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La policía halla decenas de foros de Internet y correos electrónicos usados para el 11-M

Un informe entregado al juez detalla contactos entre el 'comando' y un líder de Al Qaeda

Jorge A. Rodríguez

La policía está investigando a los usuarios de casi un centenar de direcciones de correo electrónico con las que los autores del 11-M intercambiaron mensajes en las fechas previas a los atentados y hasta el suicidio colectivo de Leganés. Un informe recién entregado al juez Juan del Olmo incluye un listado de direcciones utilizadas por varios de los terroristas, así como documentos extraídos de foros y grupos de discusión de Internet. Entre ellos figura un manual sobre el uso como detonador de teléfonos móviles, otro para cometer atentados, textos de Al Qaeda y vídeos sobre seis atentados contra fuerzas de EE UU en Irak.

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Los discos duros de dos ordenadores y seis dispositivos portátiles de almacenamiento de datos (memoria USB) hallados en las ruinas de Leganés se han revelado como una inagotable fuente de información sobre los preparativos del 11-M. La Comisaría General de Información acaba de entregarle al juez un compendio de todo lo que ha encontrado en esos dispositivos.

Las memorias USB halladas en Leganés tras el suicidio de siete terroristas el 3 de abril de 2004 (en la explosión asesinaron al geo Francisco Javier Torronteras) estaban en bastante buen estado, pero no uno de los discos duros. Éste ha sido clonado y reparado por una empresa especializada, que recuperó los archivos y los copió en un CD "reproduciendo la misma estructura del disco duro".

El ordenador más jugoso era el perteneciente a Jamal Ahmidan, El Chino, supuesto autor material del 11-M y uno de los siete suicidas. En él sólo estaba configurada una cuenta de correo (rguayo1@madritel.es), para cuya apertura se facilitaron los datos de la compañera sentimental de El Chino, de quien tiene un hijo. La cuenta fue dada de baja el 12 de agosto de 2004 por falta de pago.

Mensajes con Almallah

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El usuario de ese ordenador mantuvo contactos frecuentes con Muhannad Almallah Dabas, el islamista que fue detenido, liberado (aprovechó para afiliarse al PSOE) y detenido de nuevo, a través de las direcciones mohamadabbas@gawab.com y mohamadabbas@mail2muslim.com. Lo que no se ha podido rastrear, aunque se está intentando, es el contenido de los mensajes que se intercambiaron.

Los terroristas también entraron en numerosos grupos de discusión de Internet, de los que se bajaron documentos y de donde también extrajeron otras direcciones de correo de los usuarios que más les interesaban. Así, destaca la dirección electrónica zubeiddah1417@hotmail.com.

El líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, tuvo como lugarteniente hasta su detención en Pakistán en diciembre de 2001, a Abu Zubaydá. Éste fue quien reclutó al portorriqueño José Padilla, también conocido como Abdulá al Mujahir, un antiguo pandillero de Chicago y delincuente de poca monta en Florida, acusado de preparar una bomba sucia para atentar contra su país, EE UU. Ahora va a ser juzgado por lo civil, bajo la acusación de conspiración en favor de grupos terroristas islamistas.

Entre las 66 direcciones analizadas en ese ordenador (también se investigan varias decenas más halladas en el ordenador de Abdelhak Chergui, detenido y liberado) figura una colectiva, que deja pocas dudas sobre sus usuarios o sobre de qué se hablaba: iraqresistance@iraqpatrol.com.

Los investigadores están especialmente interesados en los textos que les facilitó un tal Abu Banan (con la dirección ababanan@hotmail.com) a través de documentos depositados en grupos de discusión. Uno de ellos se refiere a cómo deben comportarse los terroristas en caso de ser detenidos, e informa "a los luchadores sobre lo que les puede pasar en la cárcel en caso de ser detenidos". Otro es un manual sobre cómo deben camuflarse los explosivos para atentar en mercados, autobuses, estaciones, centros públicos y restaurantes. También se informa sobre "operaciones con coches trampa por medio de un temporizador o mando a distancia".

El ordenador también fue utilizado para el montaje del vídeo de reivindicación de la matanza de Madrid que estuvo perdido hasta el verano pasado. Las imágenes sobre atrocidades cometidas por las fuerzas de ocupación en Irak que fueron incluidas en dicha película fueron remitidas desde otra dirección de correo electrónico, abuabdmalik@hotmail.com, que también está siendo investigada.

Los agentes de la Comisaría General de Información han comprobado que al menos uno de los ficheros alojados en la subcarpeta de borrados del ordenador (10858_rsayl.Damar) es un documento de Word "atribuido a Abdullah, apodo por el que se conocía a Abdennabi Kounjaa", otro de los supuestos autores materiales del 11-M y también muerto en el suicidio colectivo. Es un texto de 36 páginas, escrito en árabe, pero de izquierda a derecha (a la manera occidental), cuyo título es Carta contra los no creyentes, escrita el 21 de mayo de 2003 por Nassar Bin Hamad el Fahd. Se trata de la extensión de una fatwa (decreto religioso) para utilizar armas de destrucción masiva.

La investigación topa con una enorme dificultad. La mayoría de los correos pertenecen a servicios gratuitos de correo en Internet, especialmente de Hotmail. Para estas cuentas no es necesario ser fiel al contestar las preguntas para suscribir el contrato, aunque sí queda rastro del ordenador desde la que se ha configurado.

Además, los agentes han comprobado que los correos no tienen que ir necesariamente de una dirección a otra. Basta con que dos personas, aunque estén en distintos continentes, conozcan la dirección y la clave de acceso. Uno de ellos puede escribir un correo, pero no tiene por qué enviarlo. Le basta con dejarlo en la carpeta de borrador. El destinatario sólo tiene que acceder con las claves compartidas, ir a la carpeta de borrador, leerlo y escribir la contestación sin enviarlo. El otro usuario repite este último paso, de forma que del mensaje no queda ni rastro una vez que se borra.

Estado del edificio de Leganés (Madrid) tras el suicidio de siete terroristas el 3 de abril de 2004.
Estado del edificio de Leganés (Madrid) tras el suicidio de siete terroristas el 3 de abril de 2004.MANUEL ESCALERA

El juez interroga a 11 salafistas

El juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu interrogará a partir de hoy a los 11 argelinos detenidos el miércoles en Alicante, Granada y Murcia, a los que se acusa de formar una célula de apoyo logístico y financiero al Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), vinculado a Al Qaeda.

El más interesante de los detenidos es Abdelhamid Bouchema, quien ha utilizado apodos como Mustafa Bouhidel, Mustafa Fedela, Mourad y Murat Dzjezari. Esta persona fue deportada por Holanda a España el 12 de noviembre de 2004, tras el asesinato del cineasta Theo Van Gogh. Pese a que fue extraditado al ser considerado "una amenaza para la seguridad nacional", en España quedó libre porque nada había contra él en ese momento.

Nacido en Kouba, Argelia, llegó a ser relacionado con Mohamed El Egipcio, detenido en Italia y entregado temporalmente a España por sus supuestos vínculos con el 11-M. De hecho, las conversaciones interceptadas a El Egipcio, en las que se adjudicó la preparación de los atentados de Madrid, fueron mantenidas con un tal Mourad.

Los detenidos tras el asesinato de Van Gogh fueron relacionados con Mohamed Achraf, el salafista detenido en Suiza por estar preparando un atentado con coche bomba contra la Audiencia Nacional. De hecho, el suicida que, según los planes, tenía que conducir el camión cargado de explosivos que iba a ser estrellado debía llegar desde Holanda.

Todos, además, simpatizaban con la corriente Takfir Al Wijra (Anatema y Exilio). Los autores del 11-S, del 11-M o del ataque a Casablanca profesaban la fe de esta secta.

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Sobre la firma

Jorge A. Rodríguez
Redactor jefe digital en España y profesor de la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Debutó en el Diario Sur de Málaga, siguió en RNE, pasó a la agencia OTR Press (Grupo Z) y llegó a EL PAÍS. Ha cubierto íntegros casos como el 11-M, el final de ETA, Arny, el naufragio del 'Prestige', los disturbios del Ejido... y muchos crímenes (jorgear@elpais.es)

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