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El mendigo de Málaga confiesa que se prendió fuego él solo por accidente

El indigente se retracta de su primera declaración, en la que implicó a dos jóvenes rapados

El indigente de Málaga que sufrió quemaduras que, según afirmó en un principio le provocaron dos jóvenes, ha confesado hoy que fue él mismo el causante del incidente ocurrido al intentar quemar con un mechero la cuerda que usaba como cinturón y prendérsele accidentalmente la ropa que llevaba.

Así lo han explicado fuentes policiales relacionadas con la investigación iniciada sobre una supuesta agresión al mendigo, que ayer fue asistido en el Hospital Civil de Málaga, a donde fue trasladado por una ambulancia para que le curaran las quemaduras que tenía en un brazo y una pierna.

El herido, que ha sido hoy dado de alta, relató en un principio que estaba durmiendo en un banco del aparcamiento Mundo Nuevo, en el centro de Málaga, cuando fue atacado por dos chicos con pelo rapado y chaquetas vaqueras que le rociaron con un líquido inflamable y luego le prendieron fuego.

Según un comunicado emitido esta noche por la Jefatura Superior de Policía, el indigente, Guillermo G.S., de 42 años, con cinco detenciones anteriores por hechos delictivos y en tratamiento por alcoholismo en el Albergue Municipal de la capital malagueña, se ha retractado hoy de la versión dada en un primer momento. El mendigo ha manifestado a la Policía que inicialmente mintió y que lo que realmente le sucedió fue que le sobrevino una descomposición intestinal y que se quemó al tratar de deshacerse de la ropa interior que se había ensuciado.

Dice la nota policial que el hombre no había contado la verdad porque "le daba vergüenza" explicar lo sucedido, que le ocurrió después de haberse bebido "una botella de vino y tres o cuatro pastillas tranquilizantes".

Guillermo G.S. dio esta otra versión de los hechos una vez que agentes del Grupo de Investigación de Policía Judicial de la Comisaría del Distrito Centro iniciaran "de forma inmediata" gestiones para esclarecer el hecho. Señala la Policía que en la inspección ocular en la zona del aparcamiento donde dormía el mendigo no se hallaron restos de líquido inflamable alguno, por lo que surgieron "serias dudas sobre lo manifestado por el herido", quien posteriormente reconoció haber mentido porque sentía vergüenza.

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