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Zapatero y Chirac apuestan por la cooperación para resolver los problemas de la inmigración

Francia apoya la petición española de percibir fondos comunitarios hasta 2013

Los problemas de la inmigración ilegal y sus derivados, que bajo distintas formas se están planteando con especial virulencia en España y Francia, requieren un enfoque de seguridad, pero sólo se resolverán realmente con el desarrollo de África, origen mayoritario de los inmigrantes. Ésta es la conclusión común que suscribieron ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el presidente francés, Jacques Chirac, quienes, en consecuencia, pidieron a la Unión Europea que asuma sus responsabilidades y financie esos objetivos.

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"Lo ocurrido en Ceuta y Melilla nos impresionó a todos, y he podido reiterar que no se trata de un problema español ni marroquí, sino europeo. Mundial incluso", afirmó el presidente francés, tras la cumbre que celebró ayer en París con Zapatero.

"Hay que llegar a una cooperación estrecha con Marruecos, pero también con Argelia y con los demás países ribereños del Mediterráneo. Hay que negociar acuerdos de readmisión. Pero no nos hacemos ilusiones. Todo esto es necesario, pero no suficiente, ya que esta inmigración clandestina tiene en su origen la desertización de África, su desarrollo demográfico. El que emigra lo hace porque allí de donde viene no tiene los recursos necesarios para vivir", prosiguió Chirac, que concluyó: "El enfoque no puede ser de seguridad, sino de desarrollo. La comunidad internacional tiene que aportar los recursos necesarios".

Educación y sanidad son los dos sectores en los que debe centrarse esa cooperación internacional, según el presidente francés, que recordó la Alianza contra el Hambre que España y Francia impulsan en la ONU junto a Brasil y Chile.

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Chirac señaló también que la Unión Europea deberá movilizar los fondos MEDA y las nuevas políticas de vecindad, de modo que dos tercios de los recursos comunitarios sigan yendo, como ocurre ahora, a los países del sur del Mediterráneo y el tercio restante al Este.

Zapatero sumó a esas exigencias de "incrementar las políticas de desarrollo" y de dar más fondos "a países con problemas de control de fronteras, como Marruecos", la demanda de que la Unión "coordine" los esfuerzos por evitar la inmigración ilegal y las propias políticas de cooperación de sus Estados miembros, sin dejar de trabajar para cerrar nuevos acuerdos de readmisión con los Estados de origen de los inmigrantes.

El presidente aseguró que el Consejo Europeo de diciembre aprobará las medidas concretas derivadas del plan global para la inmigración que presentó, con el apoyo de Francia, en la reciente cumbre europea de Hampton Court, y ni siquiera descartó que entre ellas se pueda considerar alguna forma de cooperación sobre el terreno para reforzar el control en los límites meridionales de Marruecos. "Se va a incluir el máximo esfuerzo", dijo Zapatero.

En relación con la cumbre euromediterránea que se reunirá el próximo 28 de noviembre en Barcelona, el presidente subrayó que el evento es importante, porque "Europa necesita al Mediterráneo más que nunca, porque es un espacio decisivo para su seguridad, y el Mediterráneo necesita a Europa, porque es esencial para su desarrollo".

Los problemas de la inmigración dominaron de este modo la rueda de prensa final y las propias conversaciones de la 18ª cumbre hispano-francesa, aunque los líderes destacaron también los acuerdos alcanzados en otros dos temas europeos: la negociación sobre el marco presupuestario de la UE para el periodo 2007-2013 y el desarrollo de la Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD).

En el primer caso, Chirac afirmó que "comprende y apoya la posición española" de seguir recibiendo durante todo el septenio más dinero de Bruselas del que aporta a la UE, un objetivo que Zapatero presentó como irrenunciable, dado que esos fondos son necesarios para mantener "la creación de empleo, el crecimiento y el desarrollo de España".

Desembolso adicional

El presidente francés, que repitió fielmente el argumento de su huésped de que España no rechaza sus responsabilidades con la UE, sino que se niega a asumir "una caída brutal" de las ayudas que actualmente percibe, señaló también que, de cara al consejo de diciembre, fecha objetivo de la negociación, Francia "no puede ir mas allá" de la última propuesta considerada hace un año, porque implica para su país un desembolso adicional que cifró en 11.000 millones de euros.

Zapatero, que rechazó aquel arreglo porque no cubría su objetivo, coincidió ayer con Chirac en que la solución tiene que llegar, no a través de una reforma a la baja de la Política Agrícola Común, sino de retoques en la distribución del cheque que perciben anualmente los británicos.

Los dos líderes crearon, además, el Consejo hispano-francés de Defensa y Seguridad, que se reunirá anualmente, la primera vez en España en 2006, presidido por ellos mismos. Se trata de un órgano "al servicio de la profundización de la PESD", similar a los que Francia tiene ya con Alemania y el Reino Unido. Chirac dijo que su objetivo es llegar a una cooperación entre los cuatro.

El ministro de Defensa, José Bono, no asistió a esta cumbre, aunque su presencia había sido anunciada. Zapatero informó de que tuvo que cambiar de planes "por motivos personales", que no reveló por respeto a "la intimidad del ministro".

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (a la izquierda), y el jefe de Estado francés, Jacques Chirac, en el palacio del Elíseo.
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (a la izquierda), y el jefe de Estado francés, Jacques Chirac, en el palacio del Elíseo.EFE

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