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Un vigilante de seguridad mata a dos compañeros, hiere a otro y después se suicida en Madrid

El suceso se ha producido en el interior del Palacio de Comunicaciones, en el centro de la capital. El agresor, una persona "problemática", según sus compañeros, había dejado voluntariamente el trabajo después de un mes de contrato

Un vigilante de seguridad que había dejado el trabajo voluntariamente después de poco más de un mes ha matado a dos ex compañeros de esa empresa y después se ha suicidado en Madrid con una escopeta de caza en el interior del Palacio de Comunicaciones, la que fuera sede central de Correos y uno de los edificios más emblemáticos de la capital de España. En el tiroteo, que se ha producido pasadas las 18.00 de hoy, ha resultado herido muy grave otra compañera.

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Palacio de Comunicaciones de Madrid

El tiroteo se ha producido en un pasadizo techo de acceso a ese edificio desde la calle de Montalbán. El inmueble, propiedad del Ayuntamiento de Madrid, está en el distrito de Retiro, justo detrás de la plaza de Cibeles.

Los ex compañeros que ya han prestado declaración policial describen a Manuel Martínez Torrecilla, el agresor, como una persona "problemática", "muy solitaria" y "muy huraña". Según la empresa que daba trabajo a los fallecidos, ORMA, Martínez Torrecilla sólo prestó servicio en la compañía un mes, entre noviembre y el 27 de diciembre, cuando causó baja voluntaria. ORMA niega que el agresor haya tenido algún tipo de conflicto con la compañía y que este hubiera sido despedido.

El vigilante, de 35 años de edad y de baja por enfermedad, accedió al edificio armado con una escopeta repetidora Franchi de caza, abundante munición y una catana. Poco después abrió fuego contra varios de sus ex compañeros.

"¿A dónde vas?"

La secuencia de los hechos según fuentes policiales indica que el primer compañero contra el que ha disparado tenía 49 años y se encontraba en la garita exterior de acceso a las obras por la calle de Montalbán. Al verle llegar, éste salió de la garita y le preguntó: "¿A dónde vas?". Sin mediar palabra, el asesino le descerrajó un tiro.

Poco después, y al escuchar la detonación, dos compañeros —un hombre y una mujer— más acudieron al lugar. El agresor les recibió a tiros. Ambos resultaron heridos muy graves y fueron trasladados al hospital Clínico San Carlos y al Gregorio Marañón, respectivamente. El primero de ellos, con al menos un disparo en el tórax, falleció poco después, mientras que la mujer, de 49 años, permanece ingresada en estado muy grave por un disparo en el hemitórax derecho.

Tras el baño de sangre, el autor de los disparos anduvo unos 30 metros y se quitó la vida con la misma escopeta de un tiro en la cabeza. En un coche que estaba mal aparcado, enfrente del lugar del suceso, la policía ha encontrado más munición.

Conducta "propia de un loco"

El delegado del Gobierno en Madrid, Constantino Méndez, afirmó en la Cadena SER que el desencadenante del suceso está en los "problemas laborales" que atravesaba el agente, cuya conducta describió como "propia de un loco". Méndez aventuraba que el suceso pudo ser "un episodio de enajenación mental producida, seguramente, por una visión perturbada de los problemas laborales que le afectaban a esta persona".

Hasta el lugar del suceso se trasladaron numerosos coches de policía y de los servicios sanitarios. El Palacio de Telecomunicaciones alberga todavía algunas dependencias de Correos, aunque el Ayuntamiento de Madrid quiere trasladar allí su sede tras las obras de reforma que se están ejecutando. Las adjudicatarias de esas obras, FCC y Dragados, contrataron en su día a la empresa de seguridad ORMA, a la que pertenecían los dos fallecidos.

Quizá por eso el servicio postal estatal se ha apresurado a desmentir cualquier tipo de relación con el suceso, recordando que en estos momentos sólo dispone en el interior del edificio de una reserva de casi 3.000 metros cuadrados para el servicio de apartados postales y la oficina de atención al público. En el resto del edificio se están ejecutando las obras del Ayuntamiento.

Miembros de los servicios de emergencias, en el Palacio de Comunicaciones, en pleno centro de la capital.
Miembros de los servicios de emergencias, en el Palacio de Comunicaciones, en pleno centro de la capital.EFE

"Incapaz de hacer daño a nadie"

Los vecinos de Manuel Ramírez Torrecilla, el vigilante de seguridad de 35 años que se ha suicidado tras matar a dos compañeros y herir a otro, le han definido como una persona "normal y corriente" e "incapaz de hacer daño a nadie". Ramírez Torrecilla vivía con su madre en la Adrada, una localidad abulense de 2.500 habitantes, situada al sur de la provincia, muy cerca de la Comunidad de Madrid. Los vecinos consultado por la agencia Efe se han referido al vigilante como una persona "sin ningún problema en el trato". Ramírez Torrecilla formaba parte desde hace años de la Asociación de Cazadores de La Adrada y con anterioridad había trabajado para la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

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