que es una "obligación" del presidente "rectificar" en esta materia. De forma más global, ha dicho que el PP está dispuesto a negociar sobre el conjunto de la política autonómica, las reformas estatutarias, las políticas de Estado o la reforma del Senado, pero "globalmente, como quieren la mayoría de los españoles".

Zapatero ha respondido al portavoz popular que su discurso adolecía de "sentido de la realidad", era "exagerado" y tremendista y sólo le ha faltado, al igual que a la presidenta de la comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, "anunciar el fin del mundo". Ante la acusación de poner en peligro el consenso constitucional, Zapatero ha dicho que el PP no puede dar lecciones de constitucionalidad porque no apoyó la Constitución. Además, ha recordado que el PP está solo frente a nueve partidos que sí defendieron la Constitución en su oposición al Estatuto catalán. En todo caso, ha asegurado que el PP que "siempre tendrá la puerta abierta" para incorporarse al trabajo de reforma del Estatuto de Cataluña, una tarea en la que se les espera "sin condiciones, hagan enmiendas o no, sigan diciendo lo que están diciendo o intenten ser más prudentes sobre el futuro del país" y "olvidando" las duras críticas que han hecho.

Rodríguez Zapatero, durante una de sus intervenciones en la tercera y última jornada del debate en el Senado.
Rodríguez Zapatero, durante una de sus intervenciones en la tercera y última jornada del debate en el Senado.EFE

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